ANA
GABRIELA
LUCIANA
MARTINA
En algún lugar esta Ana, pintando un cuadro.
En otro lugar, Gabriela, sentada frente a un pequeño escritorio junto a una Notebook.
Luciana, en otra parte, sentada en un sillón, lee un catálogo de cosméticos.
Martina, en su mesa de cocina, cortando verduras, e introduciéndolas en una olla.
ANA: (Cantando desafinadamente) … Que belleza mi pintura! Las chicas van a quedar fascinadas! Lastima no poder verlas… tres meses sin vernos! Que locura! Las extraño! DE PRONTO SE DA CUENTA QUE HA MANCHADO CON PINTURA UN JARRON BLANCO. Ay! Por Dios! El jarrón de la vieja!! (MIRANDO HACIA ARRIBA) Si lo llega a ver manchado con pintura me ahorca! “Porcelana Fina Italiana”, dijo mi suegra! “Me costó, catorce mil pesos, querida”. Que vieja ridícula, se pensó que yo se lo iba a creer. Ja! Se moría si tenía que gastarse catorce mil pesos en un regalo para mí, la esposita de su nene, su bebé. Ah, si, porque a ella que no le toquen a su bebé. Sagradísimo! Inmaculado! “Cuídamelo al nene, Anita. Mirá que a el le gusta la sopa siempre fresca, no re- calentadita. Ah, y fijate los puños de sus camisas, que estén bien planchaditos y sin manchas.” Vieja sarnosa, insoportable. Con la sangre de esa vieja estoy segura que podrían haber hecho la vacuna contra el virus. (Remata) Menos mal que se murió! Y así de golpe, sin dar mucho trabajo. Por suerte ni velorio tuvo. Porque era más contagiosa que el coronavirus. Rapidito para el cementerio, no sea cosa que voleara la pata y se saliera del cajón. ¡Divertidísimo!! Lo único bueno que hizo fue morirse.
SUENA EL TELEFONO DE ANA
ANA: (Atendiendo su celu) Hola, Lu!
LUCIANA: Hola, Ana! Cómo estás? Sabés que estoy viendo un catálogo de cosméticos que me envió Clara. Mi vecina, pesadísima con estos productos de mierda, pero bueno, encontré una crema que me gustaría regalarle a Javier, viste?
ANA: Ah! Buenísimo!
LUCIANA: Sí, pero yo nunca compré de estos productos y no sé que tal serán. Tengo miedo de quedar como el culo con Javier. En realidad más que nada es por comprarle algo a ella, viste? Se me aparece todos los meses y jamás le compro nada. Encima ahora te los mandan por correo. No vendrán con el virus chino, no?!
ANA: No creo Lu. Dicen que el bicho se muere si no está tocando carne humana… creo… ay que se yo.
LUCIANA: Bueno, espero que no. Los productos son “Alelí”.
ANA: Alelí?
LUCIANA: Sí, ya sé, una marca de mierda, no la conozco. Nunca compraste nada?
ANA: Ay! Sí, querida. Alelí. Un montón de cosas, son buenísimos. Metele que vas a quedar como una diosa. Bue, como la diosa que sos!
LUCIANA: Ay gracias! Vos decís que le va a gustar? Estas segura?
ANA: Sí, Lu. Dale, seguro le va a encantar.
LUCIANA: Ay! Espero. Porque últimamente no pego una con las cosas que le regalo. Nada le gusta.
ANA: No seas histérica. Te debe parecer a vos.
LUCIANA: No, querida! Que me va a parecer a mí! Me lo hace saber bien clarito. La última camisa que le regalé, me dijo: “podías haber elegido otro color, todavía no sabés que el celestito este no me va?”. Me sentí una tarada.
ANA: En serio te dijo así? Yo le meto un bife.
LUCIANA: Ganas no me faltaron.
ANA: Pero, le hubieras dado un sopapo como hice yo con Ricardo.
LUCIANA: En serio?
ANA: Obvio!
LUCIANA: Pero, porqué, Ana? Que pasó para que le dieras un sopapo?
ANA: Que pasó? Pasó que me sacó! Me puse como loca! Fue en el festival, el de fin de año que se hizo en el club, te acordás, que fuimos todas.
LUCIANA: Si me acuerdo, cuando se podía salir… pero yo los vi bien a ustedes. Ricardo estaba super divertido.
ANA: Super en pedo, estaba. Y se pasó la noche mirando a la mosquita muerta de Gisela. Te das cuenta quien es?
LUCIANA: Ay, si. La que tiene la tiendita frente a la casa de Gabriela.
ANA: Claro, la rubia teñida esa. Que todo el mundo le dice “Cute”.
LUCIANA: Cute? Ay, no sabía.
