Descripción: En el principio de todo, Dios decide crear la Tierra y a su primer habitante, Adán. Pero Adán se siente muy solo y necesita una compañera…
Personajes: Dios, Adán, Eva
PRIMER ACTO
El telón se abre pero el escenario está oscuro. De pronto, una luz se enciende sobre el escenario, alumbrando a un hombre acostado en el suelo. Detrás de él, el escenario muestra un paisaje precioso, lleno de flores, árboles y un río. También hay animales.
Una voz resuena fuera de escena.
Dios: Levántate, Adán.
Adán se pone de pie. Está vestido con un taparabos hecho con hojas.
Adán: ¿Donde estoy? ¿Quién eres tú?
Dios: Soy tu padre, el creador de todo lo que ves. ¿Te gusta lo que he hecho?
Adán (mirando a su alrededor): Sí, es todo muy bonito.
Dios: Es para ti. Vivirás aquí y tú nombrarás a cada una de las criaturas que encuentres.
Adán (emocionado): ¿De veras?
Dios: Así es. Estás en el Paraíso y nadie sale de aquí mientras me sea fiel.
Adán: ¡Gracias, padre! Promete serte fiel en todo.
SEGUNDO ACTO
Adán se encuentra paseando por el Paraíso, cabizbajo. Toma una flor y la deshoja, suspirando. Luego se sienta en el suelo, muy pensativo. Hasta que escucha la voz de su padre.
Dios: Adán, hijo mío, ¿qué es lo que te ocurre? ¿Por qué te veo tan triste?
Adán: No es nada, padre.
Dios: ¿Es qué no te sientes feliz con todo lo que he creado para ti?
Adán: Mucho, sí, todo es hermoso. ¡Jamás había visto nada tan bello en mi vida!
Dios: Entonces, ¿qué te pasa?
Adán: Es solo que a veces me gustaría tener a alguien con quien disfrutarlo. Sé que tú siempre me acompañas, pero no es lo mismo… nunca puedo tocarte, ni verte. Aunque sepa que estés aquí.
Dios: Es verdad, no había pensado en eso. Túmbate en el suelo.
Adán: ¿Para qué, padre?
Dios: Quiero que duermas. Por la mañana te haré otro regalo.
Adán se tumba en el suelo y se queda dormido. La luz del escenario se apaga.
TERCERO ACTO
Una vez más el telón se abre, mostrando el mismo escenario de antes. Adán se despierta, cansado. Luego se lleva una mano al costado.
Adán: Me siento muy raro.
Dios: Buenos días, hijo mío.
Adán: Padre, ¿por qué me siento tan distinto de repente?
Dios: Es por qué saqué una costilla de tu cuerpo para crearte algo muy especial.
Adán (asustado): ¿Qué?
Dios: Tranquilo hijo mío, no pasa nada. Recuerda que yo te he creado.
De pronto, alguien más aparece en el escenario. Se trata de una muchacha que sonríe y trae puesto un vestido de flores y hojas.
Dios: Adán, te presento a Eva, tu nueva compañera.
Adán (apenado): ¿Mi… mi compañera?
Dios: Sí Adán, yo la creé para que no te sientas solo, para que puedan compartir todo esto y tener a alguien a quien amar.
Eva llega hasta él y lo toma de la mano.
Dios: Y de ahora en adelante, habrán de estar siempre juntos y tratarse equitativamente. Ella es distinta a ti en el exterior, pero ante mis ojos los dos son iguales. ¿Lo han entendido?
Adán y Eva: Sí, padre.
FIN
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