Descripción: Tras una racha de mala suerte, Diego se cuestiona su fe. Una conversación con viejo amigo le hará ver que siempre se puede tener esperanza.
Personajes: Diego, Malena, Dios
PRIMER ACTO
En un rincón de su dormitorio, Diego ve como Malena, su pareja, hace las maletas para irse de la casa. Él es un hombre joven, que luce deprimido y cansado.
Diego: Supongo que no hay nada que pueda hacer para que te quedes.
Malena (suspirando): No quiero darle más vueltas a esto, Diego. Te lo dije, tú y yo no tenemos futuro… es mejor dejarlo hasta aquí.
Diego (enojado): Pero con él sí que tienes un futuro, ¿no?
Malena: Mira, no compliquemos más las cosas. Siento haberte lastimado… pero hace tiempo te dije que debías organizar tu vida, dejar de tenerte tanta lástima. No eres el hombre optimista que conocí.
Diego: Ese hombre ya desapareció. ¿Cómo ser optimista cuando todo me va tan mal?
Malena: Ese es tu problema, jamás dejas de autocompadecerte. Me voy, Diego. (Toma su maleta). Suerte con tu vida.
Malena sale de escena y Diego grita, frustrado.
Diego: ¡Pues lárgate! (Golpea la pared y mira hacia el techo). ¡¿Por qué me haces esto, Dios?!
SEGUNDO ACTO
De nuevo en su habitación, Diego bebe una botella de licor, agachado en un rincón. Se ve desalineado y con la barba de días.
Diego: Mi vida es una basura… mi novia me deja… mi negocio se va a la quiebra… mis amigos se alejan de mí. Todo empezó a derrumbarse desde que mi mamá murió. Ya me convencí de que Dios no existe, él no permitiría que sucediera esto.
Dios (voz fuera de escena): Te equivocas, Diego. Eres tú el que ha elegido todo esto.
Diego (sobresaltado): ¡¿Quién dijo eso?!
Entra en escena un hombre vestido de blanco y se sienta frente a él.
Dios: Hace tiempo que no hablamos tú y yo, ¿eh?
Diego: ¿Dios?
Dios: En persona, aunque no creas más en mí.
Diego: Definitivamente estoy borracho. (Suspira). Como sea, claro que deje de creer en ti. Mira lo que has hecho con mi vida, ¿por qué permites que me pasen tantas cosas malas?
Dios: Pero si lo tienes todo para ser feliz. Eres tú, con tu mala actitud hacia el mundo, el que ha elegido inconscientemente permanecer en las sombras. Yo no interfiero en la vida de nadie como creen todos, les doy la libertad siempre de elegir. Si elijen ser infelices, no puedo hacer nada al respecto.
Diego: ¿Y qué se supone que haga? ¡Yo no quiero estar más así!
Dios: Entonces no tienes que hacerlo, Diego. Busca en tu corazón y me encontraras dentro de ti. Puedo darte la fuerza para salir adelante si quieres, pero no puedo levantarte cuando tú mismo te niegas a hacerlo.
TERCER ACTO
El dormitorio de Diego ahora luce iluminado y diferente. Él se ha afeitado, se ha bañado y se ve de mejor humor.
Diego: Es hora de darle mi mejor cara al mundo. Se acabó todo el sufrimiento, hoy elijo ser feliz.
Diego se mira al espejo una última vez y sonríe, mirando hacia el cielo.
Diego: Gracias por devolverme la fe, amigo mío.
FIN
¡Sé el primero en comentar!