ANA: Culo y Teta, Lu. Si la cara no se la mira nadie porque no sirve ni para puchero. Pero lo peor es que ella también lo miraba!
LUCIANA: No te puedo creer, che, y el sopapo se lo diste ahí, en la fiesta?
ANA: No, nena. Me lo traje para casa sin decir ni mu. El venía con una felicidad radiante. Y claro! Entre el pedo que tenía y las miraditas de la “Cute”, estaba en el paraíso. En el camino me acariciaba,
me decía cosas lindas, estaba hecho un pelotudo, pero cuando llegamos a casa, ni bien pasó el marco de la puerta lo emboqué con semejante revés que salió reculando hasta que cayó de jeta en el sillón.
LUCIANA: Me estás jodiendo!?
ANA: Entre el pedo y el sopapo que le encajé, el pobre no podía ni tenerse parado.
LUCIANA: Yo lo noté con una copita encima, pero lo de la mina esta ni cuenta.
ANA: Ah, pero yo me lo venía vigilando. A mí me parecía que esta tipa lo andaba buscando. Siempre alguna miradita le hacía. Y este que tiene cara de boludo, pero que le gustan bastante las mujeres… cuando se pudo acomodar me pidió perdón porque la había mirado pero me juró que jamás hubo otra cosa.
LUCIANA: Increíble! Pero al final, todo bien, no? Porque todos los tipos miran a las minas, pero eso no quiere decir nada.
ANA: Sí, todo bien. Capaz que eran locuras mías nomás. El me juró la vida que era solo mi obsesión… y bueno por ahora le creo…
LUCIANA: Bueno, olvidate, seguro que nada que ver. Vos seguí con tu pintura que eso te lleva a tu lugar de felicidad. Y decime, al final, que me decís de la crema para Javier.
ANA: Si, Lu, ya te dije, le va a en-can-tar.
LUCIANA: Buenísimo! Te dejo y a la tarde te llamo, si? Y no te preocupes por lo de Ricardo, seguro que es tu imaginación. Besito.
ANA: Dale, llamame. Un beso, hermosa.
CORTAN. INMEDIATEMENTE LUCIANA LLAMA A GABRIELA.
SUENA EL TELEFONO DE GABRIELA QUE SE HA QUEDADO DORMIDA SOBRE LOS CUADERNOS
GABRIELA: (Atendiendo) Hola, Lu! Qué sorpresa! Pasó algo?
LUCIANA: Hola Gabi! Nada grave. Bah, no sé, creería que no es grave… aún.
GABRIELA: Ay nena, me asustas. Contame qué pasó, dale!
LUCIANA: No, que la llamé a Ana, para hacerle una preguntita y… (duda)
GABRIELA: Y qué? Ay, dale, cuanto misterio! Contá que pasó!
LUCIANA: Y… se ve que ella no está bien… evidentemente tenía ganas de hablar con alguien, mas bien creo que tenía cierta necesidad de hablar…
GABRIELA: En serio? Qué raro, Ana, yo siempre la veo tan alegre y tan vivaz.
LUCIANA: Ella no sé, pero que muuuuy vivaz es el maridito que tiene, estoy segura.
GABRIELA: Ricardo!? No te entiendo, Lu, contame bien que le pasó, por favor!
LUCIANA SE LEVANTA Y VA HACIA UN ESPEJO
LUCIANA: Parece que se anda tiroteando con Gisela, la de la tiendita frente a tu casa.
GABRIELA: Nooo. La Cute? No te puedo creer! En serio me decís?
LUCIANA: Bueno, igual tomalo con pinzas, porque ella muy segura no está, pero lo tiene casi, casi, confirmado. Ay, Gabi, por favor que no salga de nosotras lo que te cuento… me mata si se entera… además la escuché tan triste… tenía la voz como entrecortada viste. Como cuando una está a punto de llorar mares?
GABRIELA: Pero, Lu, olvidate. Che, pero me dejas helada. Ni me lo hubiera imaginado. Ricardo, un tipo tan tranquilo…trabajador…
LUCIANA: Bueno, no sé que tiene que ver, tranquilo, trabajador, las minas les gustan igual que a los haraganes y calentones, o no? Además, algo de babosón siempre tuvo.
GABRIELA: Es que yo lo veía tan enamorado de Ana.
LUCIANA: Bue, a lo mejor no es que no la quiera, pero viste como son los hombres… una mina les muestra una teta y enseguida se calientan… los tipos tienen eso viste?
GABRIELA: De no creer! Pobre Ana. Qué garrón. Me imagino como estará.
LUCIANA: Y sí, la noté muy decaída, no es para menos. Encima yo la llamé para contarle de una crema que le estoy por regalar a Javier… viste que nosotros siempre nos estamos regalando algo… cositas… pequeñeces… pero que alimentan la relación, te das cuenta?
