Cuento enviado por Alvaro Prado (fan del blog)
En mis últimas vacaciones como estudiante universitaria, mi papá me regalo un viaje a un país de Europa, no fue difícil decidir pues siempre había querido conocer El bosque de Muniellos, en Asturias así que me decidí por ir a España.
Luego de llegar, conocer un poco y pasar algunos días consiguiendo el permiso para poder dar un paseo por el bosque (ya que solo permiten visitas de 20 personas al día), conseguí ser una de las 6 personas que darán un paseo un martes, me pareció muy extraño que solo serían 6 personas pues pensé que el problema que hubo con la tramitación era por la cantidad de personas que solicitaban ese permiso, en fin la emoción no me permitió analizar eso más a fondo.
Llego el dichoso día y yo empaque lo necesario como para una semana perdido en un bosque en donde en realidad era un paseo que solo duraría día, no me culpo soy amante a la naturaleza, al reunirnos el grupo éramos 3 latinos, 2 asiáticos y 1 ruso de ropa y comportamiento muy extraño que a duras penas decía algunas palabras en español y llevaba un gran maletín térmico que se notaba que llevaba poco en su interior, nos hicieron firmar un acuerdo en caso que algo nos ocurriera corría por nuestra cuenta y nos dieron unas pulseras con chip GPS en caso que nos perdiéramos nos pudieran ubicar (Esta última medida era nueva, según me dijo uno de los latinos, se implementó dado que se había perdido 1 jovencita y no han encontrado rastro de ella, cosa que no le creí en lo mas mínimo).
El guía era un señor alto de 1.85 metros, de unos 45 años, muy alegre y servidor llamado Alfredo, así pues empezamos el viaje, durante las primeras 2 horas disfrute, fotografié y anote cada uno de los árboles y pequeños roedores que vi, luego el bosque se hizo más denso, se sentía más frio, los rayos del sol apenas se asomaban entre los pequeños espacios que brindaban los grandes nubes que se formaron de la nada, los árboles se tornaron más rústicos y sin hojas, era un escenario aterrador e inquietante pues para donde mirabas los árboles y una densa niebla solo te brindaban una vista de si mucho 10 metros de profundidad, note que Alfredo estaba cada vez más impaciente y afanado a medida que nos adentrábamos más al denso bosque, también que la pareja asiática lloraban en silencio y hablaban entre ellos supuse que de alguna manera tenía que ver con su cultura, los 2 latinos y yo íbamos hablando sobre lugares latinoamericanos parecidos a ese hermoso bosque y por último el ruso se iba quedando poco a poco a medida que por Alfredo acelerábamos el paso.
Después de 1 hora caminando logramos dar con un pequeño lugar libre de árboles, por allí pasaba el Rio Muniellos que era el Rio más grande que tenía dicho bosque, en ese lugar se formaba un lago al lado del rio de donde se veía una inmensa pared de rocas gigantes y llanura muy espesa haciendo casi imposible mirar que había detrás de dichas rocas a parte de la niebla que era muy latente y el agua aunque cristalina se veía muy fría, con un caudal agresivo y rápido excepto donde estaba el lago con las inmensas Rocas en donde había era un gran remolino que parecía conducir a ningún lado.
