Descripción: Una mona muy presumida se cree mejor que los demás por vestirse con ropa fina. Pero no tardará en aprender una importante lección.
Personajes: Mona, Pavo Real, Tigre, Pantera, Elefante, Mono anciano
PRIMER ACTO
La mona se encuentra en su casa arreglándose para la gran fiesta de la selva. Se pone un vestido de seda y se prueba un sombrero mientras se contempla en un espejo de mano.
Mona: ¡Pero qué guapa estoy! Voy a ser la envidia de todos esos animales mugrientos cuando me vean usando estas cosas tan lindas.
Alguien toca a la puerta y la mona va a abrirle. Es el Pavo Real, que se queda sorprendido al verla vestida de tal manera.
Pavo Real: ¿Qué es eso? ¿De dónde sacaste tantas cosas?
Mona: A unos humanos que vinieron de safari se les cayeron las maletas de su coche. ¿Verdad que es todo muy bonito? Que suerte he tenido de encontrarlo.
Pavo Real: Los animales no usamos cosas de humanos, por eso tenemos plumas o pelo. No está bien fingir ser algo que no somos.
Mona: ¡Bah! Tú que sabrás, estás celoso porque ahora me veo más bonita que tú con todas esas plaumas. Vámonos ya a la fiesta que se hace tarde.
Los dos salen.
SEGUNDO ACTO
Hay varios animales congregados en torno a un banquete con frutas silvestres, dirvitiéndose y hablando. De pronto llega la mona y todos se quedan sorprendidos al ver a la mona.
Tigre: ¡Pero qué elegante!
Pantera: Y qué ridícula, ¿dónde se ha visto que una mona se vista de humano?
Elefante: Se ve muy extraña con todas esas cosas.
La mona se pavonea delante de sus amigos, luciendo su vestido.
Mona: ¿Verdad que me veo bonita? Ninguno de ustedes podría verse así de bien con estas cosas tan finas.
Se para al lado de la mesa y ve la comida con desprecio.
Mona: ¿Qué no hay platos ni cubiertos aquí?
Pantera: No los necesitamos, somos animales.
Mona: ¡Qué falta de educación! Yo sí soy una mona decente, no como ustedes.
La mona comienza a comer con ademanes remilgados, mientras los otros la miran con disgusto.
Tigre: ¡Vaya presumida! Deberíamos darle una lección.
Mono anciano: Más rápido cae un hablador que un cojo. Si hay algo de lo que ningún animal puede escapar, es de su naturaleza. (Toma una fruta y la arroja hacia la mona, ensuciando su cabeza).
La mano, furiosa, se olvida de sus modales y comienza a saltar y a aullar ruidosamente. Toma otra fruta y la arroja hacia el viejo mono, pero le da al Pavo Real. Enseguida este hace lo mismo, iniciando una guerra de comida de la que participan todos los animales.
Mono anciano: Ahí la tienen, la que se creía una gran señora sigue siendo una monita común y corriente. No importa cuantos adornos ni vestidos bonitos se ponga, nunca será más que eso.
La mona baja la cabeza avergonzada, se cruza de brazos y se sienta enfurruñada en el cielo, mientras los ojos animales le arrojan frutas.
Mono anciano (volviéndose al público): Recuerden bien esta lección amiguitos, nunca traten de ser algo que no son, por qué lo más importante es ser fiel a uno mismo.
FIN
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