Descripción: Gisela necesita un trasplante de riñón para salvar su vida, pero el verano se acaba y su muerte está cada vez más cerca. Así que su novio decide darle un regalo muy especial.
Personajes: Gisela, Román, Madre de Gisela, Médicos, Enfermero 1, Enfermero 2
PRIMER ACTO
Gisela se encuentra en una cama de hospital, débil y enferma. Román está a su lado, cuidándola. Ella lo mira con amor.
Gisela: Mi amor, si no salgo con vida de la operación, por favor no dejes de vivir tu vida por mí. Quiero que encuentres a alguien…
Román: Shhh… no hables, no digas esas cosas. Todo va a salir bien.
Gisela: No estoy segura…
Román: El trasplante será éxitoso, puedo sentirlo. Y después de despertar de la operación, verás como la vida tiene deparadas muchas sorpresas para ti. Serás feliz, Gisela.
Ella sonríe y un par de enfermeros entran con una camilla.
Enfermero 1: Es hora señorita, el quirófano está listo.
Entre los dos suben a Gisela a la camilla y se empiezan a retirar.
Gisela: ¡Te amo, Román!
Román (triste): Y yo a ti.
SEGUNDO ACTO
Se ve como los doctores operan a alguien en un rincón. En el centro del escenario, un reflector ilumina el recuerdo de Gisela. Ahora se los puede ver a ella y a su novio paseando de la mano.
Gisela: En el hospital me han dicho que mi riñón no podrá soportar demasiado tiempo. Román, si no encuentro un donante pronto, podría morir.
Román: ¡No Gisela, eso no! ¡Encontraremos a alguien! ¡Ya verás!
Gisela niega tristemente con la cabeza.
Gisela: No me asusta morir, amor. Sabía desde el principio que era probable que sucediera. Y aun así, agradezco que tuve la suerte de conocerte, de pasar momentos hermosos contigo. Voy a echarte mucho de menos, Román.
Román la abraza con fuerza.
Román: Gisela, yo te prometo que encontrarás un donante antes de que se acabe el verano. Tú solo dejámelo a mí. Vas a vivir, mi amor. Vas a vivir.
Ambos se besan tiernamente y la luz del reflector se desvanece poco a poco, indicando que el recuerdo ha llegado a su fin. En un rincón, los médicos siguen operando.
TERCER ACTO
Gisela despierta en su habitación de hospital. Su madre está a su lado, tomando su mano.
Gisela: ¿Mamá?
Madre de Gisela: ¡Hija, estás bien! Gracias a Dios.
Gisela: ¿Dónde está Román? Quiero verlo, él me prometió que todo saldría bien.
La mamá de Gisela llora silenciosamente y aprieta más su mano.
Gisela: Mamá, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras? (Preocupada) ¿Por qué Román no está aquí?
Madre de Gisela: Ay hija, él me prometió que no te diría nada hasta después de la operación. No quería que te negaras. (Sollozando). Hija mía, fue tu novio quien donó parte de su riñón para que pudieras salvarte. Pero era una intervención de alto riesgo.
Gisela (a punto de llorar): ¿Qué quieres decir?
Madre de Gisela: Hija, los doctores le advirtieron que algo podía salir mal durante el trasplante aunque fuera compatible, pero a él no le importó. Ahora tú estás con vida… pero él no logró soportar la operación. Los médicos no pudieron salvarlo. Lo siento.
Gisela: ¡No! (Se cubre la cara con las manos y empieza a llorar). Román, ¿por qué? ¿Por qué?
FIN
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