GABRIELA: Si, claro.
LUCIANA: Y si, yo lo aprendí de Javi, el toda la vida. Siempre llega a casa con un regalito, aunque sea lo más pequeñito que te imagines, pero no puede faltar su presente, aunque sea un caramelo, pero me trae algo. Y, por suerte, yo he aprendido que esos pequeños gestos son los que nos ayudan a mantenernos pendientes el uno del otro. Esas cositas de todos los días que mantienen viva la llama del amor. Te das cuenta?
GABRIELA: Y si, debe ser tan lindo.
LUCIANA: Ay, perdoname Gabi, a veces me olvido que vos estas tan sola, no es para que te sientas mal que te cuento estas cosas.
GABRIELA: No te preocupes. Tampoco sé qué es mejor, si vivir sola como vivo, vivir con alguien como tu marido que te atiende como una reina, o que me tenga como una cornuda como Anita, te das cuenta? Si pudiera elegir, seguramente elegiría uno como el tuyo, pero y si después me sale como el de Anita? Qué hago? Debe ser por mis indecisiones que sigo sola por la vida.
LUCIANA: Bueno che, no te bajonees, no me hagas sentir culpable. No fue mi intención.
GABRIELA: Despreocupate. Son pavadas, si estoy sola es porque elegí estar sola, nada más.
LUCIANA: Seguro, una debe ser feliz a su manera. Aunque, seguramente tendrás momentos que te gustaría estar con alguien en tu casa. Bah, no sé, se me ocurre. Porque esta cuarentena se te debe hacer un chicle a vos, solita, en tu casa.
GABRIELA: A veces sí, pero disfruto de muchas cosas en casa. Además esto de adaptarse a las clases virtuales me mantiene bastante ocupada la mayor parte del día.
LUCIANA: Tenés razón! Eso debe ser tremendo no? No sé, digo…
GABRIELA: Al principio fue complicado pero nos fuimos acomodando.
LUCIANA: Como todo che. Yo estoy tan acostumbrada a Netflix que no he notado diferencias.
GABRIELA: Que suerte que tenes vos.
LUCIANA: Si, igual las tareas de la casa me ocupan gran parte del día. Justo en este momento estoy ocupadísima con esas cosas.
GABRIELA: Ah sí? Que hacés?
LUCIANA: Eehh! De todo. Viste que en una casa nunca parás. Continuamente cosas para hacer. Vos al vivir sola no te das cuenta…
GABRIELA: Tenés razón… pero, que estabas haciendo ahora?
LUCIANA: Eeeh… un poquito de todo… eehh limpiando…
GABRIELA: Qué limpiabas?
LUCIANA: Eeehh… los pisos… y… vidrios…
GABRIELA: Los pisos y los vidrios!!?? Ahora?
LUCIANA: Y… sí… porqué no? Que tiene de raro?
GABRIELA: No, nada, solo que no sé como haces a las ocho de la noche para limpiar los pisos, los vidrios y mirar un catalogo de cosméticos…
LUCIANA: Bueno che, parece que me controlaras! Sabés qué? Es verdad, no hacía nada, estoy al pedo. Por eso me tomé un minutito para llamarte… necesitaba contarte la desgracia de Ana, viste? Me preocupó tanto! Yo la quiero un montón sabés? Hace tantos años que somos amigas…
GABRIELA: Y, si, bueno pero capaz que son todas imaginaciones…
LUCIANA: Vos decís? Ojalá, pero… cuando el río suena…
GABRIELA: Lu, tené en cuenta lo que dijo Francis Bacon? “Si comienza uno con certezas, terminará con dudas; mas si se acepta empezar con dudas, terminará con certezas”.
LUCIANA VUELVE A SU SILLON
LUCIANA: Bueno, no entendí mucho pero si él lo dijo, será así!
GABRIELA: Pero claro, Lu! En las dudas comienzan todas las certezas.
LUCIANA: Obvio! Bue, estábamos hablando de Ana, y me saliste con el Francisco Bocón, este que no se ni quien carajo es…
GABRIELA: Francis Bacón, Lu, filósofo. Un gran filósofo británico.
LUCIANA: Y qué mierda puede saber un filósofo británico del quilombo de Anita y de la mina de Ricardo que le dicen Cute?
GABRIELA: Ay Lu, las frases son universales, si este tipo se murió hace cuatrocientos años.
LUCIANA: Bueno, Gabi, con más razón. Hace cuatrocientos años ni existían los cuernos.
GABRIELA: Que nó? Nunca leíste a Shakespeare?
LUCIANA: Ay, Gabi… yo más que Paparazzi y algún librito de cuentos…
GABRIELA: Jaja, tenés razón. En cambio yo me leo todo lo que encuentro. Siempre pensé que para ser buena maestra una debe leer y cultivarse continuamente.
