Personajes:
– Kesia, Sofía y Liviana: Tres amigas que acaban de cumplir 40 años y temen quedarse solas.
ACTO I
Personajes en escena: Kesia, Sofía y Liviana
Tres mujeres se presentan en una cafetería. Dicho lugar era de color rosa pastel por todas partes, y en casi todas esas michas partes se asomaba el rostro de Hello Kitty. Menos en el baño, el baño daba algo de miedo porque en la papelera estaba Ken y en ese aparato que tira aire para secarte las manos, en cambio, estaba el rostro de Barbie.
Kesia, Sofía y Liviana estaban en una de esas mesas pastelosas de la cafetería. En medio de la mesa, había una tarta también rosa con tres velas.
– Kesia, Sofía y Liviana: Una, dos… ¡y tres!
En cuánto contaron tres al unísono juntas, soplaron cada una de ellas su respectiva vela asignada de cumpleaños.
– Sofía: Ya es oficial. Tenemos la edad inmencionable de la mujer.
– Liviana: Venga ya Sofía, no es para tanto.Tanto como para decir que no puede llegar a ser mencionable… seguro que mañana mismo algún jovencito mencionará nuestro número como si estuviese dibujado en nuestra frente, sólo con la intención de meterse con nosotras.
– Kesia: Claaro, claro… y de paso el muy cruel nos recordará que nos queda menos vida que a él.
– Sofía: Bueno, eso habrá que verlo. Si algo así me sucede, os aseguro que haré que se arrepienta de haber mencionado mi edad inmencionable. A no ser que sea muy guapo, claro… .
Sofía tenía el color de pelo negro, y igual de negra se ponía al recordar que tenía ya cuarenta años. Siempre trabajó de modelo en Vogue, y, aunque sabía que la carrera de una modelo era fugaz y efímera, no se conformaba con la vida plena que vivió en la revista. ¿Qué clase de broma le estaba haciendo la vida?
– Kesia: Si fuese guapo, lo más seguro es que es joven. Y si es joven, no tenemos nada que hacer a no ser que finjamos ser inmaduras, libres y aventureras.
– Sofía: Pues yo creo, que aun siendo unas cuarentañeras como lo somos ahora, para ligar seguimos haciendo las mismas bobadas que cuándo éramos jóvenes. Eso sí, ahora tenemos mucho más poder que antes.
Liviana casi se atraganta con el café de sólo escuchar lo »cuarentañeras».
– Liviana: Se dice »cuarenteañeras», Sofía. Y… dudo mucho que la mujer, en algún momento de su vida tenga más poder que el hombre.
– Kesia: Pues yo no lo pongo en duda, ¿a caso ahora no se está levantando una gran revolución feminista?
– Liviana: Sí, por supuesto. Pero eso está sucediendo más en las jóvenes que en las solteras de más edad como nosotras.
– Sofía: Desde luego.
Sofía señala a Liviana y toma otro trago de café.
– Sofía: Nosotras si tenemos que hacer lo que las jóvenes de hoy en día hacen, no nos comeríamos un rosco.
– Kesia: ¿Pero por qué no? ¿A caso no tenemos la misma valía que todas esas jóvenes? Somos fuertes e independientes… .
Entonces, se miraron las tres. Algo les cambió el semblante nada más escuchar lo que Kesia había dicho.
– Liviana: ¡Pues claro que sí! Y fuertes e independientes moriremos. Una buena forma de vivir y morir, también.
– Kesia, Sofía y Liviana: ¡Chin, chin!
Brindaron y fueron unas felices solteronas para siempre. O puede que no, ¿no?
¡Sé el primero en comentar!