Descripción: El día de su boda, Rodrigo se da cuenta de que ha engordado y no puede entrar en su traje. ¿Cómo hará para salir de tan engorrosa situación?
Personajes: Rodrigo, Manu, Carmina, Invitados, Sacerdote
PRIMER ACTO
En la tienda de tuxedos, Rodrigo se encuentra probándose un traje nupcial para su boda. A su lado está Manu, quién será su padrino en tan feliz ocasión. Rodrigo se contempla en el espejo desde todos los ángulos.
Rodrigo: ¿Qué piensas? ¿Crees que a Carmina le guste?
Manu: A ella le gustará cualquier cosa que te haga feliz. Si soporto aquella horrible obra de teatro a la que la llevaste por su aniversario, no creo que te diga nada por un esmoquin.
Rodrigo: ¡No era tan mala!
Manu: Los actores eran pésimos. En fin, ¿te llevarás ese?
Rodrigo: Por supuesto, creo que me queda genial.
Manu: ¿No quieres llevar una talla extra? Mira que faltan seis meses para la boda y en ese tiempo, cualquier cosa puede pasar…
Rodrigo: ¿Estás de broma? Mi metabolismo es excelente, yo no engordo tanto como tú.
Manu: Sí, claaaaaro…
Rodrigo: Además, con mi entrenamiento en el gimnasio estaré hecho todo un papacito para la boda. ¡Nos llevamos este!
SEGUNDO ACTO
Es el día de la boda y Rodrigo está en su habitación preparándose. Trata de abrocharse la camisa pero se da cuenta, con terror, de que no puede.
Rodrigo: ¡No puede ser! ¡No puede ser!
Manu lo mira, sentado en el borde de la cama.
Manu: No quiero decir te lo dije… perooooo…
Rodrigo: ¡Cállate! ¡¿Qué voy a hacer?! ¡No voy a poder casarme porque soy gordo! ¡Gordo! (Gritando como una chica histérica) ¡Mi vida está arruinada!
Manu: Tengo una idea.
Sale de la habitación y vuelve con una faja en la mano.
Manu: Usa esto, mi hermana se lo pone para disimular la panza.
Rodrigo: ¡¿Una faja de mujer?! ¡¿Estás de broma?!
Manu: A menos que tengas una idea mejor…
Rodrigo suspira y se quita la camisa para que su amigo le pueda colocar la faja.
Rodrigo (sin poder respirar): Esto es lo más humillante que me ha pasado en mi vida…
TERCER ACTO
En la iglesia, Rodrigo y su novia Carmina están en el altar ante el sacerdote, mientras sus invitados y Manu están sentados frente al púlpito. Rodrigo se ve incómodo y a punto de desmayarse.
Carmina (susurrando): Mi amor, ¿estás bien?
Rodrigo no contesta, tiene el rostro morado y está sudando.
Sacerdote: Por el poder que me concede la gracia del señor…
Rodrigo (murmurando): No puedo… ya no puedo más…
Carmina: ¿Mi amor?
Rodrigo: No voy a aguantar… no voy a aguantar más esto…
Sacerdote: Yo los declaro…
Rodrigo, desesperado, se quita el saco. Los botones de su camisa salen despedidos y la faja se rompe, revelando una panza enorme. Alguien entre los invitados lanza un grito escandaloso.
Carmina: ¡¿Rodrigo?! ¡¿Estás bien?!
El novio se desmaya por el esfuerzo y todos se ponen de pie.
Carmina: ¿Mi amor? ¡¿Mi amor?! ¡Contesta! (Tratando de sacudirlo) ¡Alguien llame a una ambulancia!
Entre el barullo del resto de los invitados, Manu niega con la cabeza.
Manu: Creo que este sí que es el momento indicado para decir… te lo dije.
FIN
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