LUCIANA: Qué querés decir? Que yo soy inculta? No te olvides que soy la esposa de un psiquiatra muy importante, y… bien cultivadita me tiene. Me lleva a todos los simposios que puede. Nunca entiendo una mierda porque todo lo que hablan es muy pero muy difícil de entender, eso sí, te puedo asegurar que es re interesante.
GABRIELA: Bueno, pero también reconocé que con la paparazzi mucho no vas a aprender. Y tampoco me vengas con que tu marido te va transmitir sus cualidades intelectuales, porque yo no me la creo.
LUCIANA: Ahí, está, el ego de las docentes! Se piensan que porque pueden educar a los chicos, están un paso más adelante que todas. Gabi, por favor! Últimamente están dando suficientes muestras de mediocridad, mi vida.
GABRIELA SE LEVANTA
GABRIELA: Qué querés decir? Perdoname pero no te entiendo…
LUCIANA: Eso, que los pibes de hoy en día aprenden mas con una computadora que con lo que les enseñan en la escuela. Y lo digo con conocimiento de causa, porque lo que es el mío con la tecnología es un fenómeno, en cambio en la escuela cada vez más duro el pobre.
GABRIELA: Ay, querida, menos mal que te conozco bastante, que si no sabés adonde te mandaba? Mirá la comparación que me venís a hacer.
LUCIANA: Es que te llamé para contarte del problema de Anita, y me saliste con Shakespeare y Bocón.
GABRIELA SE SIENTA
GABRIELA: Me parece que te está haciendo mal el encierro a vos. Hablando de encierro, viste que parece que el próximo finde van a permitir reuniones familiares?
LUCIANA: Algo escuché. Y bueno, nosotras somos como una familia, podríamos juntarnos.
GABRIELA: Conmigo no cuentes por ahora Lu. Me da un poco de miedo.
LUCIANA: Qué te da miedo? Juntarte con nosotras? Nena! No tenemos estamos enfermas! No tenés que hacerte la cabeza!
GABRIELA: Ya sé… pero que así de golpe la gente empiece a salir tampoco es muy seguro. No te parece?
LUCIANA: Algún día tiene que cortarse esto che! No podemos estar toda la vida encerradas.
GABRIELA: No me parece oportuno. Es un riesgo muy grande. Por el momento prefiero cuidarme, porque cuidándome yo estoy cuidando a mi entorno también.
LUCIANA: Ah bueno querida. Yo si se puede me voy a juntar con alguna de mis amigas que tengan ganas. Esto me tiene cansada ya… Che, hablando de juntarse: cómo harán Ricardo y la Cute para verse? Porque ahora es complicado… digo yo… viste que parece que todo el mundo te persigue. Que si te pones el barbijo que si te sacas el barbijo, que si estas cerca que si rozas a alguien y que se yo. Un kilombo viste?
GABRIELA: El que quiere encuentra la manera. Yo tengo mis vecinos que me parece que se juntan como jamás en la vida. Todas las noches hay joda en la casa. Llega a caer alguno contagiado terminan todos internados. Lo mas triste es que yo que vivo encerrada, y estos imbéciles me van a terminar contagiando a mí también.
LUCIANA: Si, vos decís, pero para encontrarse los dos! Donde se encontrarán? Porque la mina vive con un hijo… irán a un hotel?
GABRIELA: Pero Lu, ni siquiera sabés si es cierto, anda a saber…
LUCIANA: Si, es cierto. Capaz que en el auto de él nomás…
GABRIELA: Bueno, pará! Te estás haciendo una película impresionante.
LUCIANA: Viste “La Corazonada”? ah, cierto que vos no tenes Netflix. No tenés no?
GABRIELA: No Luciana, no tengo Netflix.
LUCIANA: Bueno, ya sé, estoy un poco pesada. Mejor hablamos mañana.
GABRIELA: Dale! Hablamos. Te llamo mañana?
LUCIANA: Bueno, dale. Mañana hablamos. Un beso.
GABRIELA: Chau, beso.
CORTAN INMEDIATAMENTE GABRIELA LLAMA A MARTINA.
SUENA EL TELEFONO DE MARTINA
MARTINA ESTA CORTANDO UNAS PAPAS Y ZANAHORIAS. CON BARBIJO PUESTO. SE LIMPIA LAS MANOS, SE REFRIEGA BASTANTE CON ALCOHOL EN GEL Y TOMA EL TELEFONO.
MARTINA: Gabi!! Qué decís?
GABRIELA: Hola Marti, como estás?
MARTINA: Bien, todo bien.
GABRIELA: Estás ocupada?
MARTINA: Preparando algo para la cena. Nada importante, una tarta de verduras que al pepe le encanta.
