En ciudad de México 7 jóvenes aventureros planean lo que para ellos sería el mejor paseo de sus vidas. Vicente, como buen amante de la naturaleza invitó a sus amigos a acampar como lo hacían todos los fines de semana. Pero esta vez quería explorar un nuevo lugar y para ello su mejor amigo sugirió un lugar que su cuñado junto sus amigos habían visitado.
Su nombre era sierra de guerrero y según había oído decir que era casi un lugar mágico para conocer, en días de lluvia el terreno era perfecto para transitar con camionetas 4×4 y además la neblina esplendida que cubría toda la sierra al caer la noche era digno de admirar, montañas alfombradas con hermosas amapolas, abundantes y bellísimos árboles frondosos y por si fuera poco justo al lado de un rio cristalino parecía casi designado para montar las tiendas de campaña.
Todo esto acompañado de la dulce melodía del cantar de las aves, parecía demasiado perfecto para ser real y esa misma noche pactaron la fecha para ir pues debían preparar las camionetas y reunir algo de dinero para la comida.
El día tan esperado llegó, 3 camionetas emprendieron el viaje en fila, Norberto y su cuñado guiaban la caravana en la primera camioneta, Carlos y Julieta iban en otra, mientras que con Vicente viajaba su novia Ceci y su amigo Claudio. Pasaron las horas y el viaje cada vez se hacía más pesado, Norberto anunciaba a través de un radio que debían ubicar el rio y se detuvieron para comer y repasar todos juntos el mapa.
Según el mapa detectaron que cerca de donde estaban se encontraba un pequeño poblado por lo que decidieron emprender su viaje hacia allá, en busca de referencias para conseguir el rio.
Llegaron al poblado donde no había sino unas 4 casas y Norberto se acercó a una señora para preguntar pero no tuvo respuesta. A lo que un señor los detiene y se ofrece a guiarlos a cambio de dinero. Ante la angustia todos llegaron hasta una carretera rocosa que según el señor se dirigía justo hacia el rio, el señor recibe su dinero y se va. Los jóvenes entusiastas continúan carretera y efectivamente encuentran el hermoso y prometido rio, había rastros de que ya habían acampado en ese lugar y antes de caer la noche decidieron armar sus tiendas de campaña.
Parecía que ese lugar era mejor aún que como lo habían descrito, hasta entonces había valido la pena tan largo viaje. Perdieron la noción del tiempo y cuando menos lo esperaban estaban siendo cubiertos por fría neblina, prendieron una fogata y las chicas cansadas se acostaron a dormir.
Los hombres quedaron conversando otro rato hasta que quedaron despiertos solo 2 que hacían guardia, alertas de algún animal salvaje, conversaban un tanto distraídos a lo que escucharon pasos fuertes que se acercaba a ellos y guardaron silencio. Alumbraron con linternas pero no vieron nada, sin embargo, ya estaban un tanto asustados, 20min mas tarde se escuchó a lo lejos un grito desgarrador que despertó a casi todo el grupo.
No podían creer lo que habían escuchado, solo uno de los chicos poseía un arma de fuego y fue quien quiso hacer frente y buscar de donde provenía aquel grito pero lo impensable ocurrió. Mientras alumbraban vieron como movían la tienda donde aún estaba durmiendo una de las parejas y el grito desde esa pequeña distancia fue repetido.
Definitivamente lo que les estaba ocurriendo no pertenecía a este plano terrenal, corrieron todos a sus camionetas buscando salir de ese lugar que se había convertido en pesadilla, corrían buscando la carretera principal. La camioneta de adelante que manejaba Carlos en compañía de Julieta freno bruscamente y arrancó a un ritmo mucho más apresurado que todos seguían.
Todos veían como las copas de los árboles se movían de un lado a otro como si alguien saltara entre ellas, por medio de los radios se comunicaban y Carlos preguntó que si habían visto lo que sucedió pues acababa de atropellar a una mujer y tenía el parabrisas roto. Claudio que venía detrás aseguró no haber visto ningún cuerpo, ya casi iba amanecer y los autos seguían rodando en busca de una salida.
Únicamente los detuvo una rueda ponchada de la camioneta de Carlos, pararon a revisar y parecía que unas garras habían perforado la llanta, rápidamente enlazaron las camionetas para continuar el camino y una vez llegaron a la carretera federal se detuvieron a esperar por ayuda mientras cambiaban la llanta del auto de Carlos.
Por suerte la policía paso por allí y se detuvo a auxiliarlos, Julietta no paraba de llorar y le confeso al policía que acaban de atropellar a una mujer lo que generó sospecha en el policía y comenzó a revisar y a interrogar uno por uno y a investigar el origen del arma de Norberto. Hasta ese punto la policía los trato como delincuentes y le preguntaba a Norberto por que la chica que estaba a su lado se había escondido en la camioneta cuando ellos se acercaron y al revisar la camioneta no había nadie, los 7 estaban completos dialogando con la policía, aunque el oficial aseguraba haber visto otra muchacha entre ellos, ésta había desaparecido.
Trasladaron a todos los jóvenes hacia la estación de policía para tomar las declaraciones, Claudio llamo a su padre que es abogado para que los ayudara a defender su caso. El abogado llegó y después de varias horas de litigio pudo sacarlos de allí luego de pagar una multa no sin antes volver al sitio donde habían acampado custodiados por la policía para verificar si había algún cuerpo de la supuesta mujer que habían atropellado.
Llegaron y no había ningún rastro del supuesto accidente. Más que eso solo encontraron una tienda quemada, las otras dos rasgadas, el sleeping bags habían sido arrastradas unos metros de las tiendas y la fogata había sido apagada con agua. Un misterio que ha quedado en la penumbra y que pone la piel helada a cualquiera que lo viva en carne como ellos.
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