EL DEVORADOR DE ALMAS
Octubre 1997 / 24
Hola a todos me llamo Carmen y vivo en Argentina, esta historia que les voy a contar sucede hace cinco años en el 97. Resulta que vivo en las afueras de Argentina en la zona rural, donde las casas alrededor son de un estilo colonial de ya hace varias décadas atrás.
Vivo en una de esas casas con mi esposo Terry y mi hijo Franky. Todo empezó cuando una noche mi esposo estaba en el trabajo y yo en la casa siendo alrededor de las 7 de la noche cuando preparaba la cena para Franky que por cierto era tan solo de 4 años en ese momento.
Estaba haciendo un puré de papa con vegetales cocidos mientras que Franky jugaba en su cuarto con unos legos, me preparaba a picar los vegetales cuando de repente oí un estruendo que salía del cuarto de mi hijo, precisamente sonó como unas botas de plástico rechinantes estremeciendo el suelo con unas pisadas contundentes, mi hijo extrañamente reía en el momento en que oí este sonido, me dispare precipitada hacia el cuarto y el sonido se había ido pero Franky por alguna extraña razón se encontraba subido sobre una butaca que apunta hacia la ventana abierta del cuarto y en una posición peligrosa en la que podía resbalar y caerse al vacío, todo esto me pareció inquietante le pregunta si había pasado algo a lo que él solo me respondió con una sonrisa que mostraba cierto nerviosismo y se fue corriendo mientras parecía divertirse y se metió al closet, sin más remedio me olvide del extraño asunto, lo alimente y lo mande a dormir pues ya eran más de las 11 de la noche y tenía que trabajar y hacer el desayuno de mi esposo al otro día que precisamente acababa de llegar exhausto de trabajar.
Me levante a eso de las 5 de la Mañana e hice el desayuno de mi hijo y mi esposo, luego mi hijo se fue al colegio el bus escolar y yo me quede sentada hablando en el mesón con Terry mientras pasábamos un buen rato hablando de chismes sobre personas y cosas no demasiado serias.
Eran las 3 de la tarde y me disponía a recoger a Franky en el colegio, cuando llegue él estaba sentado en los columpios, parecía estar hablando con alguien que no estaba ahí, le pregunte que a quien le hablaba, pero no me respondió.
Por fin llegamos a la casa y me dispuse a ordenar algunas cosas y hacer la merienda del mediodía, Franky por alguna razón empezó a actuar de manera extraña en estos días, a ratos lo veía totalmente ido solo riendo y mirando al techo con una mirada clavada en algo que yo no «podía ver», esto no me inquietaba tanto pues es normal que los niños actúen de formas peculiares y tengan sus mundos aparte, lo que si me inquietaba es que a veces cuando miraba al techo súbitamente dejaba de reír y su cara transformaba el gesto en una expresión sórdida y petrificada un poco perturbadora que yo no entendía y que no era normal para un niño de su corta edad.
Las semanas pasaron y pasaron y nada demasiado relevante sucedía, mi vida seguía igual, dedicándome a mi hijo y pasando buenos tiempos con mi esposo y haciendo mi trabajo, etc.
Cuando una noche antes de dormir volví a ver a mi hijo mirando el techo, pero esta vez parecía murmurar palabras y cosas ininteligibles, me petrifique y sentí un corrientazo recorrer toda mi columna vertebral hasta que su risa súbdita me hizo recobrar la compostura y como de costumbre le pregunte que le pasaba y que qué estaba observando, a lo que simplemente no me respondió nada y solo me dio a entender que tenía sueño, entonces lo lleve a su cuarto y le leí una fábula y enseguida se quedó dormido.
Posteriormente me fui a la cama y era viernes y nos quedamos viendo películas clásicas con mi marido que era un gran fan de Clint EastWood el director de cine, acabo la película que veíamos que por cierto era gran Torino y nos quedamos hablando de cine hasta que porfin caí rendida en un sueño profundo.
Al otro día me levante con un frio invernal, la habitación se sentía densa como si el aire fuera brumoso y pesado, estaba temblando y tenía la frente fría lo cual no tenía sentido pues era temporada de calor extremo y en realidad alrededor de toda la casa el clima se sentía cálido, era como si el cuarto fuera un ecosistema aparte.
Me levanté además de extrañada, impactada por el tipo de sueño tan bizarro y macabro sí es que así se le puede catalogar. Recuerdo verme a mí misma en un teatro con un escenario de un telón rojo brillante, me encontraba en la parte trasera del sitio en las gradas superiores, de repente oí una voz que me llamo y una mano con un guante blanco que se asomaba por detrás del telón movía el dedo indicándome que me acercara al Stage, camine titubeante sin saber en realidad que pasaba acercándome cada vez más al sitio de donde aparentemente me llamaban.