GABRIELA SE RE-ACOMODA EN SU SILLA
GABRIELA: Si claro. Yo cocinar no, pero lo de siempre, a full con los estudiantes. Igual, dije, me tomo cinco minutos y llamo a mi amiga, para ver como está del golpe en la rodilla, porque no hablamos más.
MARTINA: Tenés razón. Ah, pero mucho mejor, con el mejunje casero que me diste, al menos no duele prácticamente. Eso sí, feíto el cóctel eh! La mierda! Qué hediondo!! Pero muy bueno, mucho mejor. Vos bien?
GABRIELA: Si, yo bien. Tomándome con calma el encierro este, feo pero necesario. Y mirá que a mí me gusta la calle eh.
MARTINA: Jaja, tenés razón. En cambio yo, que estoy siempre encerrada… ahora necesito salir, necesito la calle, entendés? Me está matando esto de no poder ir a la casa de mis amigas. Entendés? Hasta cuando?
GABRIELA: Hay que cuidarse un tiempito y después saldremos Marti. Yo confío en que esto va a pasar pronto. Es una desgracia y el mundo la está padeciendo. Muchas muertes. Acá se están haciendo las cosas bien creo yo.
MARTINA: Yo no sé. No viste la tele? Hay mucha gente que quiere volver a trabajar Gabi. También hay que ver eso. Nos va a agarrar una depre que ni te cuento.
GABRIELA: Claro, todo es comprensible. Es malo para todos.
MARTINA: No es bueno para nadie.
GABRIELA: Si, es lo que dije.
MARTINA: No, vos dijiste: es malo para todos.
GABRIELA: Por eso, y vos dijiste: no es bueno para nadie.
MARTINA: Tenés razón. Mas o menos lo mismo. Serán los chinos que fabricaron el bicho che? Vos que decís? O serán los rusos? Yo me inclino más por los rusos. Calladitos los muy cínicos.
GABRIELA: Vaya a saber. Yo soy mas ingenua, creo que fue la naturaleza nomás.
MARTINA: Pero no seas ilusa, nena! Esto lo fabricaron, es un bicho inventado, elaborado en los laboratorios. Seguro que los rusos se lo metieron a los chinos y los chinos mandaron varios chinitos a desparramarlo en estados unidos. Y ahí, ya está! El bicho arrancó por su cuenta y ahora no lo para nadie. Para colmo algunos países se lo tomaron en joda y el bicho les hizo un desastre. Imagínate que cuando el insecto se subió a un avión, a un solo avión, cagaste no lo parás más.
GABRIELA: Por eso, lo mejor es cuidarse.
MARTINA: Si, seguro. El Pepe me contó que estuvo charlando con el Paco, intendente viste? y el Paco le dijo que han descubierto que el insecto este camina. O sea que si tu vecino lo tiene, con un solo bichito que se le caiga se te viene caminando para tu casa y cagaste! Como sabés? Si ni siquiera se puede ver.
GABRIELA: No Martina, yo no creo que camine.
MARTINA: Bueno, en las fotos se ve que tiene muchas patas…
GABRIELA: Pero Martina, además, yo no creo que el Paco sepa eso.
MARTINA: Y no, pero seguramente se lo habrá dicho el Adrián, o la María Eugenia, o la Marina. Que se yo, alguno de esos bioquímicos, no sé, alguien se lo ha dicho.
GABRIELA: Por ahora creo yo, se habla más de lo que se sabe.
MARTINA: Qué querés que te diga, yo estaría feliz haciendo la cuarentena en el Caribe. Como esos que andan en los yates cagándose de risa del virus.
GABRIELA: Y, si se pudiera elegir, a mi también me hubiese gustado. En el caribe y con bastante plata. Mirá que iba a estar fumándome a tantos muchachitos.
MARTINA: Obvio, y yo estaría como vos. Solterita y disfrutando de la playa y los morochos caribeños, jaja. Che, ya que estamos, me caes como anillo al dedo! Vos que sos maestra debes saber. Esperá. (Busca un pote de crema y lee la tapa) Qué quiere decir help en inglés?
GABRIELA: Help?
MARTINA: Si, (DELETREA) H E L P. Qué mierda quiere decir?
GABRIELA: Quiere decir “ayuda”.
MARTINA: Ayuda?
GABRIELA: Si, ayuda, auxilio.
MARTINA: Y porqué mierda en un pote de queso argentino, tiene que decir casancremhelp.com, en lugar de decir casancremayuda.com. Decime vos, que sos maestra, hasta donde nos vamos desvalorizando los argentinos. Un puto pote de crema no dice “Te ayudamos”, nooo, dice HELP. Y así todo te digo eh! Las galletitas, LIGHT, el gimnasio GYM, las gaseosas DAIET. Estamos regalados Gabi!!
