En 1985 un hombre llamado Albert fue arrestado por asesinar una familia completa. Tras siete años en la cárcel, descubrió que otras personas se habían mudado a la casa del asesinato y se puso manos a la obra.
Mientras la familia dormía, decidió empezar con los niños. Pensó que decapitarlos era una mejor opción, pues no dejaría huella. Primero acabó con el menor seguido del hermano mayor. En ese momento escuchó como la madre se levantaba de la cama y fue tras ella.
Cerca de la madrugada, el padre se despertó al escuchar un ruido en la cocina y bajó. El asesino puso en la mesa las cabezas de la familia y al ver tan macabra escena, el padre gritó, antes de ser asesinado. Albert abandonó la casa.
Los noticieros informaron sobre el asesinato de aquellas cuatro personas.
Tres meses después, Albert creyó ver en medio de la obscuridad cuatro cabezas. Alarmado, se frotó los ojos y las vio desaparecer. Se levantó al baño, regresó a la cama y ahí estaban todos, la familia que había asesinado. Aterrorizado, sufrió en carne propia lo que les había hecho. Albert fue decapitado.
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