El grupo paro a almorzar, eran alrededor de las 3 de la tarde, yo estaba tan emocionada que no tenía hambre y Alfredo se fue a buscar al ruso que al parecer se había quedado a mitad del sendero pero antes nos advirtió que no nos moviéramos de ese lugar, mientras miraba mi reflejo en el rio vi a la distancia unas hermosas flores rojas que sobresalían entre aquel paisaje sombrío, que estaba encima de la roca más grande junto al lago. Aproveche que mis compañeros estaban distraídos y fui rápidamente a aquel lugar, al momento de que me acercaba notaba lo complicado que sería subir a aquella roca pues estaba con musgo muy húmedo y resbaladizo sin embargo vi unas partes que estaban limpias, sin musgo como si alguien con alguna herramienta la hubiera limpiado para que se pudiera trepar fácilmente y tener una vista panorámica del lugar, subí lentamente, mire el panorama y aunque sombrío era muy impactante luego me acerque a las flores y vi lo hermosas que eran quise tocar una pero sus hojas cayeron solo con rozarlas un poco así que conserve la distancia pero algo me genero mucha curiosidad y era lo diferentes que eran al resto de la vegetación así que mire más a fondo entre la densa cantidad de maleza que había y supe que las flores no estaban asentadas en la tierra solo estaban allí como puestas cuidadosamente para que alguien las viera a la distancia, en ese momento un frio, un olor a putrefacción y una gran sensación de temor se adueñó de mi cuerpo así que gire para bajar nuevamente pero de la nada sentí que algo me agarraba de los hombros y con una gran fuerza me arrojo al rio sin yo poder poner resistencia, intente gritar pero sentí un gran nudo en la garganta, al caer al agua fui arrastrada al fondo por el remolino en donde me golpeó fuertemente el tobillo con una roca, intente ferozmente salir pero solo pude asomar la boca para tomar un poco de aire mientras veía una sombra negra que me observaba desde la roca, el remolino me volvió a llevar a lo más profundo, no puse resistencia solo trate de conservar el aire mientras esperaba que de alguna manera me llevara a un lugar donde pudiera respirar, todo se puso oscuro duro así por muchos segundos hasta que vi que el agua perdía fuerza y vi un leve rayo de luz, nade con la poca fuerza que me quedaba a pocos segundos de perder la conciencia debido a la falta de oxígeno.
Fueron los segundos más largos de mi vida pero por fin y con la última gota de energía logre salir, me tome unos segundos para recuperar el oxígeno después me arrastre hasta un lugar alejado de aquel lago detrás de una alta vegetación allí note que mi tobillo estaba morado e inflamado de tal manera que había perdido su forma, un gran dolor inundo mi cuerpo pero en ese instante escuche un ruido, como un traqueo, algo que de solo oírlo se me destemplaban los dientes, me senté y mire entre la vegetación, vi entre tanta neblina una casa muy antigua, se veía abandonada también como todo el lugar incluyendo donde yo estaba rodeado de una vasta vegetación, rocas altas con árboles secos y ramas muy incomodas formando como un pequeño valle en donde el centro de el era dicha casa, luego volví a escuchar el traqueo y vi una sombra blanca que se dirigía a la casa, estaba de espaldas mío tenia forma humana alta y delgada, con cabello negro, largo y totalmente despeinado, una túnica blanca, sucia y rota cubría su cuerpo, tenía una gran joroba que se asomaba por un gran agujero en su túnica, una cabeza enorme mucho más grande de lo que debería ser debido a su cuerpo, unos brazos largos que casi llegaban a las rodillas, unos dedos largos y muy delgados con uñas tan largas que eran visibles a esa gran distancia, sin zapatos, con los pies y la túnica en la parte baja embarrados, caminaba de una manera espantosa pues pareciera que tenía una pierna rota y el traqueo se daba cuando ponía su peso en ese pie, su cuerpo se movía de manera estruendosa cuando apoyaba ese pie, casi que al punto de caerse. Un grito salió de mi boca debido al gran terror que sentir correr en mis venas y aunque me calle a tiempo esa figura espantosa se detuvo unos segundos… y empezó a girar hacia donde yo estaba, vi que el frente de su túnica tenía una gran mancha de sangre que cubría desde la altura del pecho hasta el abdomen bajo y en el instante que casi se veía su cara sentí una gran presión en mi pecho, caí al suelo y el perdí conocimiento…
Lee la 2da parte del cuento haciendo clic aquí.
Excelente esperando la segunda parte
Muchas gracias, la verdad este es solo un preambulo para la verdadera historia de terror en donde cada personaje mencionado tiene una funcion especifica. Si mi puntaje sube a las 8 estrellas, lo subire inmediatamente ^^!
wow que estupendo me encanto el cuneto espero la segunda parte
perdon quise decir el cuento*
es buena me gusta
sigan escribiendo historias iguales pero completas
No vale para nada
esta muy bonita la histori
esta genial
Quiero leer la segunda parte
muy bueno pero me dio miedo