Y salimos del laverinto, perdí la noción del tiempo no sabía ni siquiera que hora podría ser. Una extraña sensación empezó a recorrer mi brazo derecho, como un hormigueo que se iba extendiendo poco a poco hasta mis mofletes y ponerse rojos.
Hace tiempo que no siento esta sensación tan especial que casi olvidé por completo, la chica sonriéndo me tomo la mano y me dió un paraguas negro.
Chica: Quiero que tengas este paraguas para cualquier imprevisto, desconozco si la Luna escupirá esta noche almas.
Yo ¿Qué escupirá almas? dije en un tono bajo y tímido
Chica: Vamos a casa de los Vecinos, tengo que contarte algo; dijo con seriedad y firme
Chica: Es una historia un poco larga, espero que no te asustes
Chica: Por cierto, he olvidado presentarme soy Anelisse
Yo :Encantado ^^
Anelisse: ¿Por qué no dices tu nombre?
yo: No quiero decirlo, nos acabamos de conocer
Algo campaneante sonó entre las hierbas rezumbando en mis oídos, comenzé a sangrar
Anelisse: !Qué te ocurre! ¿Por qué te contraes?
Anelisse: !Estás sangrando!, Por aquí no hay ningún hospital
Se quitó su bolso de cuero y empezó a buscar algo con lo que poder curarme el oído pero no encontró nada
No podía escucharla, aunque intentasé hablar más alto mi cerebro no me dejaba escucharla
me levantó del suelo y mientras era llevado vi una extraña sombra en los trigales de aspecto femenino
Quede inconsciente en el suelo, y Anellise fue capturada por ese ente femenino,estaba amarrado entre cuerdas en una habitación húmeda en la que el techo caían gotas de sangre que me empapaban el rostro.
No podía moverme… temía lo peor tanto para como para anelisse, todo estaba tenue, al igual que en la casa de Leo había poca luz. De pronto escucho un extraño susurro en mi oído derecho diciendome «Hola».
!Joder! !quién coño eres!, dije asustado, el corazón me iba a mil por hora y la extraña voz seguía hablándome sin cesar ni un solo segundo diciéndome hola, sin dormir y con gran temor.
Las voces cada vez se volvían más fuertes y espeluznantes, cada vez que oía eso me entraba ganas de matarme, mi mayor deseo en ese momento y dejar de sufrir.
La luz se enciende y aparece una nota delante de mi, esta dice: » 3 muertes verás al amanecer, una la del Sol, otra la tuya y la de un familiar querido , tal vez.
No podía creer lo que estaba viendo, la desesperación entró en mi pero casi no tenía fuerza, las cuerdas estaban demasiado duras, su elásticidad también eran un gran problema porque al tener fuerza y elasticidad la tensión que soporta mi cuerpo es mayor, y eso significa que iba a morir por un corte sanguíneo.
Hekadi, un conocido de mi tio me explico que cuando la sangre se corta en tu cuerpo comienzas a perder líquidos y calor corporal, la sangre sube hacía la garganta y mueres desangrado sin hacer nada, aunque mucho menos doloroso a que te corten la lengua.
La puerta de la habitación se abre lentamente y veo una extraña sombra diferente en la que vi en los campos de trigo.
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