Había una vez dos niños que perdieron a su amada madre, quien los cuidaba con tanto cariño y amor que fue un duro golpe cuando esta partió de este mundo.
El padre de los chicos se casó con una malvada mujer quien los odiaba con locura, los trataba tan mal que muchas veces los hacia llorar y disfrutaba de verlos sufrir.
Durante una mañana varios vecinitos fueron a jugar con los niños, muy felices y contentos los dos hermanitos disfrutaban de jugar con los otros niños, era aún algo que la malvada bruja no les había arrebatado.
Saltaban, danzaban, corrían y cantaban una muy melodiosa canción.
“Patito, quiéreme un poquito,
Y te daré mi pajarito.
El pajarito me buscará pajita;
La paja la daré a mi vaquita;
La vaca me dará leche rica;
La leche la daré al pastelero:
El pastelero me cocerá pasteles;
Los pasteles los daré al gatito;
El gatito cazara ratoncitos;
Y los ratoncitos los colgare a la espalda…
¡Y te morderán!”
Tras culminar la canción en “Morderán” todos tenían que salir corriendo mientras uno de los niños los perseguía hasta alcanzarlos, la malvada madrasta los vio jugar por la ventana lo que la lleno de rabia al verlos divertirse, así que los hechizo.
Convirtiendo a la niña en un corderito, y al niño en un pez, el pez quedó muy triste nadando en el estanque, mientras que su hermana corriendo por el prado muy triste, sin probar nada de pasto.
Por un largo tiempo todo continúo igual, hasta que forasteros llegaron de visita, la malvada madrastra para complacer a sus invitados mando al cocinero a matar al cordero para darle de comer a sus invitados.
El hombre ato al corderito y lo llevo a la cocina, cuando salió a afilar el cuchillo pudo ver a un pez nadando muy desesperado en el vertedero, era aquel que vivía en el centro del estanque. El corderito comenzó a cantar.
“Hermanito que moras en el estanque,
Mi pobre alma, dolida esta y sangrante.
Muy pronto el cocinero sin compasión
Me clavara el cuchillo en el corazón”
“¡Ay, hermanita, que me llamas dese lo alto!
Mi pobre alma, dolida esta y sangrante,
En las aguas profundas del estanque”
Respondió el pez cantando, dejando al cocinero bastante aturdido, sabía que lo que ocurría aquí no era algo natural, lo más probable es que fuera alguna malvada bruja que convirtió a alguien en estos animales, así que tomo otra res y la sacrifico para servirle a los invitados de la malvada mujer, tomo a los dos animalitos y los llevo a casa de una campesina.
Dio la casualidad que la campesina fue al nodriza de la niña, al reconocerlos los llevo a la casa de un hada buena quien bajo su bendición ellos regresaron a la normalidad.
Los hermanitos podían volver a abrazarse y estar juntos otra vez, la campesina los llevo a una casa en el bosque donde podrían vivir los dos juntos, solos pero felices y contentos sin miedo a ser reconvertidos en animales.
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