Jorge
(Mientras habla sonríe de manera bonachona, y un gesto de añoranza se dibuja en su rostro)
– De mi juventud guardo tantísimos buenos recuerdos, mi buen amigo, que sería incapaz de quedarme tan solo con uno. Puedo considerarme como un ser humano afortunado, pues a lo largo de mi vida he conseguido encontrar la paz espiritual que todo el mundo anda buscando en la actualidad.
Pedro
(Asiente y le devuelve la sonrisa así como el gesto de aprecio a su amigo)
– ¡Y tanto que puedes considerarte afortunado!, pues tanto tú y como yo hemos vivido una juventud agitada en la que la locura en ocasiones tomó las riendas de nuestra vida.
Jorge
(Con un gesto de sorpresa frente a las declaraciones de su compañero)
– ¿A qué te refieres exactamente?, porque me viene a la mente aquella extraña misión que se nos metió entre ceja y ceja durante un par de meses, ¿recuerdas?, aquella sobre los bocadillos.
Pedro
(Riendo a carcajadas)
-Pues no me refería a eso en concreto, ¡pero ya que me lo recuerdas!, cómo nos gustaba disfrutar de la buena mesa durante nuestra juventud: ¡qué buen apetito nos caracterizaba!
Jorge
(con un aire melancólico y como pensativo)
– Lo que daría por volver a saborear aquel bocadillo al que bautizamos, después de nuestra intensa búsqueda, como «el mejor bocadillo del mundo«.
Pedro
– ¡Y tanto!, recuerdo su sabor, los ingredientes generosos, en su cocción justa, y aquel pan tan crujiente…
Jorge
(mientras se frota las manos)
– A la vuelta de la esquina hay una tienda. ¿Te atreves a recuperar un poco de nuestra juventud?
Pedro
(levantándose de la silla rápidamente)
– ¡Por supuesto!
(Pedro y Jorge abandonan su mesa en el café y doblan la esquina para entrar en una tienda, con tres pequeñas mesas vacías y una gran barra donde descansa apoyado uno de los camareros)
Jorge
(mientras se acerca a la barra)
– Perdone, mi compañero y yo estamos en una cruzada por el mundo a la búsqueda del mejor bocadillo que se pueda comer sobre la faz de la tierra.
Camarero
(con los ojos como platos)
– ¿Perdone?, no entiendo ni una sola palabra. ¿Es esto para algún tipo de reality de la televisión?
Jorge
(Acercándose al camarero y con gesto muy serio)
– Compadre, ¿acaso la envergadura de mi buen amigo, que está aquí a mi lado ,y la mía le indican que bromeamos acerca de temas de comida?
Camarera
(interrumpiendo de repente, y acercándose a la barra)
– He oído su conversación y tengo que decirles que como sobre gustos no hay nada escrito, nada ni nadie puede considerar a un solo bocadillo como el mejor del mundo.
Pedro
– Discúlpeme , en ese caso es que usted ha comido muy poco.
jajajaja 😀
no entendi :0
puto guiOn >:v