Solía vivir en esta pequeña y espeluznante ciudad en algún lugar de Virginia, antes de mudarme a Pennsylvania. Lo que más recuerdo de ese lugar eran las historias que se contaban sobre la casa encantada. Cuando yo vivía allí, nunca aprendí mucho sobre ella, aparte del hecho de que estaba «embrujada».
Sobre todo porque yo contaba con siete años de edad cuando nos mudamos; aunque mi hermano tenía dieciséis. Hasta el día de hoy, cada noche de Halloween nos cuenta las cosas que descubrió sobre esa casa tan terrible. Son historias que nunca fueron contadas a los niños más pequeños. Solo se compartían entre los padres y los tíos mayores. Mi hermano es muy serio al respecto y mis padres todo el tiempo le dicen que deje de hablar tonterías, cada vez menciona el tema.
Recuerdo que las ventanas de la casa estaban tapiadas. También recuerdo lo incómodo que era el camino lleno de rocas hasta el porche principal y la puerta agrietada. Esta era la casa sobre la que los niños más grandes bromeaban cada vez que se acercaba Noche de Brujas; todo el tiempo se retaban a entrar unos a otros.
Un día mi hermano, su amigo y yo, nos dirigíamos a nuestro hogar desde la parada del autobús, y mi hermano y su amigo miraron a través de las grietas que había entre los tablones de madera que cubrían las ventanas de la casa. Todo lo que mi hermano dice sobre lo que vio, es que se trataba una casa cualquiera. Recuerda que no era tan vieja, pero sí se veía algo derruida.
Una noche, todo el barrio fue despertado por las sirenas de policía. Dos patrullas y una ambulancia llegaron a toda velocidad a la casa. Sin embargo, las autoridades no estaban enfocadas el lugar. En el bosque detrás de la construcción, algunos niños corrían, hasta que uno se tropezó quedando inconsciente. Los otros lo dejaron y uno fue a avisar a sus padres. El niño solo sufrió una conmoción cerebral y una muñeca fracturada, no obstante nadie se enteró de por qué los niños estaban jugando ahí.
Durante semanas, todos en la ciudad estuvieron hablando del incidente sin cesar. Algunos dijeron que solo estaban haciendo travesuras mientras que otros decían que alguien los estaba persiguiendo.
Un mes y medio más tarde, después del incidente, se volvieron a escuchar varias sirenas por todo el vecindario. Mi hermano y yo recordamos estar sentados en el porche al lado de nuestros padres. Había entre cuatro y seis patrullas de policía y una sola ambulancia que una vez más, se detuvo en aquella misteriosa propiedad abandonada. Solo que a diferencia de la última visita, esta vez si entraron a la casa.
Mi hermano y mis padres nunca continúan la historia a partir de ese instante, pero todo lo que sé es que después de aquel día, mi padre hizo que su compañía lo transfiriera de trabajo a Pennsylvania. Nunca he vuelto a ver esa casa.
Esta historia fue publicada originalmente en Reddit, por el usuario StoriesToTell0215.
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