Cuento enviado por Lissete Ruiz (fan del blog)
Estaba en mi cuarto escuchando música, ese es uno de mis hobbies favoritos, recuerdo que estaba solo y ni si quiera el vagabundo de mi perro estaba, pero que más daba… pensé que desde que tenía diez años he escuchado esa maldita música de metal y pasados ocho años todavía la seguía escuchando, recordé que todos en el colegio me decían que yo era un siniestro satánico y como si cada uno se buscara sus propias desgracias era amigo de un cristiano, pero menos mal que lo trasladaron de colegio, tal vez porque sus padres no querían que se ajuntara más conmigo o… bueno no veo otra razón.
Estaba tan aburrido en ese maldito encierro y tenía unas ganas de salir a fumarme un taquito pero lo malo era que ya se me habían acabado y no tenía ni un centavo. Pensé en robar a alguien que se viera susceptible pero me pareció estúpida la idea y no lo hice. Tome mi mp3 y no hubo más opción que escuchar música de ACDC, SLIPKNOT, BLACK VEIL BRIDES, METALLICA, SISTEMA OF A DOWN, MEGADETH y otros. Pero ya estaba cansado de escuchar la misma música durante ocho años y ¿qué pasaría si probaba algo nuevo?
Tome mi computadora y escribí en el navegador “bandas de black metal”, habían bastantes nuevas para mí pero hubo una que me llamo la atención por su logo en el que aparecía un hombre recostado sobre la pared muerto y alrededor con mucha sangre. No lo dude ni un momento y empecé a escuchar la banda pero hubo algo que me intrigo, nunca había escuchado una banda tan poderosa, es decir, tan enérgica, pareciera como si el cantante nunca se cansara de gritar y me daba una sensación de… terror.
Eran las 23:49 cuando escuche la puerta sonar como si la hubieran golpeado con un hierro, mire rápido a mi alrededor y lo primero que vi fui el despertador y en seguida mi mp3 pero ya no sonaba, volví a escuchar la puerta que sonaba ahora con más fuerza, tal vez el estúpido perro se le había dado la gana de llegar por primera vez a dormir a la casa y no encontraba la forma de entrar y angustiado la golpeaba, pero ¿Cómo iba a hacer ese ruido tan estruendoso un perro? O tal vez no era el perro sino un amigo que había quedado en visitarme ¿pero a estas horas de la noche? Trate de dormir otra vez pero el ruido de la puerta se volvía más estridente y pensé: que se joda quien sea el que está afuera! Y como por arte de magia el ruido dejo de cesar. Al poco tiempo me di cuenta que lo que estaba afuera había dejado de hacer ese ruido tan ensordecedor para tomar más energía y desesperar a cualquiera.
¿Qué tal si sea un vecino que necesita algo urgente?, ¿pero entonces por qué no toca el timbre? ¿O me llaman por teléfono o xilófono? Decidí levantarme y dirigirme hacia la puerta, grite: ¿quién es? Pero nadie me escucho, ¿Qué tal que no me hubiera escuchado por ese ruido ensordecedor? Y qué raro los vecinos no han llamado para hacerme el reclamo de ese ruido que no me deja dormir ni a mí que tengo el sueño tan pesado, pero claro si proviene de mi propia casa ¿Cómo no lo voy a escuchar? Y ¿Por qué los vecinos no me llaman ni siquiera a echarme la madre como lo hicieron una vez que hice una fiesta para celebrar…? Mientras pensaba en todo esto me había acercado bastante a la puerta y ya hasta estaba extendiendo mi mano para alcanzar la perilla, pero algo me detuvo.
Por primera vez sentí miedo, aunque todavía no viera que era lo que sucedía afuera sentía que algo malo iba a pasar y no tendría retorno, fui una sensación muy rara que nunca había experimentado y me ponía los pelos de punta. El ruido no había dejado de sonar pero ahora se escuchaba como si proviniera de la puerta del vecino de al lado, ¿Qué tal si la persona que hubiera estado golpeando mi puerta durante mucho tiempo al ver que nadie la abría se fui hacia la puerta de mi vecino a pedir ayuda?
Me arme de valor y gire la perilla lentamente hasta que una fuerza descomunal la abrió completamente, por poco quedo estampado atrás de la puerta, sentí como una ráfaga de aire pasaba y me empujaba hacia atrás al mismo tiempo que sentí que ese aire me acariciaba, era frio, húmedo pero contenía algo que no puedo explicar, como si tuviera vida.
Cuando me asome afuera no había viento, todo estaba normal y el ruido había dejado de cesar, voltee la cabeza al lado izquierdo hacia el apartamento de mi vecino pero no había nada. Quede aturdido ¿Qué había pasado? Cerré la puerta cuidadosamente y me dirigí al cuarto, mire la hora y eran las 00:13, me quite las pantuflas y me acosté con ropa, estaba tan cansado que me dormí casi enseguida.
