¿De qué trata?
Samanta pasa los últimos días de su vida internada en el hospital, resignada a morir, su familia poco la visita a excepción de su nieto de 7 años quien se escapa continuamente de la escuela para verla.
El 4 de julio se aproxima, hace ya más de 5 años que Samanta no ve los fuegos artificiales, los cuales le recordaban siempre a su infancia, a su esposo, a sus hijos, todo lo bueno de su vida era evocado durante el espectáculo de luces en el cielo.
Dylan ansia ver los fuegos artificiales pero sus padres alegan no tener tiempo, su abuela al ver la tristeza en los ojos del niño intenta convencer a sus padres para llevarlo, pero sin éxito.
A Dylan se le ocurre una idea algo loca pero su abuela la apoya totalmente, juntos partirán a la mayor aventura de sus vidas.
Personajes
Samanta: Abuela de Dylan, Juntos deciden en embarcarse en una gran aventura.
Dylan: Visita a su abuela todos los días, durante el recreo o después de la escuela sin falta.
Queen: Enfermera que permite las visitas del niño fuera del horario reglamentario, ayuda a escapar al dúo.
Dr. Oliver: Médico tratante del caso de Samanta.
Amanda: Hija mayor de Samanta.
Falan: Taxista de origen Hindú quien lleva amablemente a Samanta y su nievo hasta el parque.
Kim: Chica que se ofrece a ayudar a Samanta y su nieto.
Tommy: Tommy Novio de Kim quien le ofrece toda la ayuda a la abuela.
Acto I: Bienvenidos a mi mundo.
Para samanta era rutina las inyecciones, suero, pruebas, enfermeras y médicos iban y venían, no tenía esperanzas de vida, a sus 65 años se consideraba una sobreviviente del cáncer pero no fue así, su cuerpo se debilitaba poco a poco.
Su único consuelo era ver a su nieto casi todos los días, aunque este siempre era regañado por sus padres, pero Samanta ante todo negaba la visita del chico para evitar que se metiera en problemas, su enfermera personal Queen le seguía el juego y todos eran felices.
Dylan: — ¡Buenos días abuela! — La abrazo con mucho cariño.
Samanta: — Hola querido, que bueno verte por acá, ¿pero no crees que te podrán castigar por escaparte del a escuela? —
Dylan: — Para nada, nadie se tiene que enterar, además Queen me dejo pasar, y nadie está de visita en estos momentos — Se regodeo de su astucia — Abuela, mi papá dice que no tiene tiempo para llevarme a ver los fuegos artificiales, y mi mama tampoco quiere llevarme dice que los puedo ver desde el cielo —
Samanta: — Bueno tu madre sabe muy bien que no es lo mismo apreciarlos desde el parque, aún recuerdo cuando tenía tu edad; toda mi familia acudía todos los 4 de julio a ver los juegos artificiales— Se quedó un momento pensativa — Tu abuelo siempre nos llevaba, podríamos tener cualquier tipo de problemas pero nunca dejábamos de ir, yo hablare con tu madre para que te lleve, un jovencito como tú no puede perderse un evento tan importante —
Dylan: — ¡Gracias abuela! —
Queen: — Dylan el recreo termina en 5 minutos, es una suerte que la escuela quede tan cerca del hospital, vamos vuelve a clases criatura de dios —
Dylan: — Nos vemos mañana abuela — Se despidió con un beso.
Acto II: El Escape
Vivir cada día era una gran carga, su cuerpo dolía, le molestaba tener que depender de alguien para muchas cosas, extraña cocinar, aunque para estas fechas prefería comer un Hot Dog, y golosinas que venden en el parque, cuanto extrañaba eso, ahora no podía comer nada debido a su problema de diabetes.
Dylan: — Abuela mi mama dijo que la llamaste, también dijo que no me llevara porque tiene muchas cosas que hacer — La mirada del niño entristeció a su abuela.
Samanta: — Lo siento mucho Dylan, si por mi fuera te llevaría —
Dylan: — ¿Qué te lo impide? — Su abuela lo miro fijamente, lo pensó por mucho tiempo.
