Había una vez un chico llamado Ián. Cuando era chiquito no tenía amigos pues los otros niños siempre lo molestaban. En la escuela, un día, sintió una repentina ansiedad por matar que a duras penas consiguió mantener bajo control. Esto fue tan solo el principio de algo malo. Ián empezó a ver a un demonio que se veía como el y podía entrar a su cuerpo.
Sus padres lo mandaron al manicomio del cual, tiempo después, escapó. Desde entonces nadie sabe nada sobre él.
Se dice que está escondido y que ha tomado múltiples vidas. Si alguna vez andas a solas, lejos de casa, es mejor que tengas cuidado. Él te puede encontrar.

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