Cuento enviado por U.R. Cesar (fan del blog)
La primera vez que me di cuenta que amaba ese color fue, si mal no recuerdo, a los 6 años, la primera vez que admire ese color, y no solo con la vista, si no con 3 sentidos, la pude tocar, la pude probar y la pude ver. Recuerdo que estaba tranquilamente admirando como nuestro perro tommy, corría libremente por la calle, papá le lanzaba la pelota y tommy se abalanzaba hacia ella, la tomaba entre las mandíbulas y rápidamente la traía de regreso, era algo que hacíamos cada 3 días sin falta, adoraba a ese perro, pero más aún, él no me adoraba a mí y eso era horriblemente bueno.
Siempre que tenía la oportunidad y, más que nada, cuando estábamos solos, le hacía cariñitos diferentes al amado perro de mi padre, había veces que le clavaba pequeños alfileres en el torso, o quería que, al igual que yo, tuviera un hermoso arete en las orejas, por lo cual se las perforaba. Oh ese sonido que hacía al ser picado, se retorcía de dolor, y me lanzaba esa tierna mirada de compasión en la que no quería más, y hasta me daba pequeñas lambidas en la mano, ¡qué fácil era poder hacer el trabajo de Dios! Yo siendo tan solo alguien terrenal, podía causar dolor a alguien, en este caso un animal, y sin embargo todo parecía estar bien, puesto que en algunas ocasiones, tommy parecía volver a mí, sin importar el daño que le causaba, al parecer cuando una persona es perdonada una y otra vez, es justificable volver a dañar.
Tommy corría libremente y feliz, trayendo y volviendo a por la pelota, padre sonreía y me dejaba lanzarla, todo era perfecto, pero los sucesos más tristes suelen llegar tras la alegría del ser humano.
Al tomar la pelota, quería ver la libertad de tommy en su máximo esplendor, así que para ello, (y porque me encantaba verlo correr) lance la pelota con la máxima fuerza de mis diminutos brazos lo más lejos que pude, al lanzarse tommy por ella, con toda la felicidad canina de jugar con sus dueños que me resulta más que nada difícil de comprender, fue atropellado brutalmente por un carro.
Recuerdo que, para mi fortuna, vi como el carro golpeaba mayormente su torso y su cara arrastrándolo a más de 5 metros por toda la calle, vi que debajo del carro tommy era revolcado brutalmente entre la parte inferior del automóvil y las llantas tanto delanteras como traseras, dando giros por debajo y, finalmente, dejado tirado, sin que el conductor se detuviera, dejando en la calle un rastro de sangre, entrañas y demás órganos internos hasta donde se quedó tommy.
Mi padre lloro desconsoladamente, pero a diferencia de él, quede fascinada de ver como alguien es capaz de quitar la vida a otro ser vivo sin tener represalia alguna, y no, no solo eso, si no que ejerces un papel de nivel Dios, accidentalmente podrías matar una mascota y no pasaba nada. Así que mientras veía el charco de sangre y admiraba el tono rojo que este dejo, un rojo tan reluciente, negruzco, hermoso, me pregunte si, podría quitar voluntariamente una vida, sin la menor represalia, quería contestar a esa pregunta y por lo tanto, ejercería mi derecho a tomar la vida ajena mediante mis medios, muy pronto, haría una visita a mi pequeño hermano…
A eso le llamas historia de terror¡¡¡¡ Parece más una historia de pena