Adaptación de una antigua leyenda de terror japonesa, que habla sobre espectros malignos que por la noche salen a drenar la sangre de sus víctimas; especialmente hombres y niños.
Entre los muchos mitos que conforman el folclor de Japón, el de las rokurokubi es uno de los más siniestros. Estos seres tienen el aspecto de mujeres hermosas y muchas veces, ejemplares, no siendo extraño que se hagan pasar por madres dedicadas o esposas perfectas con hijos, de las cuales nadie sospecharía durante el día a día.
Al caer la noche sin embargo, aprovechan que todo el mundo duerme para mostrar su verdadera naturaleza: la de una criatura perversa y con malas intenciones. Una rokurokubi es capaz de estirar su cuello a niveles insospechados, algo que le sirve mucho para espiar a las personas que deambulan de noche y también le da una apariencia siniestra.
¿Y cómo fue que surgieron las rokurokubi?
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, había una mujer muy malintencionada cuyo único pasatiempo era espiar a los demás. Todos el tiempo se la pasaba fisgoneando en las casas de sus vecinos, familiares y amigos, para descubrir cualquier indiscreción que le permitiera ponerlos en ridículo o aprovecharse de ellos.
Así acumuló mucho karma malo y como castigo a sus acciones, su cuello se estiró convirtiéndola en un monstruo y condenándola a vagar como un alma en pena por las calles de Japón. Con el tiempo, esta también se convirtió en la sanción de todas aquellas mujeres que disfrutaban haciendo daño, inmiscuyéndose en los asuntos de otros y siendo egoístas.
Una rokurokubi buscará drenar la energía o la sangre de otros para alimentarse. Por suerte, sus víctimas suelen ser solamente gente tan mala como ella: borrachos, abusadores, ladrones, asesinos o infieles, entre otros.
En raras ocasiones, se cuelan en las habitaciones de los niños para asustarlos con sus extensas gargantas deformes.
Se dice que algunas mujeres que se han convertido en rokurokubi, no lo saben realmente y por eso se despiertan muy cansadas por la mañana, como si no hubiesen podido dormir en toda la noche. La mejor manera de confirmar las sospechas, es fijándose en sus cuellos. Si estos están marcados por largas estrías blancas, significará que han recibido esta espantosa condena.
Otra manera de confirmarlo es a través de los sueños. Si la mujer recuerda haber visto cosas o paisajes desde ángulos extraños, (debido a la extensión de su cuello), lo más probable es que sea una rokurokubi. Se dice que ellas también tienen la costumbre de beber el aceite de las lámparas, así que comprobar si estas se hallan vacías es otra mala señal.
Así mismo, una persona que se levante sintiéndose sumamente fatigado y sospeche que fue mordido por una de estas criaturas, no tendrá más que verse al espejo para buscar marcas de dientes en su cuerpo, en forma de colmillos afilados. Si las encuentra, tendrá que plantearse seriamente un cambio en su conducta, para dejar de ser el blanco de este espíritu maligno.
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