Cuento enviado por J Cobos (fan del blog)
Párrafo I: Entre el miedo y la tranquilidad hay una gran diferencia que el humano promedio llega a vivir, el miedo que llegue a experimentar desde que empezó la vinculación no tiene comparación con ningún otro; cada molécula, cada arteria, cada vaso sanguíneo, todo tipo de liquido que segrega mi cuerpo, mi fisura de la cabeza humeral, desde el más remoto lóbulo hasta mi última víscera, todo te pertenece así jamás lo haya deseado.
Todo empezó así:
Eran cerca de las 2:45 am, Salí de la faena limpia con mi tabla después de haber terminado 3 veces, recuerdo el típico mito sobrevalorado que habla de que masturbarse todos los días es malo para la salud, malo es dejar de hacerlo, podría dar alto déficit además no te sacarías el estrés diario, al hacerlo eliminas toxinas que podrían causar en un fututo cáncer de próstata, el organismo libera ciertos neuroquímicos como la dopamina, endorfinas y serotonina, se relaja el sistema nervioso, yo como neurólogo lo tengo más que claro.
Recorrí los pasillos ya con algo de sueño debido a la vaciada de vesícula seminal, la clínica en la que inicie mis turnos de trabajo aun me resultaba incomoda, los pasillos eran muy largos y recorrer tanto para llegar a mi oficina resultaba fastidioso, iba más o menos a mitad de pasillo cuando escuche unas pisadas suaves justo a mi espalda, continúe caminando disminuyendo el paso poco a poco mientras calculaba a qué distancia estaría la persona que me estaba siguiendo, pensé en el cabrón de Will, le divertía asustarme por aquella vez que reaccione empujándolo tan duro que cayó sobre una silla plástica(ya algo vencida y la partió, a lo mejor la partiría por su sobrepeso), mi pulso se acelero al buscar cierta lógica… los pasos de Will jamás sonarían tan suaves estos pasos parecían de una anciana o hasta quizás un niño, no lo pensé mas y gire con mucha fuerza mi torso sacando el codo derecho hacia atrás, fuese quien fuese no me importaba solo quería sacarme esa incomodidad de encima, si era una anciana la dejaría sin dientes, aunque normalmente ya ni tienen, la tranquilidad del pasillo me abrazo no había absolutamente nada el silencio parecía mucho mayor del que siempre había, bote aire y gire despacio ya calmándome, camine un poco la sorpresa fue que los pasos resonaron esta vez más cerca, quizás a unos pocos centímetros de mi espalda y fueron dos pasos, como si esta persona hubiese brincado o hecho una especie de baile, sin pensarlo eche a correr por todo el pasillo, los informes se me cayeron y yo por poco caigo con ellos debido a la velocidad que tome, llegue al final de el pasillo ya desacelerando el paso porque me encontraría la recepción, apoye mis manos sobre mis rodillas y bote aire al subir la mirada lo único que encontré fue el inicio del pasillo como si jamás lo hubiese recorrido y más bien hubiese regresado al inicio, enseguida una pisada muy fuerte resonó a mi espalda me aturdió en parte y hasta sentí que las cerámicas vibraron como si esto fuese un mortero, inicie nuevamente la carrera esta vez con más velocidad, no sentía mis piernas y cometía el error de contener la respiración, este horrible pasillo que cada vez resultaba más horrible de lo que era, se sentía muy largo constaba de aproximadamente 12 metros los cuales tardaba en finalizar, llegue al final para encontrarme de nuevo el inicio, corrí y corrí no supe cuantas veces fueron las que di vueltas por el mismo pasillo, una puntada en mi corazón ya no me permitía continuar con tanta velocidad e iba prácticamente arrastrándome mi bata estaba bañada en sudor caí arrodillado las gotas de sudor cayeron al piso como un vaso de agua me sentí quebrado a punto de llorar sentí mi boca empezándose a arrugar como hacen los niños cuando van a empezar a sollozar, me coloque las manos tapándome el rostro y decidí ahogarme en ellas, ya no sabía nada de la realidad, empecé a escuchar sonidos papeles, una caja registradora sentí presencias de cuerpos humanos a mi alrededor subí la mirada despacio, todo estaba un tanto borroso observe las zapatillas blancas de 3 enfermeras que estaban al frente mío y otros dos médicos mas la secretaria.