Samanta: — ¿Sabes qué? A nadie le sirvo encerrada aquí en estas 4 paredes, te llevare a ver los fuegos artificiales yo misma — Con gran determinación Samanta se levantó de su cama, se dirigió al baño para cambiarse — No es tiempo para lamentarnos, vamos a disfrutar de los momentos simples de la vida y empezaremos por este —
Queen: — ¿A dónde creen que van? —
Dylan: — Vamos Queen no sea mala onda —
Samanta: — Dylan respeta — Miro a su querida enfermera — Queen te lo pido como un favor —
Queen: — No sé nada, así como sé que la puerta de abajo se encuentra sin seguro, saliendo por banco de sangre, y dejo este montón de dinero en la cama que no se para que servirá, y saben que me voy a mi descanso —
Samanta: — Muchas gracias Queen — Le dio un abrazo a su amiga.
Pasaron 10 minutos para cuando el doctor Oliver había llegado a pasar revista.
Dr. Oliver: — ¿Dónde está la paciente de esta cama? —
Queen: — No tengo la menor idea doctor que habrá ocurrido — Dijo con gran asombro.
Dr. Oliver: — Manden a seguridad a buscarla rápido —
Ya el dúo se encontraba abandonando el hospital
Dylan: — Vamos abuela apresúrate que nos encontraran —
Samanta: — Espera un momento, ya mis piernas no son lo que eran antes —
Los agentes de seguridad se acercaban, los habían identificado.
Dylan: — ¡Abuela mira! —
En medio de su desesperación Samanta pego un silbido bastante fuete, un taxi paro de inmediato y ambos abordaron el vehículo.
Acto III: Por siempre Libre
Pudieron escapar a tiempo, ahora tan solo debían indicar al taxista para donde se dirigían.
Samanta: — Dylan saca el dinero por favor —
Dylan: — Abuela yo no tome el dinero — Ambos se miraron, el taxi se detuvo
Falan: Lo siento señora, debo de dar de comer a mi familia y los paseos gratis no me ayuda —
Samanta: — Lo entiendo señor, muchas gracias por traernos hasta acá, me gustaría pedirle un último favor, podría indicarme como llegar al parque —
Falan: — Están muy lejos de ahí señora — Vio la cara de tristeza en el rostro del niño y su abuela — Saben que hare una excepción esta vez, me imagino se dirigen a presenciar los fuegos artificiales verdad —
Samanta: — Muchas gracias señor, no sabe cuánto se lo agradezco —
Falan se sintió muy feliz ayudando al dúo tan singular, los dejo a la entrada del parque y regreso con su familia, no sin antes recibir un abrazo fuerte de Samanta.
Dylan: — Abuela esto es increíble, podremos comer Hot Dogs, algodón de azúcar, y Maiz —
Samanta: — Recuerda Dylan no tenemos el dinero con nosotros, mejor quedémonos por estas bancas a ver el espectáculo, creo que tu madre vendrá por nosotros cuando se percate que no hay otro lugar al que podremos estar, aguantemos el hambre un momento — Dylan asentó y tomo asiento al lado de su abuela.
La conversación llego a oídos de una pareja de jóvenes, quienes observaban con mucha curiosidad.
Kim: — Hola abuela ¿cómo estás?, no les gustaría acompañarnos —
Samanta: — Yo no lo sé, no queremos ser una molestia —
Tommy: — Para nada, vengan los dos, tenemos sillas de extensión, comida y bebida —
Dylan y su abuela se fueron muy contentos con los jóvenes, tomaron asiento, los fuegos habían comenzado, Hot Dog, refrescos, golosinas, este era un gran día.
Samanta recordó los buenos momentos de su vida, miro a quienes partieron antes que ella, a quienes aún seguían a su lado, a quienes dejara en algún momento, pero con la satisfacción de que todos estarán bien.
Amanda: — ¡Mama! — Asombrada al ver a su hijo atiborrándose de comida chatarra y a su madre.
Samanta: — Sé que te preguntaras que sucede, pero por una vez en la vida tan solo disfruta del momento, ya estamos aquí, sé que estas preocupada pero Dylan se lo merece — Amanda tan solo callo y los acompaño.
Disfrutaron de la noche, Amanda recordó todos los momentos vividos con su madre y hermanos durante esta celebración, se prometió a si misma a darle más tiempo a su hijo.
Samanta se sentía viva, luego de años de sufrimiento había entendido que ya era hora de partir, y que mejor ocasión que irse al cielo lleno de luces y colores, con una sonrisa abandono este mundo.
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