Descripción: Dos mujeres se presentan ante el sabio rey Salomón para discutir la custodia de un bebé. Él averiguará quien es la verdadera madre sometiéndolas a una prueba.
Personajes: Salomón, Mujer 1, Mujer 2, Guardia
PRIMER ACTO
El rey Salomón se encuentra sentado en su trono, lleva una túnica muy lujosa y una gran corona de oro sobre su cabeza. De pronto, un guardia llega ante él corriendo, parece tener algo urgente que decirle.
Guardia: ¡Disculpa mi atrevimiento, gran rey Salomón! Pero es preciso que hoy hagas un juicio. Ha habido un disturbio en el pueblo.
Salomón: Habla, ¿qué es lo que sucede?
Guardia: Dos mujeres se han peleado a las puertas del palacio. Llevan a un recién nacido con ellas y cada una alega ser la madre del niño.
Salomón: Y no saben quien de las dos está mintiendo, ¿verdad?
Guardia: Espérabamos que usted pudiera descubrirlo, mi señor.
Salomón: Tráelas ante mí. Yo decidiré cual de ellas abrá de quedarse con la criatura.
El guardia sale a toda prisa del salón real.
SEGUNDO ACTO
El guardia vuelve a entrar con dos mujeres que se miran con profundo odio. Una de ellas aferra a un bulto entre suus brazos; es su bebé envuelto en sábanas.
Salomón: Así que son ustedes quienes se disputan la custodia sobre este niño.
Mujer 1: ¡Es mi hijo, Majestad! ¡Yo misma lo parí de mis entrañas! ¡Pero ella me lo quiere quitar! (Señala con el dedo a la otra, enojada).
Mujer 2: ¡No le crea, Majestad! El bebé es mío, yo fui quien lo parió, pero ella quiere quedarse con él por qué su vientre está seco y sabe que nunca podrá tener niños.
Mujer 1: ¡Eso no es verdad!
Mujer 2: ¡Lo es! ¡Lo es!
Salomón: ¡Silencio!
Las mujeres se callan, intimidadas. Salomón se lleva una mano a la barbilla, pensativo.
Salomón: Ya veo que las dos quieren al niño. Y como he de ser justo, he decidido esto: el bebé será cortado por la mitad y cada una se quedará con una parte.
Mujer 2 (asustada): ¡No, piedad Su Majestad! ¡No haga eso! (Se arrodilla en el suelo, llorando) No le haga daño al bebé. Si no hay más remedio puede dárselo a ella, pero no cometa tal crueldad.
Salomón se levanta de su trono y va hasta ella para ayudarla a levantarse.
Salomón: Entonces tú eres la verdadera madre del niño. (Dirigiéndose a la mujer 1) ¡Devuélvele a la criatura y desaparece de mi vista!
La mujer 1, alarmada, le da el niño a la mujer 2 y sale corriendo del lugar.
Mujer 2: Dios lo bendiga, Majestad. Muchas gracias por devolverme a mi hijo. (Besa la mano de Salomón y se retira).
TERCER ACTO
Salomón vuelve a estar sentado en su sitio, hasta que el guardia se acerca a él.
Guardia: Rey, hay algo que me intriga bastante. ¿Cómo supo usted cuál era la verdadera madre del bebé?
Salomón: Lo supé cuando esa mujer estuvo dispuesta a renunciar a él con tal de que no le hiciera daño. Solo el amor de una madre de verdad es tan fuerte, como para estar dispuesta a hacer semejante sacrificio.
Guardia: Realmente es usted un sabio, Dios lo ha bendecido con la virtud de la sensatez. ¡Alabado sea!
FIN
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