¿Qué te ocurre Derek? Fue lo primero que me dijo una voz femenina
Los mire conteniéndome las ganas de llorar, podría estar fundido en pánico pero mi orgullo esta siempre encima de mí, todos me miraban con cara de terror y pesadumbre, intente levantarme pero mis piernas fallaron note que estaba asfixiado, dos chicas y un medico utilizaron mucha fuerza para levantarme, mi peso era 90kg y una estatura de 1.85, no les resulto fácil mas con la gran debilitación que tenia, me sentaron en la sala de espera note que estaba amaneciendo y me abrumo la idea de que cuando Salí de la faena eran las 2:45am, ni en mi mejor sano juicio hubiese corrido tal cantidad de horas, menos con esa velocidad.
Después de este incidente tuve pesadillas por 4 días, mis turnos eran de noche así que duermo de día y se había vuelto casi imposible poder dormir cómodamente, siempre sentía que me observaban, llegue al punto de comprar una mascota se supone que los gatos sienten las presencias malignas así que busque un siamés, sus ojos azules era mi debilidad.
Párrafo II:
Normalmente hay un porcentaje de la población que cree en lo paranormal, yo jamás estuve en el, las cosas paranormales nunca llamaron mi atención, ni siquiera la vez que tuvimos el ser y yo tuvimos el primer acercamiento en el cual iba saliendo del estacionamiento malhumorado por no tener en mis manos unos bombones de godiva, me pare en la acera, un olor extraño provenía del lado izquierdo me costó reconocerlo y lo asocie con el cadáver de mi tío que hace unos 2 años encontramos en su habitación lo habían asesinado a balazos el vivía solo y habíamos decidido visitarlo, el cadáver llevaba unos 3dias de descomposición, este olor era exacto al que se acercaba a mí dejándose atraer por el viento, el día parecía nublado y azulado, mis padres cruzaron la calle dejándome atrás y yo observe el final de la acera, había algo que se movía a paso muy lento detrás de los arbustos poco a poco note una figura muy alargada, esto era algo que dudaba si era humano, tenía una altura que casi llegaba a la de los arbustos y una deformidad en la espalda como si estuviese complementado por una especie de joroba muy grande, sus pasos eran desnivelados, traía un vestido negro alargado como el de las ancianas con encajes y un velo muy largo, se poso hacia el frente mío empecé a escuchar que murmuraba cosas, la voz iba subiendo de tono cada vez mas hasta llegar a un espeluznante grito agudo que me hizo acelerar el paso y correr sin mirar la calle, por suerte no habían autos y abrace fuertemente a mi mama, solo tenía 9 años en aquel entonces, y a los pocos días ni pensaba en ello ya que no creía en que existieran cosas paranormales.
Yacía acostado en el suelo sobre mi colchoneta estaba entre dormido y despierto un olor repugnante me fastidiaba desde hace un rato, pero el sueño y mis ganas de dormir no me dejaban brindarle atención, hacia un frio tremendo, me acurruque buscando darme más calor y escuche a mi gato bufar de modo intenso, lo observe y estaba montado en mi mesa de noche con la espalda encorvada a gran altura y los pelos de punta el sonido que hacía era espantoso pero más espantoso fue sentir un frio que me abrazo por la espalda, una especie de ronquido y un sonido similar al de una boca enorme abriéndose grotescamente sonaba justo atrás mío, no me atrevía a voltear estaba desplomándome de la realidad el miedo que sentía y el pánico en el que estaba entrando era inigualable sentí un vapor que me quemo un poco justo en mi columna, estaba cerca, muy cerca su respiración me lo descifraba.
Párrafo III: desde pequeños nos inculcan que los fantasmas, brujas, gatos negros, la oscuridad, los ladrones, las cucarachas, los ratones, los borrachos, los desconocidos y muchas cosas más son malas y son peligrosas, si no fuese asi jamás desarrollaríamos miedos, y si se desarrollan no serian de acuerdo a lo que la mayoría de las personas consideren malo, hubiese deseado no tener tanto miedo en ese momento.
A continuación me gire fuertemente echando sobre mi la sabana para cubrirme de lo que sea que estuviese a mi lado, sentí como subió a gran velocidad y se estrello con el techo, el golpe fue muy fuerte y escuche claramente como se pego a él aferrándose totalmente, crujieron unos huesos como si girara su cuello o alguna extremidad, todo quedo en silencio pero sabía que estaba allí arriba, sentía su mirada encima penetrándome demoniacamente, mi gato bufo a un tono agudo espantoso lo que sea que estuviese allí permaneció un largo rato observándome, sentí una elevación lenta en mi cuerpo luego brusca y con gran velocidad, solo sé que estuve en el aire unas milésimas de segundos y finalice estrellándome con alguna pared, mi cabeza daba vueltas no sabía que ocurría me perdía estaba mareado y mi consciencia no quería regresar a la realidad.
