Esta leyenda de terror constituye uno de los mitos más conocidos en El Salvador, y sus lugares adyacentes en América Latina.
Cuenta la historia que hace mucho tiempo, en una tribu importante, habitaba un guerrero muy célebre que tenía una bella esposa. Sin embargo, la pobre mujer no podía darle hijos y por eso era despreciaba por la gente del pueblo. Aunque habían querido desterrarla por su infertilidad, su esposo la amaba y la conservaba a su lado porque no perdía las esperanzas de tener un bebé con ella.
Un día, él tuvo que marcharse a la guerra y la pobre muchacha se quedó sola en casa. Para su felicidad, descubrió que había quedado embarazada y cuando quiso ir detrás del guerrero para darle la buena noticia, fue interceptada por un grupo de mujeres que la odiaban por ser infértil. Queriendo cumplir con la tradición de apedrearla, la aporrearon con rocas hasta hacerla perder el bebé que llevaba en su vientre, sin saber de esto.
Humillada y moribunda, la mujer levantó su mirada al cielo o rogó a los dioses que la ayudasen a conseguir venganza. Ellos la escucharon.
La doncella obtuvo el poder de desprenderse de su piel por las noches, convirtiéndose en un ser maligno que seducía a los hombres y luego los mataba de miedo. Fue así como logró acabar con los hijos de todas esas mujeres que la habían lastimado, haciendo que enloquecieran y sintieran el dolor que ella había sentido al no poder parir a su hijo.
Muchas de ellas se suicidaron a causa de la tragedia y otras, temerosas de la maldición que parecía haber caído sobre sí, ni siquiera se atrevían a salir de sus casas.
Tiempo después, el guerrero volvió y encontró a su mujer muy cambiada. Ya no era la joven inocente y alegre a la que había dejado al ir a pelear. Había en ella una oscuridad que lo perturbaba. Una noche, la descubrió sacándose la piel y convirtiéndose en una criatura parecida a un muerto viviente, que lo horrorizó. Echó sal en la piel que había dejado tras de sí y cuando quiso volver a ponérsela, se retorció de agonía y murió.
Desde ese entonces fue conocida como la Descarnada, pues su espíritu fue condenado a vagar sin encontrar descanso.
Dicen que hasta hoy en día sigue tentando a los hombres y los más viciosos caen en su trampa.
Cuando van de noche, por la carretera, podrán ver a una jovencita muy atractiva y sensual haciendo una parada. Va vestida de manera provocadora y mira ardientemente a los sujetos que se atreven a detenerse, dejándola subir a sus autos. Cada vez que le preguntan a donde se dirige, ella menciona un sitio que se encuentra a pocos kilómetros de allí. Entonces intentará seducir a los incautos conductores, quienes ante la posibilidad de tener una aventura con ella, se dejarán envolver por sus brazos.
Pero su emoción se transformará en terror al ver que están presos de la Descarnada, toda ella huesos y podredumbre.
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