La mañana es fría para Ed aunque su cuerpo esta empapado en sudor, esto fue provocado por el temblor que su cuerpo sufría al revivir su sueño, su realidad.
En esta realidad de la noche, la sangre está por todos lados, el rojo inunda su mirada, la nubla al observar sus manos desangradas. Siente lo que ya ha sentido antes.
Un día Ed, al abrir la puerta encuentra el cuerpo inerte de su hermana, su sangre regada por todo el lugar, es de un rojo intenso y transparente, la inocencia corría por sus venas, Ed comenzó a gritar, pero la voz le ha sido arrebatada, no encuentra subterfugio alguno, todo a su alrededor comienza a volverse obscuro y ahí la escucha otra vez. No puede moverse, se encuentra entre cuatro paredes que solo parecen proyectar el sonido de los gritos, llantos y reclamos, escucha el palpitar de su corazón, sus párpados comienzan a cerrarse y él busca huir de la situación, lo escucha de nuevo.
—Suéltalo, lo lastimas —sabe lo que ha hecho, pero no lo pudo evitar.
De nuevo otro despertar, ya no es el mismo, se ha oscurecido su mirar, ya no tiene brillo. La noche se torna cada momento más fría, el único sonido presente es cada pisada de Ed, su caminar es lento, se dirige a hacia la habitación de su hermana, mientras camina olor extraños se apodera de su olfato.
—¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué he hecho? —piensa Ed.
—¿Dónde estaban mis padres cuando más los necesitaba su princesita? No decían amarla y adorarla, no la han podido proteger como tanto lo han jurado. Le han arrebatado la vida y ellos no han hecho nada. Mi padre y su ego de tener todo bajo control han fallado, le ha fallado a ella, se lo advertí, mi padre simplemente es un hablador. Y mi madre, que podría esperarse de una simple persona que solo aparenta ante los demás, ella nos presenta como la familia perfecta, los hijos perfectos, la realidad se ha presentado a golpear la puerta y ha dado a descubrir que ya nada es perfecto y que nunca lo fue, por fin la verdad sale a la luz, mis padres han sido descubiertos pero yo aún no.
La mente de Ed lo traiciona de nuevo, proyecta los momento más felices, no lo puede impedir, su padre no era tan malo, ¿o sí?
—¡Claro que lo era! Tú y yo sabemos todas las noches que nos atormentó estando ebrio, todas las veces que nos gritó, no podemos justificar sus actos. ¡Han matado a su princesa y él no hizo nada! Como puedes dudar por un segundo la cantidad de errores que ha cometido —Ed no deja que su mente lo siga atormentado, él tiene la razón, todo lo que ha sucedido es por culpa de sus padres.
Ya no hay nadie que lo mande, nadie que le diga que debe hacer, su padre no puede volver a gritar, su madre no aparenta más, de nuevo ese extraño olor, pero ahora lo recuerda y sonríe.
—¡No podrás molestarme de nuevo, padre! —Ed se lo repite unas cuantas veces.
Ahí llega a la habitación de sus padres, el olor en ese momento es insoportable para cualquier persona, al abrir la puerta encuentra inertes los cuerpos de sus padres, mientras recorre la habitación los gritos se apoderan de la oscura noche, su padre trató de detenerlo, su madre solo lloraba y gritaba por ayuda, ayuda que nunca llegó, nadie los escucho, como ellos nunca escucharon a Ed.
—No crean que he olvidado desearles buenas noches padres, simplemente estaba un poco ocupado. Ya no tienes que preocuparte por mi hermana papá, está en camino a reunirse con ustedes, te juro que no ha sufrido, no ha sido como tu muerte. Los amo padres pero es hora de irme a descansar, mañana será un día nuevo —habla Ed.
Todo ha terminado, nadie podrá molestarlo nunca más.
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