Por fin llegue al escenario y titubee un segundo antes de pasar tras el telón rojo, mis músculos estaban tensionados por la incertidumbre, por fin lo abrí y pareciera como si una oscuridad absoluta me hubiera tragado en ese momento y me hubiera transportado a un sitio oscuro, yo parecía flotar en medio de la nada, cuando de repente una luz muy potente se ilumino y enfoco el semblante de un hombre viejo sentado en una silla de cuero color vino tinto, con una madera que se veía muy refinada pero con unos tallados bastante aterradores como de símbolos extraños.
Este hombre vestía con un pantalón blanco y un blazer del mismo color y una corbata roja escarlata de terciopelo, mientras fumaba un habano y reía maliciosamente, a su alrededor pude ver muchas personas acurrucadas o sentadas en el suelo completamente desnudas y con el cuerpo malherido, todas con una especia de cadenas de acero atadas al pie y un yunque al otro extremo que solo les permitía moverse en una circunferencia determinada y reducida.
¡El hombre me miro a los ojos y solo me dijo estoy muy feliz de conocerte, bienvenida!!!, lo dijo con una espontaneidad y una elocuencia que no eran coherentes ni propias del contexto que yo estaba presenciando en ese momento, sin más me desperté y el sueño acabo.
Todo siguió normal me olvide del sueño y de los comportamientos de mi hijo que yo sentía eran extraños, hasta que un día mi esposo empezó a enfermar, se había adelgazado, no comía mucho y estaba muy débil, fuimos al doctor y le diagnosticó cáncer, yo estaba devastada, empezamos con sus tratamientos, pero lastimosamente mi esposo no logro soportar la quimioterapia y un fatal día de marzo falleció y caí en una depresión profunda e igualmente mi hijo que en ese entonces ya tenía 9 años.
Ya habían pasado 5 años más desde la muerte de mi esposo y mi hijo y yo nos habíamos mudado a un apartamento en el sur de Argentina en una zona mucho más citadina, recuerdo que mi hijo tenía un diaria siempre en su mesa de noche que siempre había tenido casualidad de leer, y un día con mi hijo fuera de casa ojeando viejos recuerdos y álbumes fotográficos decidí pasarme por el cuarto de Frankie y vi el diario encima de la mesa, la curiosidad y la picardía me ganaron y sucumbí a ojearlo, nada vi del otro mundo solo confesiones y escritos sobre sus pensamientos sus novias y otras cosas. Sin embargo, llegue a la última página del diario y había un escrito que llamo mi atención, este decía;
Posdata; son las 9 de la noche y mis pensamientos no me dejan dormir, empiezo a acordarme de mis momentos de infancia todo era muy feliz en ese entonces sin embargo tengo recuerdos borrosos de un amigo «imaginario» que probablemente tenia, nunca se lo conté a mama, no por no desear decírselo sino porque simplemente creo que era un niño sumido en su mundo fantástico y no sentía la necesidad de comunicar estas cosas.
Recuerdo con cierto terror a mi amigo, era un viejo de vestido blanco y sonrisa ridículamente pronunciada, recuerdo que me decía que jugáramos a las escondidas y recuerdo que lo hacíamos, como aquella noche en que me escondí en el armario después de que mi madre fuera a darme las buenas noches, me parecía divertido en ese entonces aunque a ratos me sentía amenazado por mi amigo, se comportaba de formas muy raras y por eso dejaba de reírme y me ponía serio, de vez en cuando me decía que «mi papá y el iban a ser muy buenos amigos en el futuro y que no se aguantaba las ganas de invitarlo a su casa» con el tiempo y la edad que he adquirido no sé si este completamente desquiciado de la cabeza o lo que piense sea verdad pero siento y creo que este ser ha sido el causante de la muerte de mi padre y esto nunca me lo podré sacar de la cabeza. Espero que escribiendo esto me desahogue y me saque esta locura de la cabeza pues sinceramente no lo puedo soportar más.
OTRA CURIOSIDAD DE LA QUE ME ACUERDO ES QUE MI AMIGO ANTES DE QUE YO ME FUERA A DORMIR TODAS LAS NOCHES ME PRONUNCIABA LAS MISMAS PALABRAS UNA Y OTRA VEZ QUE CREO INEQUIVOCAMENTE QUE ERAN LAS SIGUIENTES.
DOLORIS ANIMUS DEVORATOR
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