GABRIELA: Asi es Martina, el mundo de la globalización.
MARTINA: Si, claro, a conveniencia de algunos pocos. Nos invaden Gabi, nos invaden!! Hasta el virus tiene un nombre ingles: covid. Andá a saber que mierda quiere decir.
GABRIELA: Qué loca sos!! Jaja. Che, te enteraste lo de Anita?
MARTINA: Anita?! Qué le pasó a Anita?
GABRIELA: No, nada, no te asustes. Un comentario nada más.
MARTINA: Un comentario? No entiendo.
GABRIELA: Claro. Yo ya había escuchado algo, pero ahora me lo confirmaron
MARTINA: Sigo sin entender, Gabi. Qué le pasó?
GABRIELA: Bueno… sentate.
MARTINA: Pero mirá que sos complicada nena. No puedo sentarme, tengo las hemorroides afuera!
GABRIELA: Qué? En serio?!
MARTINA: Pero no, marmota!! Con la miseria que hay, ni hemorroides tengo, jajaja. Dale decime de una vez que le pasó a Anita.
GABRIELA: Y… que Ricardo tiene otra.
MARTINA: Jodeme! Pará que me saco el barbijo y pongo el altavoz porque sino rompo el teléfono.
GABRIELA: Che, pero estás sola no?
MARTINA: Si, mas vale, sino no pondría el altavoz.
GABRIELA: Por eso digo, que nadie escuche.
MARTINA: Quedate tranquila. (Deja el teléfono sobre la mesa y sigue cortando las verduras). Contame, porque no lo puedo creer. Quien te lo dijo?
GABRIELA: No me pidas que te divulgue la fuente. Se dice el pecado y no el pecador.
MARTINA: Ay, bueno, está bien. Pero vos estás segura?
GABRIELA: Bueno, cien por ciento segura obviamente que no, pero parece que está confirmadísimo.
MARTINA: Me muero por Anita! (Corta las verduras con bronca) Ese carita de chantapufete. Y claro, tan simpático que es… Y la otra quien es?
GABRIELA: Imaginate.
MARTINA: Cómo mierda querés que me imagine?! No serás vos?
GABRIELA: Ay, nena!! Cómo se te ocurre!?
MARTINA: Te digo en chiste boba. Justo vos!
GABRIELA: Qué justo vos!? Porqué decís justo vos?
MARTINA: Bueno che, porque nunca lo esperaría de vos, eso.
GABRIELA: No sé, lo dijiste con un tonito medio despectivo. Como diciendo “mirá que vos vas a salir con un hombre”.
MARTINA: Y claro!! Con un hombre casado…
GABRIELA: No están casados.
MARTINA: Ay, bueno che! Entonces sos vos!? (Ríe) No te chivés. Bueno, pero si no me decís quien es la otra, imaginarme no puedo, porque no tengo ni la menor idea de quién podría salir con Ricardo.
GABRIELA: Gisela.
MARTINA: Quién? Qué Gisela?
GABRIELA: La teñida che! Que tiene la tiendita acá, frente a mi casa. Tiene una carita de rapidita…
MARTINA: Nooo!! La Cute? La chirusa esa!!! Me lo imaginé!!
GABRIELA: No mientas!! Recién dijiste que ni te imaginabas con quien!
MARTINA: Bueno… tampoco quise hablar por hablar… Me quiero morir!! Qué bochorno! Y anita, como está?
GABRIELA: Parece que destrozada. Imaginate.
MARTINA: No es para menos! Ese hijo de mil… La Cute!! (Corta las verduras con bronca y saltan para todos lados)
GABRIELA: Eh! Che! Qué estás haciendo? Qué son esos ruidos?
MARTINA: Nada, nada, estas cosas me sacan… me sacan… que querés que te diga.
GABRIELA: Bueno… tampoco es para que te pongas así. Cuidate que no estas bien.
MARTINA: Que mierda tiene que ver la rodilla mía con una calentura, me querés decir?
GABRIELA: Nada, pero se te bajan las defensas, y entonces el virus te ataca más fácilmente.
MARTINA: Pero dejame de joder, vos y el coronavirus. Cómo se enteró Anita?
GABRIELA: No sé, parece que los pescó in-fraganti.
MARTINA: Qué!!! Los encontró…
GABRIELA: No, no, no. No sé… vió algo, creo. Que se yo… bueno la cosa es que se dio cuenta.
MARTINA: Ay, che, pero será cierto? Mirá que se dicen cada cosas. Viste lo que son estos pueblos.
GABRIELA: Querida, no seas tan inocente.
