Cuento enviado por: Victor Reyes (fan del blog)
Camino paso a paso sobre el suelo mojado, estoy cerca de llegar a mi destino, no puedo ver el bosque ya que la lluvia ha empañado por completo mis lentes, sin embargo el olor a tierra húmeda es inconfundible, estando ahí buscare un árbol grande y resistente para poner fin a mi miseria con ayuda de una cuerda.
Quizás pueden pensar que mis problemas tienen remedio pero no es así, he cometido un crimen horrible he matado a mi esposa con mis propias manos, cierto es que ella ha tenido la culpa por burlarse de mí, pero sé muy bien que la policía no entenderá mis motivos.
No puedo volver a la cárcel, no soportaría la oscuridad la mala comida y sobre todo estar en contacto con tanta escoria que no tiene ni la mínima educación, es por esto que he decidido tomar otra alternativa una rápida y efectiva, no creo en el cielo ni en el infierno así que no tengo miedo de a donde pueda ir mi alma, vaya ni siquiera creo que exista un alma, solo soy materia y energía que se desintegrara para volver a formar parte del universo.
Al fin he encontrado el árbol adecuado es un lindo lugar para el final, sonrió sabiendo que al fin podre descansar, cuando siento que algo quema mi espalda volteo al cielo y no puedo creer lo que veo las gotas de lluvia ahora parecen ser gotas de fuego, mi sonrisa desaparece de mi rostro parece que me he equivocado el infierno existe y de alguna manera he llegado ahí, cada gota que cae quema mi ropa y ampolla mi piel, después de un par de minutos estoy completamente desnudo y con la carne al rojo vivo sin embargo la lluvia no cesa, gota a gota mi carne se consume el dolor es indescriptible, me quiero arrepentir de mis pecados pero es demasiado tarde ya estoy condenado, pronto soy solo un esqueleto humeante el dolor disminuye lentamente pero también mi conciencia todo se hace oscuro y yo siento que caigo en un pozo infinito, al fin el descanso ha llegado a mí.
Al día siguiente una persona que trotaba por el bosque encontró el cadáver y dio aviso a las autoridades correspondientes, el informe oficial concluye que el ciudadano y ex convicto Alexander Gonzalez murió de una sobredosis al ingerir una sobredosis de alcohol y drogas después de golpear salvajemente a su esposa, se desconoce que hacía en medio del bosque.
Buen cuento aunque al final se repite la palabra sobredosis