Hay una leyenda muy conocida en Argentina, que en realidad es real y da muy mala espina, y es sobre una joven que acababa de cumplir 19 años, sí, muy jovencita y con un futuro. Resulta que la chica se vistió con un lindo vestido, y salió de su cuarto con estampados, para dirigirse a el salón, donde una amiga suya, le dijo que su madre, Luisa, era amante de su novio a escondidas suyas. Rufina se enfureció mucho con la noticia, y tiempo después fue a su habitación. Cuando Luisa, su madre, abrió la puerta de su alcoba, encontró el cuerpo de Rufina tirado, sin pulso ni respiración. Luisa, asustada, llamó a un médico, y éste le dijo que su hija había muerto. A Luisita le pareció raro, y llamó a otro doctor. Fue el mismo caso, estaba muerta según él. La madre, llamó a muchos doctores de la zona, y siempre obtenía la misma respuesta «Lamentablemente su hija está muerta…» .
Entonces, a Luisi no le quedó otra que enterrarla en el cementerio de Recoleta. La enterraron en el pequeño terreno que tenía la familia, y con tristeza Luisita se despidió.
Pronto, un guardia, en su turno de noche, vio el ataúd de la señorita abierto. Ante lo confundido y sus dudas, llamó a la familia, quien estuvo acompañada de guardias.
Si bien el ataúd no estaba abierto, la madre pidió abrirlo, y cuando sucedió, vio a Rufina rasguñada, sin aire y toda la puerta del féretro estaba arañada.
Cuentan que Rufina estaba viva, y despertó en el ataúd, al intentar escapar se rasgó por la falta de espacio, y murió sin oxígeno.
Algunas versiones y teorías dicen que la doncella tenía Catalepsia, trastorno que impide en ocasiones mover el cuerpo y la sensibilidad de éste, como si muriera. Otros dicen que la mamá le daba unas pastillas para dormir y así pudiera estar con su novio, pero de tanta dosis, Rufina perdió la conciencia o más teorías.
Nosotros los argentinos, no confirmamos cómo murió, pero sí sabemos que es real, y que su tumba muestra a Rufina con su vestido, abriendo una puerta, la de su dormitorio.
Su cadáver se encuentra en el Cementerio de Recoleta, y actualmente es una de las historias más sorprendentes de la Argentina, y a la vez lamentable por la pobre chica. Por estos casos, inventaron la campana que hay en los ataúdes hoy en día.
Excelente historia