Bien, esto es 100% cierto, aunque la mayoría de las personas a quienes se los he contado no me creen.
Cuando era muy pequeño, mis padres me dejaban levantarme tarde los fines de semana y mirar la televisión hasta que me dormía. Esa época me encantaba, poder quedarme despierto hasta más tarde que nadie, solo porque sí. Una noche estaba quedándome dormido en el sofá cuando escuché un ruido en nuestro porche delantero. Era el sonido del columpio que teníamos, moviéndose de un lado a otro. Algo asustado, me acerqué hacia los ventanales de la sala de estar y miré hacia afuera. Sentada en el columpio se encontraba una mujer mayor, posiblemente de unos 50 años, que llevaba puesto un vestido de noche, cubierto de sangre y sostenía un enorme cuchillo de cocina.
Inmediatamente corrí gritando a la habitación de mis padres, demasiado aterrorizado como para hablar coherentemente. Pude ver que papá estaba molesto, pero cuando finalmente dije lo que vi, él se enojó mucho y me dijo que había tenido una pesadilla, y que volviera a la cama. Me negué y seguí llorando y gritando hasta que se hartó, agarró mi brazo y me arrastró hasta la puerta principal para demostrarme que no había nadie allí.
Le di una patada y grité intentando hacer que se detuviera, pero él siguió jalándome hasta que llegamos a la puerta y la abrió.
—¿Lo ves? No hay nad… —se detuvo bruscamente.
Hasta el día de hoy, no he visto una expresión de miedo y conmoción como la que se formó en su rostro, cuando esa mujer se volvió y nos miró a los dos, poniéndose lentamente de pie con el cuchillo.
Papá cerró la puerta de golpe y dijo a mi mamá que llamara a la policía, mientras él buscaba su arma. Volvió a la puerta con un calibre 12 y la abrió lo suficiente como para sacar el cañón. Entonces preguntó a la desconocida qué estaba haciendo.
—Alguien mató a mi esposo —dijo ella—, pero no fui yo.
Mi papá le dijo que venía la policía y ella se asustó, tomó el cuchillo y se fue. Los oficiales la encontraron quince minutos después, tratando de entrar a la fuerza en la casa de otro vecino.
Nunca volví a dormir en la sala.
Tiempo después, hablando con mi madre de esta experiencia, ella me confesó que jamás se enteraron de la historia completa de aquella mujer, pero aparentemente estaba mal de sus facultades mentales y no había tomado sus medicamentos. Esa noche, ella y su esposo habían peleado y ella había tratado de atacarlo con el cuchillo, aunque no llegó a lastimarlo seriamente. Cuando él la sacó de la casa, lo que hizo fue cortarse con el cuchillo como si quisiera suicidarse o hacerse algunas heridas de las que pudiera culpar a su marido. La policía nunca nos habló sobre esto, fue algo de lo que escucharon hablar a los vecinos de la mujer.
Esta historia fue publicada originalmente en Reddit, por el usuario Dr_Octagonapus.
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