La niña del llanto

Cuento enviado por: LUCAS
Esta es la historia de María, una mujer simple y divertida, que pasaba su vida como empleada de limpieza en un centro médico. Vivía sola, ya que su esposo había muerto hace años. Cada día se levantaba, desayunaba, se alistaba y partía para el trabajo.

Un centro médico no es lo mismo que un hospital, en este se trabaja solo de día, y en la noche, no se encuentra en funcionamiento. María y sus compañeras, trabajaban tranquilamente en un lugar muy moderno y climatizado, como todos los centros sanitarios. Su horario consistía en llegar a la mañana y al momento de que todo el mundo saliera (eso se daba alrededor de las 10 de la noche), limpiaba su lugar asignado y podía irse. Eran un grupo de 10 mujeres.

Como todos los días, María fue a su trabajo y comenzó a limpiar. Alrededor de las 6 de la tarde llego una niña que no paraba de llorar, nada nuevo, ya que se daban muchos casos así. Sin sorpresas, luego de un rato la niña salió de un consultorio con su madre y se volvió a sentar en recepción, quizá para esperar unos estudios o algo así. Esa niña no dejaba de ver a María, algo que la inquietaba, ya que los niños no se apasionan por ver a un empleado de limpieza. María no le dio importancia y siguió trabajando.

Llegadas las 10 de la noche, quedaba muy poca gente en el hospital. María fue a su sector y al llegar se cruza con un doctor que se estaba yendo. Le pregunto si quedaba alguien y este le dijo que no, se saludaron y se fue.

Como todos los días, comenzó su trabajo final para poder irse ella también. Al pasar toda la tarde un poco extraña por esa niña que la observaba de manera tan seria, había descuidado su trabajo y tardo más tiempo, por lo que fue la última en quedar en el lugar. Debido a que trabajaba allí hace más de 30 años, tenía las llaves y se podía ir tranquilamente.

El lugar ya estaba oscuro, no había nadie, el reloj marcaba las 11 de las noche y María terminó su labor. Un día agotador. Fue a la habitación de limpieza y dejó los elementos. Cuando fue al baño, paso algo extraño, una canilla de agua estaba encendida. En ese lugar, los grifos tienen temporizador, es decir, que tú lo enciendes, se mantienen un tiempo y solos dejan de echar agua.

La única forma de que eso haya estado funcionando es que alguien lo hubiese encendido 10 segundos antes. ¿Una situación muy inquietante no?

María se quedo pensando, muy asustada, primero pensó que la canilla estaba rota, pero en ese momento dejo de echar agua, o sea que se habían cumplido los 10 segundos. Un instinto la hizo salir rápidamente de ahí. Con mucho miedo y además cansada, fue al ascensor para irse.

Antes de llegar, escucho un ruido, al principio era confuso. Pero rápidamente se dejo de oír.

Luego de unos minutos, todavía en el lugar apagando las luces, cerrando las puertas y esas cosas, empezó a oír un llanto de una niña, igual al de la nena que había estado antes en el hospital.

María se asustó mucho, pero se dijo a si misma que era una alucinación por el cansancio, pero el llanto se escuchaba cada vez más fuerte, realmente aterrador.

Al llegar a la planta baja, con un paso acelerado fue derecho a la puerta de salida sin importar nada. Le llamó la atención algo. En el lugar donde se había sentado esa niña en recepción, había una nota. María sin pensarlo, fue a ver que era. La nota decía:

– Olvidaste tu bolso.

Eso la dejo congelada, parecía un película de terror, pero lo más terrorífico era, que si, definitivamente, se había olvidado su bolso. Obviamente ni loca iría a buscarlo, pero allí estaban las llaves y ella vivía sola.

Entonces cuando subía por el ascensor al tercer piso, se detuvo. Y luego se cortó la luz. María no sabía qué hacer. De repente siente una presencia, como si alguien la estuviese mirando. Antes de que se pudiera mover, se escucho el llanto de la niña nuevamente. Se enciendo la luz, y maría con los ojos cerrados, los abrió lentamente. No había nadie en el ascensor, pero cuando miró el espejo, vio una niña vestida de blanco detrás de ella.

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