Amor Drama Largas 3

Lo inesperado de un amor (1era parte)

En esta ocasión le damos la oportunidad a Henryk Aguilar, de publicar su guión para teatro.

(El telón se abre y aparece Elizabeth sentada en la sala de su casa, estudiando y pensativa)

Elizabeth: No puedo concentrarme, no sé qué me pasa, tengo examen y no puedo retener nada en mi mente. (Cierra el libro y lanza un fuerte suspiro)

(En eso suena el celular y le llaman)

Elizabeth: Bueno, ¿Quién habla?

(Voz) Fabiola: Soy Fabiola. Oye, ¿quieres salir a caminar?

Elizabeth: (tono pensativo) Mmm estaba estudiando, pero creo que un poco de aire fresco no me caería mal, ¿en dónde te veo?

(Voz) Fabiola: En el parque de siempre, ¿está bien?

Elizabeth: Sí, está bien, te veo en un rato, bye.

(Se cierra el telón y se cambia la escenografía a un parque, una banca, algo de pasto, y un farol)

(Se abre el telón y aparece Elizabeth esperando a Fabiola en el parque, mira muy seguidamente el reloj y al ver que no llega Fabiola decide sentarse a esperar)

Elizabeth: (En tono de impaciencia y preocupación) ¿Por qué no llegará? ¿Estará bien?, ¿y si le llamo? O mejor me espero. Sí, mejor esperaré un poco más. (Se levanta de la banca y camina un poco, distraída, se voltea rápidamente y en eso Julio aparece en escena y se golpea con el hombro de Elizabeth. Julio le tira el celular al suelo y se estrella un poco)

Elizabeth: ¡Ay, mi celular!

(Levanta del suelo el celular y se fija si funciona, pero no funcionaba, Julio avergonzado y nervioso le pide disculpas y le ofrece comprarle un celular nuevo)

Julio: (nervioso y avergonzado) Discúlpame, no me fijé, no me di cuenta, en serio, perdón, deja que te reponga el celular, no fue mi intención, acepta, te compraré uno nuevo.

Elizabeth: (Dudosa y enojada acepta) Bueno, te tomo la palabra, ya que era el único celular que tenía, es justo que me lo repongas.

Julio: (apenado, se traba un poco al hablarle a Elizabeth) Bueno, si quieres acompañarme a una tienda que está en un centro comercial no muy lejos de aquí.

Elizabeth: (acepta y salen del escenario) Bueno, vamos.

(Se cierra el telón y se cambia la escenografía: una calle, árboles, algo de hojas en la calle, y entran a escena Elizabeth y Julio que caminan y de la nada se detienen a platicar)

Elizabeth: (en tono de pregunta) Oye, ya nos conocimos y mi celular te conoció, pero no sé ni tu nombre, ni tu edad, ni qué estudias. ¿Como te llamas?

Julio: (con algo de pena, contesta) Julio.

Elizabeth: (con interés de saber más sigue preguntando) Y… ¿Cuantos años tienes? ¿Qué estudias? No te de pena conmigo, no soy mala persona, aunque me haya enojado por lo del celular, no te cohíbas conmigo, me caes bien. (Le sonríe a julio)

Julio: (le contesta un poco más seguro y sin tantos nervios) tengo, 19 años, estoy empezando a estudiar en una universidad, y me pongo nervioso cuando hablo contigo, no lo puedo evitar, perdón.

Elizabeth: (le sonríe a Julio y empiezan a platicar) ¿en dónde vives? ¿eres de aquí?

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Julio: (le contesta sonriente) Si, vivo un poco lejos, pero salí a tomar aire fresco, lo necesitaba y bueno, no sabía que en el camino te encontraría, aunque fue un encuentro muy vergonzoso porque te destruí tu celular.

