El miedo a la muerte

Erika: (Llega unos minutos antes que Luis, y se sienta en su banco de siempre. Se coloca correctamente la bufanda pues el frío aprieta, y con la mirada perdida en el infinito espera la llegada de su amigo. Cuando le ve llegar a lo lejos le grita.)

– ¡Hola, llegas tan tarde como siempre! Un minuto más y me habría quedado completamente helada.

Luis: (Llega corriendo al lado de Erika)

– Perdona el retraso, he salido un poco más tarde de lo habitual de clase y he perdido el autobús.

Erika:

– Ya me conozco demasiado tus excusas, anda. ¿Caminamos? a ver si entramos un poco en calor.

Luis: (Ayudando a levantarse a Erika)

– Por supuesto, vamos.

Narrador:

(Los dos amigos van andando uno al lado de otro mientras charlan de manera tranquila. Alrededor, el viento sopla y el frío se hace cada vez más perceptible, cuando de repente escuchan el estruendo de varias sirenas de ambulancia recorriendo la ciudad a toda prisa)

Erika: (Girando la cabeza para ver la dirección que toman las ambulancias)

– Me pregunto qué es lo que habrá pasado, en ocasiones no puedo evitar preocuparme de si todos estarán bien.

Luis: (Tomando a su amiga por el hombro)

– Anda no exageres, al fin y al cabo la muerte forma parte de la vida.

Erika: (Muy cabizbaja)

– No sé, ¿ es que acaso a ti no te da miedo la muerte como concepto?, ese vacío que te espera al otro lado, esa nada. Tan solo silencio.

Luis: (Pensativo)

– Visto de esa manera sí. No sé qué es lo que convierte a la muerte en algo tan siniestro. ¿Será el miedo a lo desconocido?

Erika:

– Desde luego que tiene que ser eso, porque podríamos saber que la muerte no existe, que tan sólo nos espera otro universo, y el mismo desconocimiento de este nos haría temer también a este nuevo estado.

Luis: (Mientras sonríe)

– Vaya, que trascendental te has vuelto de repente, ¡quien lo diría con lo contenta que estabas!

Erika:

– Eres un tonto, ¡eres tú quien ha sacado el tema!

Luis:

– Será mejor que dejemos este tema aparte, y sigamos hablando sobre como nos ha ido el día.

Narrador:

(Los dos amigos retoman la marcha tranquilamente. Poco a poco vemos como va anocheciendo y la pareja se aleja entre la vegetación del parque)

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