Hace mucho, mucho tiempo atrás. En un baño mis amigas y yo estábamos en un colegio desconocido queríamos experimentar una nueva sensación. Queríamos entretenernos porque éramos unas niñas… como decirlo, éramos unas niñas muy ARRIESGADAS. No le temíamos a nada.
Una de mis amigas “Franshezca” era la más oscura y tenía el corazón negro, en pocas palabras era la niña más temible de todo el colegio.
Ella llevo una tabla la cual tenía el abecedario y supuestamente uno se podía conectar con el Diablo, ¿qué locura, no?
No lo podía creer, Franshezca empezó a pintar en el suelo un tipo de circulo con una estrella en el centro, rodeo el circulo con velas negras, puso un espejo en frente de nosotras y recito unas palabras extrañas que a pesar que mis amigas y yo éramos arriesgadas nunca pero nunca, las habíamos escuchado.
De un momento a otro se apagaron las velas… por primera vez había sentido miedo, se me acalambró todo, por el espejo se veían sombras extrañas.
Todas pusimos las manos sobre la tabla y empezamos a preguntar cosas como: ¿estás aquí?, ¿nos vas a hacer daño? Y respondía que SÍ…
Estábamos muy asustadas y solo nos queríamos ir para la casa, pero Franshezca nos dijo:
-No se pueden ir hasta que él nos deje salir.
Cada vez las preguntas se hacían más miedosas, sudábamos del temor. Otra amiga “Proserpina” pregunto: ¿Por qué estoy aquí?
Y se empezaron a juntar las letras las cuales de resultado dieron una frase:
-Eres mi diosa y vengo por ti.
¡PUFF! De nuevo se apagaron las velas y… Proserpina ya no estaba. Yo me quería ir, pregunte mil veces “que si me podía salir”. La respuesta era NO, NO y NO.
Pregunte que si me podía ir y dijo:
-NO, tú eres mi muñeca.
Yo solo pensaba y maldecía a mi mama por ponerme de nombre ANABELLE.
amo a mi hermana