Párrafo IV: En la calle warnes un cuerpo rompió una ventana de madera con vidrios aproximadamente de 3 líneas, este voló por los aires rompiendo el silencio sosiego de la comunidad y cayó totalmente inmóvil e inconsciente al lado de la acera.
Desperté en un lugar desconocido, una gran iluminación me cegaba poco a poco note la cerámica en las paredes y un porta sueros lo que indicaba que estaba en la clínica, me levante despacio, sentía un dolor terrible en mis extremidades y espalda más o menos en los dorsales, me costaba caminar, así que fui cojeando hasta el baño agarrándome de las paredes mientras observaba que la bata que me habían colocado me quedaba algo pequeña, al entrar me recosté al lavamanos, empecé a lavar mi cara con agua helada, al retirar las manos y soltar un suave suspiro abrí mis ojos notando que la luz estaba apagada, solo me quede helado esperando que iba a suceder, escuche a alguien caminar en la habitación y mover algunas cosas, que bien, había llegado alguien lo que indicaba que me iban a informar sobre mi mal estado físico, fui rápidamente hacia ella, abrí la puerta y no había nadie, la soledad me abrumo como la primera vez que sentí pánico me debilite poco a poco escurriéndome por la pared sentía ganas de llorar, note una figura humana en mi camilla, estaba totalmente oscuro, esta solo me miraba, no hacía nada solo estaba allí y empezó a moverse despacio como si se fuese a levantar de la cama mi cuerpo estaba a punto de desarmarse del temblor pero sabía que no me podía mover en ese instante abrieron la puerta dos enfermeros y un doctor me vieron y enseguida me tomaron por los brazos llevándome a camilla en la cual ya no había nada pero se notaba en la sabana un hundimiento que indicaba que alguien estuvo allí sentado, los médicos me dijeron que me aflojara, note que estaba tenso sin querer tocar la camilla, me senté y note sus rostros, sus caras eran de lastima, como si vieran a un ser sin vida que no tiene esperanzas.
>Párrafo V: la vida a veces parece tan larga que se vuelve corta, los momentos son tan grandes que se vuelven diminutos, un respiro, una sensación física, un parpadeo, todo lo que ocurre en un ser humano siempre lo voy a extrañar.
Recibí visitas de personas las cuales yo odiaba, aparecieron familiares que no me veían desde niño, pasando los días sentía que se llenaba un cajón de visitas, no hallaba quien más podría visitarme, habían venido todos, yo solo dormía 3horas al día, cada vez notaba mas rostros de tristeza hacia mí, no sabía en qué pensaba todo el día, mi cabeza estaba vacía, una vez los enfermeros dejaron una caja de jeringas en el sillón por error no sé cómo ni cuándo pero mis brazos habían sido traspasados por muchas de ellas, el musculo aductor del pulgar había sido traspasado totalmente por cinco de ellas, sin mencionar los otros, y la camilla era un completo desastre sanguinario.
Perdí mi cabello totalmente y mi rostro… mi hermoso y perfecto rostro quedo deforme de todo al verme en el espejo y notar la calvicie, sin saber cómo lo partí, pase los vidrios por mi piel abriéndola muy profundamente y aquel perdió su encantadora forma, mis tobillos fracturados luego de saltar de la segunda planta de la clínica pudieron desplazarse (sin saber cómo) a un lugar desconocido sin saber nada mas del mundo exterior.
Párrafo VI: querido demonio, no sé quien es mas demonio si tú o yo, no sé quien es quien al parecer somos uno, sigo sin saber cómo respiro, como mantengo un poco de tono vocal sin tener dientes ni lengua ni mejillas, solo tengo un hueco contaminado apestoso, en carne viva, no sé qué es lo que veo frente al espejo, no soy yo tampoco es un ser humano, tampoco sé si eres tú, mi brazo permanece mutilado, totalmente morado al parecer alguien lo cosió, posiblemente fui yo por tener conocimientos quirúrgicos(gran error hubiese preferido morir desangrado), ¿morir?, eso no lo puedo hacer yo, eso lo haces tú, ya somos uno creo que desde que nací hemos sido uno, logro ver la luz del día solo con un ojo, ella entra por las maderas de este sótano abandonado, mi otro ojo permanece sellado, derretido como una vela, parezco recordar haber usado aceite hirviendo en el, todo lo que veo no parece humano, mis piernas están clavadas a la silla de madera, cocidas, infectadas, el olor a heces y líquidos humanos inunda el sitio no se en qué momento lo haces pero al hacerme para de la silla de madera arrancas los clavos solo para luego sentarme de nuevo y volverlos a clavar y volver a coser la piel, el infierno puede existir sin necesidad de morir, por ahora solo mantengo un brazo con una mano sana la cual nunca se maltrato y con ella te escribí esta carta.
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