Kuchisake-onna o la mujer de la boca cortada, es uno de los cuentos de terror más populares en Japón, forma parte importante de su mitología. Esta leyenda cuenta la historia de una mujer que fue castigada debido a una infidelidad.
La misma se remonta hasta la época de los samuráis, nobles guerreros del Japón feudal cuyo honor estaba por encima de todas las cosas. Una hermosa mujer se casó con uno de estos hombres, el cual tenía fama y poder en todo el feudo. Su esposa era muy joven y bella, con la piel de leche suave, el pelo largo y negrísimo, y unos ojos que brillaban como estrellas.
Tanta era su belleza que estaba bastante envanecida y le encantaba presumir ante los criados y el resto de la gente. Siempre se compraba las sedas más caras para hacerse los más bonitos quimonos y se adornaba con cantidad de joyas.
Por eso su atractivo seguía siendo irresistible para el resto de los hombres y, aprovechando las ausencias de su marido, la infame mujer no tenía reparos en engañarlo.
Sin embargo, esto dio de que hablar entre los vecinos y muy pronto esos rumores llegaron a oídos del samurái, quien muy ofendido, regresó a toda prisa a su casa para vengar la infidelidad pues un gran señor como él no podía permitir que lo humillaran de tal manera. Justo encontró a su mujer en pleno engaño con uno de sus amantes, al cual degolló con su poderosa espada.
Y a ella, como castigo, le cortó la boca de extremo a extremo del rostro, proporcionándole una grotesca sonrisa.
—¿Quién va a pensar que eres bella ahora? —le dijo con crueldad.
El resto de su vida, la infiel mujer tuvo que usar un velo para cubrir su rostro, pues ocasionaba espanto en cualquier persona que se cruzaba con ella. Incluso el día de su muerte permaneció con la cara cubierta, pero su alma nunca pudo encontrar descanso eterno.
Desde entonces, el espíritu vengativo de Kuchisake-onna vaga hasta nuestros días por las calles de Japón, con el rostro cubierto por una máscara quirúrgica. Cuando se encuentra con un hombre, se acerca y le pregunta:
—¿Soy bella?
Estos, obviando la máscara facial y fijándose en su preciosa mirada y los suaves rasgos del resto de su cara, contestarán que sí. En ese instante, la mujer se quitará la mascarilla revelando su horrible sonrisa desfigurada y preguntará:
—¿Soy bella ahora?
Sí responden que no, ella sacará unas tijeras gigantescas para degollarlos cortándoles la cabeza. Y si la respuesta es sí, lo que hará Kuchisake-onna es cortarles la boca, para condenarlos a tener una sonrisa tan terrible como la suya.
Según dice el mito, la única maneras de salvarse es contestándole con otra pregunta:
—¿Y yo? ¿Te parezco bello?
Esto confundirá al espíritu, dando tiempo de que la víctima pueda escapar. Sin embargo, quizá la mejor opción sea definitivamente no andar a solas por la noche, en calles desoladas.
Kuchisake-onna puede aparecer en el momento más inesperado.
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