Claudio y Soledad eran dos aventureros que les encantaba cruzar todo Texas de noche durante las vacaciones. Era algo que todos los meses de Agosto de cada año acostumbraban hacer la pareja, pero ese verano cambiaría todo. Mientras conducían a eso de las 2:28 AM por una vieja carretera en la que sólo se veía un paisaje desértico en el cual se perdían las montañas con la lejanía, vio a lo lejos con la ayuda de la luz tenue de la luna que un arbusto gigante se situaba al costado de la carretera.
Con unas intensas ganas de orinar detuvo el auto cerca de él y fue a regar el pequeño jardín que estaba en medio de la nada. Una pequeña sorpresa para el al ver que en el punto más lejano de la carretera se veían dos luces brillantes que se dirigían en dirección contraria a él. Como buen samaritano subió al coche y lo puso en marcha sin quitar la vista de los focos del coche que se aproximaba a gran velocidad por el carril contrario de él.
Poco a poco fue notando que era un camión de carga que no tenía menos de 18 ruedas. Cuando el camionero se percató de que el otro coche estaba delante, hizo cambio de luces y pitaba constantemente a modo de desesperación. Claudio no pudo entender sus señales y estaba nervioso, por lo que le dio un poco más de campo al sujeto que se aproximaba a una gran velocidad sin razón aparente.
Luego de que pasó el camionero a gran velocidad por su carril y de manera paralela miró a través del retrovisor viendo como este hombre se perdía con su camión en la oscuridad de la madrugada.
-¿Qué pasó Claudio?
-Soledad ¡Cálmate! Duerme de nuevo
Luego de un profundo sueño de Soledad, el cual no fue sino luego de que transcurriera poco más de 1 minuto, Claudio intentó poner un poco de música, así que se giró para tomar en la parte de atrás del coche un disco de Michael Jackson, pero cuando se giró para tomar de nuevo la vista a la carretera se percató que en el carril contrario a él se aproximaba otra cosa.
Pero esta vez no era una luz, la cosa que se aproximaba a él iba tomando forma de una persona caminando en 4 patas. Claudio horrorizado de aquel hombre caminando a gran velocidad de manera nada normal y hacia su dirección sólo le quedó la opción de seguir su camino y acelerar mientras el terror lo invadía.
A pesar de que el cuadrúpedo se dirigía en su dirección, pasó justo delante de él, por un segundo Claudio se dio cuenta de que era humano, pero luego se perdió en la noche como el camión lo hizo. Su esposa se despertó de los gemidos que lo invadieron luego de ver tal cosa, Soledad le preguntaba que pasa, pero Claudio no quería saber nada.
Por la mañana al tomar un desayuno en una parada, en la radio pudieron apreciar la noticia de un camión que se volcó en la madrugada, este estaba en mal estado y casi irreparable. Lo más perturbador de todo es que el cuerpo del hombre que lo conducía jamás fue hallado…
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