Personajes:
Emperador
Mendigo
Sirviente
Mujer
¿De qué trata?
Trata de un mendigo, quien trata de enseñarle una gran lección al rey, pidiéndole que llene la olla que lleva con algo que él quiera. El rey comienza a colocar múltiples monedas de oro y también muchas de sus joyas pero ¿qué sorpresa se llevaría al ver la olla vacía?
Cuando todos se encontraban fuera del palacio, el emperador y el sirviente salen seguidamente. Posteriormente se acerca el mendigo, quien trae consigo una olla.
Emperador: ¿Qué deseas?
Mendigo: (Risas) me preguntas qué es lo que deseo, como si yo te dijera y corrieras a hacerlo.
Emperador: (Risas) por supuesto que puedo satisfacer cualquier cosa que pidas ¿dime, qué es lo que quieres? Eso tengo que saberlo
Mendigo: Antes de preguntarme eso, deberías pensarlo bien si quieres saberlo
Emperador: Sí, te daré lo que tu quieras porque ya sabes que lo tengo todo y soy muy poderoso. No puedes desear algo que yo no pueda darte ¡es imposible!
Mendigo: Mi deseo es realmente simple ¿Ves esta olla?
Emperador: Sí, la estoy viendo.
Mendigo: ¿Tú crees que podrías llenarla con algo?
Emperador: Por supuesto, ¡sirviente! Llena esa olla con varias monedas de oro
(El sirviente obedece y coloca monedas de oro sobre la olla) En cuestión de segundos las monedas desaparecen.
Emperador: eso está muy raro, colócale más monedas.
(Al colocar las monedas, estas vuelven a desaparecer)
Sirviente: Su majestad, no se qué sucede, pero le estoy colocando monedas y ya no están.
Emperador: No pares y sigue echando más monedas en esa olla.
(siguen desapareciendo sin ninguna explicación)
Sirviente: ¡No puedo! La olla sigue vacía, no importa cuántas monedas le coloque.
La multitud se reúne en todo el rededor del sirviente
Mendigo: a ver Emperador, ¿por qué no coloca también su joyería?
El Emperador se quita sus anillos de oro, así como también se desprende los collares de piedras preciosas que llevaba y procede a colocarlos en la olla. De un momento a otro, las joyas desaparecen.
Mujer: Seguro es por la corona, quítesela también, así salimos de dudas.
El Emperador se quita la corona y la coloca en la olla. En segundos, la corona también desaparece.
Sirviente: definitivamente, esta olla no tiene ningún fondo, por eso todo desaparece.
Emperador: ¡No me importa perder todo mi reino si es posible, pero un simple mendigo no me puede derrotar! Sirviente, tráeme las joyas del palacio. Y tu, mendigo, ¿eres un mago?
Mendigo: No, rey, no lo soy.
Llega el sirviente y coloca todas las joyas del rey en la olla. Estas desaparecen.
Emperador: Bien, mendigo me has ganado.
Mendigo: Su majestad, aunque coloque todo el oro del mundo en la olla, esta permanecería vacía siempre.
Emperador: ¿y eso por qué, cuál es el material de esa olla?
Mendigo: (Risas) la olla tiene el mismo material del ser humano, simplemente deseos humanos.
Emperador: Ahora entiendo. Es porque queremos tenerlo todo, y cuando lo hemos obtenido, entonces queremos tener mas ya que igualmente nos sentimos vacíos.
Mendigo: Así es, por eso su olla nunca estará llena.
Emperador: Gracias, de verdad he aprendido una gran lección. Que tengas un buen día.
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