Has cometido varios de ellos, sin siquiera darte cuenta.
Pero de alguna manera siempre te las has ingeniado para no afrontar las consecuencias, hasta el día de hoy. ¿Te parece familiar ese minúsculo movimiento que captas por el rabillo del ojo? Tú sabes, ese movimiento que está fuera del alcance de tus ojos, pero que sigues captando con la visión periférica. Y después, cuando volteas para mirar, descubres que no hay nada en donde creías. Esa ha sido una de esas veces en las que te equivocaste sin saberlo.
¿Alguna vez has sentido escalofríos al imaginar que alguien te está observando? ¿Has fantaseado con que hay algo oscuro y siniestro cerca de ti? ¿Algo que te está mirando y que nadie más puede ver? Te lo advierto, no te conviene tomarte esto como un juego. Esas señales son el resultado de la experiencia acumulada a lo largo de miles de años, siglos heredados de instinto que conservas en tu cuerpo te están diciendo a gritos que estás a nada de cometer otro error.
¿Y que hay de ese golpe inexplicable, de aquella herida aún fresca que no recuerdas haber sufrido, de esas veces en las que despiertas empapado en sudor, gritando y con la respiración tan agitada como si acabaras de echar una carrera y no puedes explicarte por qué? Esas son las veces en las que estaban a punto de atraparte.
¿Y qué es lo que son? Verás, es algo complicado de explicar, imagina que tuvieras que explicarle a un invidente de nacimiento como es el color rojo. Realmente no puede explicarse, es algo que tienes que experimentar en persona. Y no te gustará hacerlo. Lo único que puedo asegurarte es que ellos te ven solamente como una cosa: comida. Y mientras te están devorando podrían mantenerte vivo por un largo rato.
Lo más probable es que mientras estás leyendo esto, hayas escuchado un sonido extraño en la misma habitación. Quizá no se trate de nada; sin embargo, hay veces en las que es uno de ellos intentando encontrarte, tratando de llegar hasta ti. Descuida, no lo harán. Casi nunca pueden hacerlo… a menos claro, que cometas otro error. Y cuando te equivocas, es prácticamente como si estuvieras agitando un pedazo de carne fresca enfrente de una un montón de animales hambrientos. Normalmente nunca reaccionan con la suficiente velocidad, aunque a veces sí que lo hacen. A lo largo de los siglos ha habido tantas desapariciones inexplicables, tantos misterios sin resolver, que no es fácil determinar cuanta gente ha sido víctima de esa siniestra especie, ni cuántas cometieron más errores de los que sin saber, tenían permitido.
Y es que te diré otra cosa, cuando las personas se preocupan en exceso de no cometer estos errores, es cuando más suelen echarlo todo a perder. Te estarás preguntando, ¿cuáles son esos errores que se pueden cometer? Si te lo revelara, tendrías mucho cuidado de no volver a cometerlos y eso sería desventajoso para nosotros.
La última vez casi logramos atraparte.
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