Entre sueños escuche que alguien se acercaba a mi cuarto con pasos pesados como si tuviera botas, abría la puerta lentamente y se sentaba al lado de la cama, me susurraba algo que me paro los pelos de punta: que imbécil eres, no vas a salir de esta!. Esa voz hizo eco en mi cabeza, sonaba en tono de burla pero a la vez de odio. Sentí que se levantó y se me echo encima como un bulto de papas, me cogió el cuello y me apretaba bastante, me estaba quedando sin aire, no me podía mover, estaba paralizado, su cuerpo era tan grande que me estrujaba, sentí que la cosa me vomitaba y lanzaba un olor a putrefacción, fue tanta la desesperación. Por fin me soltó y pudo moverme, abrí los ojos, estaba sudando bastante, las sabanas estaban empapadas de sudor y los pies me ardían como si los hubiera metido en candela.
Todo había sido tan real, que me negaba a creer que todo había sido un sueño, mire el despertador y eran las 3:03, me quede pensando en esa hora y recordé que cuando estaba en el colegio había leído en un libro que esa era la hora de satán ya que era una burla contra dios porque Jesús había muerto a las 15:00 y era hora santa y como satán le llevaba la contraria había escogido las tres de la madrugada para que todos los demonios salieran a esa hora. <Coincidencia> pensé.
Me levante un poco aturdido y fui al baño, cuando iba saliendo ya un poco más recompuesto escuche que mi equipo de sonido se prendió solo y empezó a sonar la música que había descargado la tarde anterior. <Mierda, que no sea lo que estoy pensando que es>. Sentí que alguien pasaba justo detrás de mí, ya sabía lo que estaba pasando, pero ¿Cómo podía pasarme esto a mí?, ¿Cómo podría arreglarlo? Voltee a mirar lentamente y lo que vi nunca se me borrara de la cabeza, antes pensaba que no existía el infierno pero desde ese día pude comprobar que si existe.
Salí apresurado del apartamento, ni siquiera me puse zapatos, mientras bajaba las escaleras del edificio vi unas garras que se asomaban entre la baranda y la pared, sentí que me seguían, todo estaba tan oscuro que ni veía mi propia sombra, corría lo mas rápido posible pero en vano porque lo que me estaba siguiendo ya me estaba alcanzando. Me faltaba tres pisos para llegar donde el portero cuando de pronto sentí que una fuerza sobrenatural me cogía del cuello y me subía como si fuera tan liviano como una pluma, no lo vi porque estaba de espaldas y eso es lo único que puedo agradecer de ese terrible suceso, me lanzo desde el tercer piso del edificio y lo único que pude escuchar de su horrible voz fue: ojala y no te arrepientas!
Desperté en el hospital pero no era yo exactamente, me veía postrado en una cama y todos mis familiares cercanos entorno de mi miserable cuerpo, oí que el doctor le decía a mi tío que tenían que desconectarme porque tal vez nunca despertaría del coma y si algún día llegara a despertar no podría ni levantarme de la cama por mí mismo porque había quedado paralitico. Vi la expresión de la cara de mi tío, como de pena y lastima, mire de reojo a la cama y vi que en la cabecera de la cama estaba el demonio que me había lanzado desde el tercer piso, me miraba con odio, como la cara de un psicópata y pude leer en sus labios: tu alma ira al lugar donde siempre has pertenecido! No sé por qué dijo eso, pero en ese momento se me vino la imagen de cuando era pequeño, la tragedia que me había costado olvidar y el demonio la había devuelto a mi mente.
Todo estaba claro, ya sabía porque decía eso: tendría unos 6 años cuando viajaba con mis padres en la parte trasera del auto, era un poco imperativo y me gustaba lastimar a mis compañeros de clase para ver el gesto de dolor en sus caras, y como esta vez no había a quien molestar tome la estúpida decisión de molestar a mi padre en el volante. Escuchaba a mi mama regañándome y a mi papa desesperado por librarse de mis pellizcos y a la vez tratando de controlar el auto para que no derrapara en una curva, mi mama me cogió de una oreja y me jalo hacia ella pero en ese instante en un acto involuntario le jale el brazo a mi papa hacia la izquierda. Chocamos de frente con un tracto mula y yo fui el único que sobrevivió en ese accidente. Por eso me había refugiado en las drogas, el alcohol y en esa maldita música. Lo había olvidado para no sentir culpa pero ahora todo venía a mi cabeza y me taladraba las entrañas.
Si, desde que tenía seis años el vil demonio había guardado un cupo para mí en el infierno y ya era hora. Por eso me había dicho: ojala y no te arrepientas!, ¿Por qué me tendría que arrepentir? Todas las noches tenía la misma pesadilla de mis papas diciéndome que todo era culpa mía y la escena del accidente, esa era una clara señal de que no me habían perdonado.
Vi que mi tío firmaba la autorización para desconectarme y el doctor aproximándose a apagar esa máquina a la que estaba conectado, vi que se abría un portal, en su interior se veía un rio de sangre con esqueletos que se quejaban y chillaban para que los salvara, vi muchos tormentos y lo último que alcance a oír en donde estaba mi cuerpo fue el pitido de la máquina y los sollozos de mi tía que me había criado.
Muy bueno, me gusto tu redacción 🙂 so lo que un poco largo