PARÁLISIS DEL SUEÑO

Cuento enviado por: Juan M. Carreón.

Es una noche fría, nublada, húmeda y apunto de llover, se escuchan relámpagos bastante cerca tal parece que será una noche de tormenta, me he quedado solo en mi casa, mi Madre y mi hermano han salido de la ciudad para visitar a mi hermano mayor.

Preparo mis cosas para el día siguiente mientras miro el televisor, posteriormente recojo mi ropa sucia para colocarla en el cesto, apago la luz y me dispongo a recostarme para ver una película o algún programa interesante mientras llegue el tiempo de dormir.

En algún momento me quedo profundamente dormido, a lo lejos puedo escuchar aun la lluvia incesante y los relámpagos aún más fuerte y más cerca como si todo fuera parte de un sueño, de pronto se enciende la luz y abro los ojos, ya no me encuentro en mi recamara, es un lugar completamente desconocido, solo puedo ver un buro de mi lado izquierdo con un vaso lleno de agua encima, de mi lado derecho hay una ventana donde puedo ver la iluminación que provocan los relámpagos, no puedo mover ni un solo musculo, me cuesta bastante trabajo respirar, no puedo ni siquiera hablar o gritar aunque sería inútil ya que no hay nadie en mi casa quien pueda auxiliarme si se tratase de un sueño.

De reojo veo en la puerta a un hombre entrando, viste una túnica completamente negra, su rostro es incierto ya que trae un sombrero de copa, el sujeto es bastante alto y camina despacio, sus manos son blancas, delgadas y con las uñas largas y descuidadas como si fueran pezuñas de algún animal, sigue acercándose cada vez más, en una de sus manos sujeta un libro color negro con letras doradas el cual coloca sobre mi pecho en cuanto llega hacia mí, sigo sin poder moverme, comienzo a sudar demasiado y mi respiración comienza a acelerarse, el sujeto saca de su bolsillo izquierdo una cruz y un pequeño frasco con agua la cual comienza a rociar sobre mis brazos, un dolor insoportable azota mis extremidades tal como si el agua quemara mi piel, el sujeto comienza a hablar en lenguas desconocidas para mí, vuelve a tomar el libro en sus manos y lo abre, comienza a hojearlo y lo coloca de tal manera de pueda verlo, solo veo letras que no logro comprender y algunas imágenes de seres deformes y tenebrosos, sigue hojeándolo cerca de mi rostro hasta que llega a una página donde puedo comprender las palabras ahí plasmadas, eran nombres de demonios, Lucifer, Belcebú, Nerón, Judas y algunos que no logro recordar.

Tal parece que estaba poseído por algún ente o demonio y ese ritual era un exorcismo, sigo sin poder moverme y sin entender que sucede, el sujeto sigue rociando agua ahora sobre mi rostro, el dolor es indescriptible, siento un calor abrazador sobre mi cuerpo, el sujeto camina alrededor de la cama hacia mi lado izquierdo y coloca el libro en el buro justo a un lado del vaso de agua, el libro se enciende en llamas de la nada, el fuego alcanza las sabanas y la cama se empieza a encender también, siento aún más calor y dolor, el sujeto se comienza a alejar perdiéndose en el humo que abraza la recamara, mi cuerpo empieza a incinerarse, puedo oler mi carne quemándose y logro soltar un grito desgarrador.

Despierto con la respiración exaltada y sudoroso, ya estoy en mi recamara pero aun sin poder moverme ni hablar, de reojo veo una sombra saliendo por mi puerta, cierro los ojos y me concentro para poder moverme y lo logro! Me siento en mi cama pensativo y asustado ya sin sueño y con el corazón palpitando preguntándome ¿Realmente fue un sueño? Tal vez, tal vez no.

Desde pequeño sufro una condición llamada ‘‘Parálisis del sueño’’ la cual en días en que estoy muy estresado o muy cansado se hace presente, el cuerpo está consciente pero los músculos no responden, no puedo pronunciar ninguna palabra y me cuesta trabajo respirar, actualmente ese estado es cada vez más recurrente pero nunca había vivido una sensación como la de aquel día la cual recuerdo cada noche cuando me dispongo a conciliar el sueño, ¿Te ha pasado?…

Deja un comentario abajo.