Jorge sostenía su maleta, habían llegado aquella isla inexplorada y poco conocida, Jorge estaba listo para su gran expedición sería el primero en descubrir todas aquellas riquezas que le habían contado se encontraban en las hermosas islas de América del sur.
Juan su socio en aquella expedición le resultada algo emocionante cuantas nuevas especies descubriría, verificaba el suelo, las cortezas de los árboles y cuanto mineral hermoso que el mar arrastrase.
-Vamos Juan deja de ver esas estupideces y vamos alojarnos
– Esto es impresionante te estás perdiendo lo más bello de la naturaleza.-respondió Juan
– Se que para ti esto parece Disneylandia pero tenemos que buscar donde dormiremos
Jorge aun pensaba él porque andaba con un tonto como Juan, el un hombre de buena contextura fornido con semejante acompañante tan pequeño y debilucho, cuatro ojos. Lo extraño era que Juan lo invitara a su expedición, así de la nada con un extraño mapa que había encontrado en la biblioteca. Luego de tantas burlas y golpes que él le habría provocado estando en la Universidad aun no comprendía como se había dejado convencer para realizar este viaje. Solo la idea descubrir algún animal desconocido pasaba por su mente como una fortuna, pues pagan bien por vender animales exóticos y si encontraba oro eso era lo único que alimentaba seguir en esta loca excursión
Los habitantes de la isla no sobrepasaban a las 150 personas y el pueblo era una pequeña comunidad de 50 cabañas. Carlos el capitán del barco que los acompaño hasta la isla les comunico que los lugareños eran muy supersticiosos, los barcos llegan a la isla en la mañana y zarpaban por la tarde volviendo después de un mes trayendo nuevos víveres.
Los lugareños advirtieron que Juan era un hombre bueno así que aceptaron que se hospedasen en la comunidad. Pedro uno de los isleños los llevo a explorar parte de la isla y luego les explico que los habitantes de la isla tenían una regla muy importante “Que no se permitía que nadie saliera de su cabaña después de la medianoche”.
Jorge pensó que eran bobearías de gente de pueblo, que podría ver afuera que causara tanto temor. Juan siendo más cauteloso solo pidió a Jorge que no olvide el porqué estaban allí ¿Que si esa era la única regla del pueblo pues no debían porque temer?
Pero Jorge era un poco terco y obstinado decidió que al llegar la noche saldría para saber que ocultaban los habitantes. Jorge abandonó la cabaña mientras Juan dormía en su cama. La noche era estrellada con una gran luna iluminando la isla, una fresca brisa hacia mover los arboles, uno que otro mosquito pico varias partes del cuerpo de Jorge como cara y brazos haciendo un poco imposible dejar de rascarse.
-¿Qué gente para más tonta? que puede ver aquí afuera que les cause tanto temor.-pensó Jorge. Serán estos mosquitos que les causan tanto miedo, recordó varias noticias que hablaban sobre lo que una picadura de mosquito podría causar. Creo que un repelente será suficiente…
Una fuerte luz llamo su atención era en dirección hacia la playa, camino hasta la orilla y vio una hermosa mujer bañándose en aquellas aguas, creyó que era un espejismo pero no dudo en que un baño a esas horas le hiciera daño. De lejos la mujer parecía tener un largo cabello negro y danzaba con las aguas más al fijarse que Jorge la observaba comenzó hacer gesto con sus manos llamándolo a bañarse junto a ella.
Jorge comenzó a sacarse la ropa primero la camisa y luego el pantalón quedando solo en calzoncillos y adentrándose cada vez más al mar, la joven parecía alejarse más de la orilla pero no dejaba de llamar a Jorge.
Cuando por fin logro acercase la dama tomo las manos de Jorge para luego abrazarlo con su voluptuoso cuerpo de pronto su hermoso rostro se volvió horrible era grisácea, su boca era la de un pez y varios dientes similares a los de un tiburón asomaron en su boca mordiendo el cuello de Jorge arrancando parte de su carne y luego llevando su cuerpo a lo más profundo del mar. Solo un grito se escucho en la noche más ningún habitante se arriesgo a salir de su cabaña.
A la mañana siguiente los lugareños al ver que Jorge no aparecía le contaron a Juan su secreto, aunque Juan no le dio importancia decidió vivir ahí con las maravillas de la isla.
vaya si que da miedo pero al final cual era el secreto
la mujer que era una sirena la llorona o que for favor cuente el secreto 🙂
Era una sirena, obvio.
pues si johari la mujer era una sirena.. 🙂 gracias por leer y comentar
Si … Yo creo que era una sirena …
Jajajaja que Juan tan sin sentimientos jajajaja le valió madres su amigo XD, pero bueno, se le reconoce su espíritu de biólogo :p.
jaja..es verdad 🙂
Muy buena. Me gustan mucho tus cuentos, publica mas
🙂
gracias a ti Fernanda por leer mis historias
jajajajaja muy buena para mi que juan tenia planeado todo, y lo hizo para vengarse por los maltratos, el pringao se lo merecía muy buenaaaaa.
pues si yo también pienso lo mismo a la final estaba todo planeado.. 🙂
Me gusto mucho….solo una pequeña corrección cuando dices en la ultima parte «sigue viviendo (hay) con las maravillas de la isla» quisiste decir ahí??? Bueno en dos partes confundes con esa mala escritura
Por lo demás está muy bueno
Gracias Noelia no me había dado cuenta 🙂 por favor cualquier otra corrección o inquietud házmela saber y gracias por leer y comentar
era una sirena o un pescado me queda esa duda
muy buen cuento