MARTINA: Bueno, es que me cuesta creerlo. Pobre Anita. La Cute… La Cute y el Ricardito… (Exagerada)
OSCURO TOTAL
VUELVE LA LUZ Y MARTINA ESTA LLAMANDO A LUCIANA QUE NO ESTA PERO SU TELEFONO ESTA SOBRE EL SILLON ELLA APARECE CORRIENDO
SUENA EL TELEFONO DE LUCIANA
LUCIANA: (Atendiendo) Hola! Marti! Cómo andas.
MARTINA: Como el culo! Decime, te enteraste algo de Anita?
LUCIANA: Eee… no… si… bah, de qué? De lo de Ricardo?
MARTINA: Ay! No te digo… es cierto nomás. Que lo parió!
LUCIANA: No, pará que yo no sé si es cierto.
MARTINA: Pero si, si ya lo sabe todo el pueblo. Pueblo chico infierno grande! La única boluda que recién se entera soy yo. Todo el día encerrada culpa del bicho, y no me entero de nada.
LUCIANA: Y bueno, viste que Anita siempre queriéndose hacer la bonita y bue, ahí tenés.
MARTINA: Si, eso es cierto. Pero tampoco es justo.
LUCIANA: Justo? Nada es justo, Marti. Que hay de justo en la vida. Si das todo de vos, porque sos demasiado boluda, si no lo das, sos una hija de p… nada es justo mi vida.
MARTINA: Y pensar que yo en un momento pensé que Ricardo pateaba en contra.
LUCIANA: Qué!? De qué decís?
MARTINA: Eso, se me había puesto. El es así, viste, tan…
LUCIANA: Puto… pensaste que era puto?
MARTINA: Sospeché nomás, pero por lo visto, no.
LUCIANA: No, es así nomás, tiene modales, medio amanerado, pero no, ni ahí.
MARTINA: Me da mucha pena por Anita. No se lo merece.
LUCIANA: No, claro, nadie lo merece.
MARTINA: Encima con La Cute… fijate vos… al final la gente tenía razón…
LUCIANA: De mi parte, ni sabía que le decían Cute.
MARTINA: Si, todo el mundo la conoce por La Cute. Obviamente que a ella no se lo van a decir… Pero fijate vos… al final… la gente tenía razón.
LUCIANA: La gente? De qué?
MARTINA: De lo que dicen de la Cute, nena. Que anda con medio pueblo.
LUCIANA: Yo, estoy bien tranquila… el mío cada día está más enamorado de mí.
MARTINA: Son los peores…
LUCIANA: Ay, Marti, que decís?
MARTINA: Bueno, es un chiste che. Ahora te dejo que se me pasan las papas che.
LUCIANA: Bueno, un besito, nos vemos.
CORTAN
MARTINA: Confiá en tu maridito… que: lindo te va a ir…
MARTINA LLAMA A ANITA QUE SIGUE PINTANDO
SUENA EL TELEFONO DE ANITA
ANITA: (Atendiendo) Marti! Cómo estás?
MARTINA: Hola, Anita. Bien. Pero preocupada por lo tuyo.
ANITA: Por lo mío? Porque estás preocupada por lo mío?
MARTINA: Ay, Anita, no es nada lindo estar en boca de todo el pueblo! Encima, viste como son los pueblos? Pueblo chico infierno grande.
ANITA: En serio que estoy en boca de todo el pueblo? Pero… porqué?
MARTINA: Por lo de Ricardo, tu marido, che. Yo se que vos querés aparentar que estas bien, y te entiendo. Es lógico y te comprendo. Pero esta mina… te juro que la mataría.
ANITA: Martina… de qué mina hablás?
MARTINA: De Gisela, la Cute nena, de quién voy a hablar? Una H de P. Pensar que yo siempre le compro algo… nunca más eh! No le piso esa tienducha jamás en mi vida. Y querés que te diga una cosa… una vez me lo encontré a EL, saliendo de la tienda. Pero claro, que me iba a imaginar yo. Ahora que lo pienso, seguro era adicto a esa tiendita.
ANITA: Martina, vos estás segura de lo que decís? Estás hablando de Ricardo con Gisela?
MARTINA: Obvio Ani. Pero vos relajate, vos podés estar bien tranquila. Vos sos una mina genial.
ANITA CORTA LA COMUNICACIÒN, MARTINA SIGUE HABLANDO
MARTINA: No como la Cute, culo y teta, por eso le dicen Cute, porque lo que es la cara, mamita!! Asusta Ani… Ani… Me colgó. Pobre, debe estar destruida, no debí haberle tocado el tema. Bue, no me dí cuenta.
OSCURO TOTAL. CUANDO VUELVE LA LUZ ANITA ESTA HABLANDO POR TELEFONO CON LUCIANA.
ANITA SENTADA LLORIQUEA. LUCIANA SENTADA EN LA MESA CON LOS PIES EN LA SILLA.
