Había una vez una familia que se fue de vacaciones por una semana al bosque, al llegar a su destino todos los miembros pusieron su camper y empezaron a sacar sus cosas. Esa noche se escucharon ruidos extraños.
Un niño se asomó a la ventana, pero no vio nada. Al día siguiente encontraron huellas, sin embargo no les dieron importancia, pues a ellos les interesaban sus vacaciones. Esa noche, los ruidos se hicieron más fuertes, el niño se asomó de nuevo a la ventana y vio a un hombre vestido de negro y blanco, quien estaba dejando algo afuera.
Por la mañana, el niño descubrió que era un amuleto con un signo extraño. Lo rompió y lo arrojó lejos. Esa misma noche, algo ocurrió justo a las 3:33 am.
El hombre vestido de blanco y negro volvió. El niño, que se había quedado afuera para vigilar, vio como el hombre entraba a su camper. En el interior se escucharon gritos; el pequeño se escondió debajo del vehículo. Al amanecer, encontró a sus padres asesinados.
Fue a buscar el fusil que tenía su padre.
El chico esperó a que se hiciera de noche para matar al hombre que había asesinado a sus padres. A las 3:33 am en punto, apareció de nuevo. El niño había puesto explosivos en su camper por si entraba el desconocido.
Este le vio y caminó lentamente hacía él, quien no se dio cuenta de que lo tenía detrás. De pronto, volteó y comenzó a disparar, pero el hombre era muy resistente a las balas. Corrió a esconderse en el camper y comenzó a hacer mucho ruido para atraer a al sujeto raro.
Prendió todos los explosivos y colocó un hilo en la puerta. Cuando el hombre entró en el camper, cerró rápidamente la puerta y se dió cuenta que era Slenderman.
El niño dijo sus últimas palabras y detonó los explosivo, muriendo con él.
Cuando llegaron las ambulancias y los bomberos para apagar el fuego, buscaron entre los escombros del camper, encontrando solo cuerpos calcinados.
Al final, el incendio prevaleció como un misterio.
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