Érase una vez, un niño que vivía con su familia en un campo muy grande y al ser el más pequeño de sus hermanos, Marcos era el único que sabía acompañar a su madre entre los largos días de verano, mientras que los demás hermanos y su padre se encargaban del duro trabajo que tenían todos los días.
El trabajo se trataba de llevar los bueyes hasta la ciudad y era en esos momentos donde trataban de vender toda la mercancía que llevaban, rápidamente. Por su parte, la dueña de la casa se encargaba de hacer todos los dulces en conjunto con las frutas, el pan de trigo y también las conservas que posteriormente envasaba en recipientes grandes, de forma de almacenarlo como sl sustento para los tiempos de verano.
El pequeño Marcos, se encargaba de alimentar a los pequeños gansos, así como también de mantener todas las vacas ordeñadas, aunque era un trabajo que no le gustaba mucho. Con todo y eso, él salía a pescar y a correr todo el día, sin separarse de su pastor alemán un perro fiel que seguía todas sus órdenes.
Fue hasta una noche, en la que dormía junto a su almohada que empezó a soñar con una hada madrina quien le concedió tres deseos, asegurándole que debía pensarlos muy bien, pues era seguro que se le harían realidad. Él pregunta:
¿Puede ser cualquier tipo de deseos? Incluso los más locos
Hada: Lo que quieras, serán tus plenos deseos
Marcos pensó muy bien sus deseos y dijo:
En primer lugar quiero dejar de extrañar a mi papi y tenerlo cerca mucho más tiempo y saber cuándo volverá. Sueño concedido dijo el hada, llama al siguiente número y escucharás la voz de tu padre, el 5632533.
Bien sorprendido, Marcos llamó y pudo conversar todo el tiempo que quiso con su padre, quien le informó que volvería muy pronto. Después marcos preguntó: ¿podré hablar todos los días con él?
A lo que el hada informó, No, en eso no te podré complacer pues solo será de vez en cuando y fue cuando sus ojos se aguaron. ¡Quisiera saber todos los días de él!
Después que él dijo esto, apareció un televisor con un teclado, acompañado de un aparato conocido como ratón y el hada le iba explicando cómo usarla, es un ordenador, dijo.
¿y para qué sirve? Dijo Marcos
Para que puedas mandarle cartas y mensajes a tu padre, con esto él muy pronto podrá responderte y tu podrás saber toda la información de cómo se encuentra.
Pide tu tercer deseo, dijo el hada, es el que te resta.
Quiero conocer todos los sitios por los que viaja mi padre, sea en las ciudades o en los tramos donde pasa.
Deseo concedido
En el mismo televisor empezó a ver todos los hermosos paisajes por los que su padre viajaba con una dulce voz que contaba cada detalle de los mismos.
Al despertar, Marcos lo hizo con una excelente sonrisa que hizo llegar hasta mamá y reconocer que se debe valorar cada minuto.
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