ANITA: Como te digo Lu. Todo terminó muy mal.
LUCIANA: Y bueno Ani, cuando las cosas no van es al pedo. Mejor cortar por lo sano.
ANITA: Y si, pero que querés que te diga, yo estoy destruida, me cuesta tanto convencerme. Me lo negó tanto. “Te lo juro” me dijo, “no sé de donde salió todo esto” decía. Pero es más fuerte que yo, no me pude contener, lo heché prácticamente sin darle lugar a explicaciones.
LUCIANA: De no creer che.
ANITA: Es que cada vez que el intentaba hablar, se me venía a la mente la imagen de los dos mirándose en la fiesta aquella. Y eso me enloquecía cada vez más.
LUCIANA: Esas imágenes no se borran jamás de la memoria. Son imágenes terribles!!!
ANITA: (Llorando) Pero… estoy destruida Lu. No sé si podré soportar esto. Me siento tan humillada ante la gente, que no quiero ni salir a la calle.
LUCIANA: Ay, nena, lo que menos te tiene que preocupar es la gente de este pueblo. Ya sabés, pueblo chico infierno grande. Además la mayoría hablan mucho al pedo, entendés.
ANITA: (Sigue llorando) Te dejo Lu, no puedo hablar. (Cuelga)
LUCIANA: Pobre! Destrozada.
LLAMA A GABRIELA.
SUENA EL TELEFONO DE GABRIELA
GABRIELA ESTA PREPARANDOSE UN TECITO.
GABRIELA: Hola, Lu.
LUCIANA: Hola Gabi. Como estás? Te llamo porque acabo de cortar con Anita, y con esto del marido y Gisela, esta destrozada pobre.
GABRIELA: No me digas? Es cierto entonces.
LUCIANA: Ay, si! Se separaron, ella lo echó como a un perro.
GABRIELA: De no creer! Ni quiero pensar como estará.
LUCIANA: Y… se la pasa llorando. Por eso pensé que podríamos organizar un encuentro a la noche. No sé, comer algo, como para distraerla un poco. Qué opinás?
GABRIELA: Che pero se puede?
LUCIANA: Si, están permitidas las reuniones de hasta diez personas. Si reservamos un lugar en la pizzería podemos juntarnos.
GABRIELA: Bueno, la causa vale la pena. Seguramente le va a hacer bien. Si querés llamo a Martina y le cuento.
LUCIANA: Dale, después avisame. Besito.
GABRIELA: Listo. Un beso.
GABRIELA CORTA Y LLAMA A MARTINA.
SUENA EL TELEFONO DE MARTINA
MARTINA ESTA INTENTANDO COSER UNA MEDIA
MARTINA: Qué pasó Gabi?
GABRIELA: Hola, Marti. No, nada. Que recién corté con Lu, y me contó lo de Anita. Parece que se separó nomás.
MARTINA: Viste? Cuando hablé con ella presentí lo que se venía. Ella estaba echa pedazos, hasta me colgó sin decir palabra. No la quise joder más. Me dí cuenta de cómo estaba.
GABRIELA: Bueno, lo que propone Luciana, es que nos juntemos a comer unas pizzas. Como para que se distraiga un poco, viste? Porque según ella, están permitidas las reuniones de hasta diez personas, y nosotras somos cuatro.
MARTINA: Diez personas! O sea que tenemos que conseguir seis más, si somos cuatro…
GABRIELA: No Martina, hasta diez!
MARTINA: Ah…
GABRIELA: Reservamos el lugar y listo.
MARTINA: Bueno dale, organicen y me avisan, che. Dale?
GABRIELA: Dale. Nos vemos. Besito.
MARTINA: Nos vemos. Un beso.
AMBAS CORTAN.
OSCURO TOTAL.
VUELVE LA LUZ Y TODAS ESTÁN SENTADAS EN LA PIZZERÍA.
ANITA: Chicas, la verdad que estoy re agradecida con ustedes. Sé muy bien porque organizaron esta cena.
GABRIELA: No seas tonta Ani. Por algo somos amigas. Si una está mal el resto estamos para acompañar.
LUCIANA: Claro! Y si hay que contraatacar lo hacemos Anita. Mirá que juntas somos un ejército.
MARTINA: Vos dejá que pase esta pandemia y después armamos lindo kilombo en la tienducha esa.
APARECE LA MESERA Y PREGUNTA:
MESERA: Hola! Que les puedo servir?
JUNTAS LA MIRAN Y JUNTAS DICEN: Cute!!!
LAS CINCO MIRAN AL PUBLICO
JUNTAS: Como vivir después??!!
LAS AMIGAS SE COLOCAN EL BARBIJO Y
OSCURO FINAL
Para su representación, solicitar permiso al autor Guillermo Gallego
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