Descripción: Al perder un billete de lotería premiado, Ana y Mónica tratan de recuperarlo saliendo con un chico muy desagradable.
Personajes: Ana, Mónica, Rigoberto
PRIMER ACTO
Mónica está en el sofá escuchando atentamente la radio, con una expresión de ansiedad en el rostro.
Locutor: Y he aquí los números ganadores del sorteo de 20,000 dólares… cuatro… seis… diez… dos… repito, cuatro, seis, diez, dos…
Mónica abre los ojos con sorpresa y salta del sofá, pletórica.
Mónica: ¡Sí! ¡Sí! ¡Es nuestro número! (Saltando y corriendo por todo el apartamento) ¡Ganamos, ganamos!
Ana entra en ese momento con expresión fastidiada.
Ana: ¿Pero se puede saber qué te pasa, Mónica? ¿A qué viene todo este escándalo? Yo he pasado menuda noche, ese chico con el que salí es un pesado. (Se desploma en el sofá). ¿Y bien?
Mónica: ¿Y bien? ¡Pues que nos hemos ganado 20,000 dólares, Ana! ¡El billete que compramos salió premiado!
Ana (feliz): ¡No lo creo!
Se toman de las manos y saltan.
Mónica: ¿Dónde dejaste el billete?
Ana: Está en el bolso, espera que… ¿eh? ¡Mi bolso! ¡No! (Se pega en la frente). ¡Me lo olvidé en el coche de ese insoportable de Rigoberto!
Mónica: ¡¿Qué?! ¡Pues ahora lo recuperas!
SEGUNDO ACTO
Mónica y Ana están preparando la mesa.
Mónica: ¿Segura que esto funcionará?
Ana: Sí, le invité a cenar para disculparme por ser tan borde con él y me dijo que vendría a devolverme mi bolso. Ahora tenemos que fingir ser amables con ese pesado.
Mónica: ¿Tan desagradable es?
Ana: No te imaginas.
Alguien toca la puerta. Ana acude a abrir y entra Rigoberto, un tipo con una mueca presuntuosa que lleva un pequeño bolso en la mano.
Rigoberto: Veo que recapacitaste y decidiste disculparte por la pésima cita de anoche.
Ana: Sí, sí, perdón, dame mi bolso. (Le arrebata el bolso y busca frenéticamente). ¡¿Qué?! ¡No está!
Rigoberto: ¿Buscabas esto? (Alza el billete premiado en la mano).
Mónica: ¡El billete!
Ana: ¡Dánoslo!
Rigoberto: Si quieren este billete de vuelta, tendrán que ser muy amables conmigo. (Se sienta en el sofá y sube los pies a la mesa). ¿Qué hay de cenar? Tengo hambre.
Ana y Marion se miran incómodas.
TERCER ACTO
Los tres jóvenes están sentados a la mesa, donde Rigoberto come como si no lo hubiera hecho en días. Las chicas se miran con fastidio.
Ana: Bien, ya comiste, ya bebiste y hemos sido muy hospitalarias contigo, ¿nos das el billete?
Rigoberto: No sé, este es mucho dinero… tendrían que convencerme de compartirlo con ustedes.
Mónica: ¡Oye, que nosotras compramos ese billete, parásito!
Rigoberto: Con que parásito, ¿eh? Pues ya está, me quedó con el billete. Adiós, brujas.
Se para de la mesa y las chicas tratan de detenerlo. Mónica agarra el billete y se lo intenta arrebatar hasta que se rompe.
Rigoberto: ¡No!
Ana: ¡¿Qué hiciste?!
Mónica: ¡Mi dinerooooo!
Rigoberto: ¡Maldición! Bueno, se lo merecen por ser unas arpías, ¡me largo!
Mónica: ¿Ah, no! ¡Tú no te vas de aquí antes de que yo haga esto! (Agarra una sartén de la estufa y lo golpea con él hasta que cae inconsciente).
Ana: ¡Mónica!
Mónica: Tenías razón, era un pesado.No tendré mi dinero, pero le di su merecido.
FIN
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