Descripción: En esta obra teatral para niños, un pequeño llamado Hans aprenderá que debe ser un chico bueno, si no quiere despertar la furia de Krampus, el temible ayudante de Papá Noel.
Personajes: Hans, Erika, Mamá, Papá Noel, Krampus
ACTO ÚNICO
En una casa suiza decorada para la temporada de Navidad, Hans, un niño pequeño y muy malcriado, salta sobre los sillones y tira los adornos gritando. Su madre y su hermana mayor, de nueve años de edad, pasan por donde él corre, esforzándose por limpiar y organizar lo que el chiquillo estropea.
Hans: ¡Ya casi es Navidad! ¡Cuántos regalos voy a recibir!
Mamá: Lo dudo mucho, Hans. Papá Noel solo obsequia a los niños que se han portado bien. ¿Por qué no puedes ser más como tu hermana Erika? Ella siempre es amable con todos y ayuda en la casa.
Hans: ¡Erika es tonta!
Mamá (enojada): ¡Hans!
Erika: Déjalo mamá, vamos a dormir. Mañana es Navidad y hay que estar todos contentos.
Mamá: Hans, vamos a la cama.
Hans: ¡No! ¡Yo me voy a quedar despierto para esperar a Papá Noel y asegurarme de que trajo todo lo que le pedí!
La madre suspira y sale con Erika de escena, mientras Hans sigue saltando y causando alboroto. De pronto, un ruido de cascabeles se escucha en el tejado.
Hans: ¡Es Papá Noel!
A continuación, se escucha como algo va cayendo por la chimenea y esta se apaga para dejar pasar a un hombre regordete y vestido de rojo.
Papá Noel: ¿Jo jo jo! ¡Feliz Navidad! Me dijeron que aquí esperaban muchos regalos.
Hans: ¡Sí! ¡Los míos!
Papá Noel lo mira, luego saca una lista y se pone unos anteojos para leer.
Papá Noel: ¿Eres Hans?
Hans: ¡Sí!
Papá Noel: Lo siento mucho, pero en mi lista de regalos solo aparece una niña llamada Erika, que se ha portado muy bien todo el año.
Papá Noel se descuelga su saco de obsequios y deja varios bajo el árbol para Erika.
Hans: Pero, ¿y yo? ¿Qué voy a recibir?
Una melodía siniestra inunda el escenario y.a continuación, entra en escena un monstruo alto y robusto, cubierto de pelo y con dos cuernos en la cabeza. Hans lo mira aterrado mientras mete sus garras en un saco sucio y viejo, sacando un puñado de carbón que lanza a sus pies.
Krampus: ¡Tú tendrás un carbón que es tan negro como tu alma!
Hans: ¡No! ¡¿Q-quién eres tú?! ¡Ayúdame, Papá Noel!
Papá Noel: Lo siento pequeño, no puedo hacer nada por ti. El Krampus sabe que te portaste mal.
Hans: ¿El Krampus?
Papá Noel: Mi asistente de Navidad. Cada año, mientras yo salgo a recompensar a los chicos que se portan bien, Krampus me acompaña para encargarse de los niños desobedientes, groseros y revoltosos, para hacerlos reflexionar sobre sus malas acciones.
El Krampus libera una risa malévola y Hans se pone a llorar.
Hans: ¡No, no! Por favor Papá Noel, ¿qué puedo hacer?
Papá Noel: Simple, sé un buen niño. ¿Prometes que te portarás mejor?
Hans: ¡Sí!
Papá Noel: Entonces, vete a dormir.
Hans sale corriendo y el viejo y el monstruo ríen pícaramente.
Papá Noel: Ay, pobre. Espero que aprenda la lección.
Krampus: Esto lo que más me gusta de la Navidad.
FIN
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