Elizabeth: (contesta con una sonrisa y como sí ya no le importará el celular) Pero si no lo destruiste, sólo se apagó y no quiso prender. Además, me está empezando a gustar hablar contigo. Espero que nos sigamos viendo, aunque ya se está haciendo un poco tarde y me tengo que regresar a mi casa porque si no mis papás se molestarán y seré yo la destruida.

Julio: (con una sonrisa, se despide de Elizabeth y llegan a un acuerdo para volver a verse) Oye, pero espera, ¿podríamos volver a vernos en el mismo lugar del accidente del celular, en el parque?

Elizabeth: (contesta con alegría) ¡Sí! Allí nos veremos todos los días, y bueno hoy te extrañaré, créeme que con nadie me la había pasado tan cómoda platicando, aunque aún te cohíbes un poco, no importa.

Julio: (contesta con una sonrisa) Bueno, allí te veré en el parque, y también te extrañaré, al igual que tú me la pasé muy bien contigo aunque llevemos pocas horas de conocernos y aunque no me hayas dicho tu nombre.

Elizabeth: (se lleva la mano a la frente y con tono de pena) ¡Es cierto! Yo te pregunté todo pero tú a mí nada. Bueno, me llamo Elizabeth y tengo 18 años, y también estoy comenzando en la universidad. Vivo cerca de un museo.

Julio: Bueno Elizabeth mañana te veré en el parque. Trataré de no ser tan cohibido, (dice en tono de broma) es que me pongo nervioso.

Elizabeth: ¡Sí! Mañana nos veremos, y seguimos platicando, te cuidas mucho, eh, y no te olvides de mi.

Julio: (contesta con una sonrisa) No lo haré, no te olvidaré. Ni tú a mí me olvides. Cuídate, y duerme bien.

(Se despiden y Elizabeth sale a un lado del escenario y Julio al otro lado del escenario y se cierra el telón)

(Se abre el telón y la escenografía hay una puerta, escaleras, un árbol, y está Fabiola sentada en las escaleras. Al llegar Elizabeth, ve a Fabiola que la estaba esperando, y alegre la invita a pasar a su casa)

Elizabeth: ( en tono de sorpresa o emoción) ¡Fabiola! Hola, pasa, entra, tengo que contarte algo.

(Se cierra nuevamente el telón y se cambia la escenografía: una cama, un buró, una lámpara, se abre el telón y sentadas en la cama está Fabiola y Elizabeth platicando)

Elizabeth: (alegre) ¿Sabes qué me paso hoy?

Fabiola: (bromista) ¿tiene que ver con tu celular? Porque por lo visto quedó para la basura.

Elizabeth: (contesta alegre) ¡Sí! Tiene que ver con lo que queda del celular.

Fabiola: (en tono de interés) ¡Cuéntame! ¡Anda! ¡Cuéntame!

Elizabeth: (narra lo que le paso) Estaba allí en el parque en donde me citaste, y por cierto, te tardaste horas en en llegar, pero eso no importa, bueno, te decía, estaba esperándote y en eso un muchacho sin querer se golpea conmigo y me tira el celular, y me enoje y el se ofreció a comprarme un celular nuevo. Yo acepté, pero conforme lo fui viendo vi en el algo que no había visto en nadie, no sé, él tiene algo muy lindo, muy no sé, es algo callado, se cohíbe conmigo, pero también es divertido y me pone mucha atención.

Fabiola: (emocionada y con interés pregunta) ¿y cómo se llama el? ¿le preguntaste su nombre o su edad? ¡Ya! ¡Cuéntame todo! ¡Me tienes con la duda!

Elizabeth: (sonríe al mencionar el nombre) Sí, su nombre es Julio, tiene 19 años y va también en universidad. Me quedé de ver con él mañana en el mismo parque, y allí vamos a vernos para seguir platicando. Él es diferente a los que he conocido, bueno, aún no lo conozco muy bien, pero sé que no estoy equivocada, y él es diferente.

(Se quedan platicando y se cierra el telón)

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Acerca del autor

Henryk Aguilar

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