Descripción: Obra corta de teatro basada en una leyenda colombiana, sobre un ermitaño que en su devoción religiosa, no supo ver su propia arrogancia.
Personajes: Nicolás, Ángel 1, Ángel 2, Diablo
PRIMER ACTO
Es una hermosa mañana en la montaña. En el escenario, vemos a un hombre vestido como ermitaño haciendo sus oraciones. En el fondo, la escenografía muestra un paisaje precioso. De pronto dos ángeles entran en escena, llevando una bandeja de plata con frutas, pan y vino.
Ángel 1: Buenos días, Nicolás. Veo que haces tus oraciones como de costumbre.
Nicolás: No hay que perder ni un solo instante para alabar el nombre de Dios. Él es mi padre y yo su más leal servidor.
Ángel 2: Come algo, Dios nos he encargado traerte de almorzar.
Nicolás mira la bandeja y solo toma el pan.
Ángel 1: ¿No vas a comer las frutas, ni el vino?
Nicolás: Hay que ser humildes para entrar en el reino de los cielos. Estoy seguro de que mi padre celestial estará orgulloso de mí, al ver que no soy codicioso. Seré el mejor cristiano para él.
Ángel 2: Muy bien, pero recuerda que el exceso de vanidad también es un pecado, ¿eh?
Nicolás: ¿Yo un pecador? No vine a vivir a la cima de la montaña, tan lejos de las personas, para que se me considere de esa forma. Realmente amo a Dios.
Ángel 1: Nos vemos mañana, Nicolás.
Los ángeles salen de escena y Nicolás vuelve a orar.
SEGUNDO ACTO
Nicolás está impaciente, caminando de un lado a otro. Tiene el ceño fruncido y se ve molesto.
Nicolás: Bueno, ¿pero qué manera es esta de tratar al mejor siervo de Dios? Me pregunto yo. ¿Dónde están esos ángeles con la comida? ¡Ya tardaron demasiado!
Los ángeles vuelven a entrar con la bandeja de plata.
Nicolás: ¡Vaya! ¿Se puede saber dónde estaban?
Ángel: Lo sentimos, tuvimos que atender una diligencia.
Ángel 2: Dios nos encargó llevar al cielo a ese pobre del pueblo, que estaba muy enfermo.
Nicolás: ¿Hablan del borracho? ¡Pero si era un vicioso! ¡Él no merece ir al cielo más que yo!
Ángel 1: Él se arrepintió sinceramente de sus acciones. Y ahora, tú tendrás un castigo ejemplar por tu soberbia.
Los ángeles salen de escena y las luces se apagan.
TERCER ACTO
Nicolás se encuentra inconsciente en medio del escenario, el cual se halla en completa oscuridad. Solo un ligero haz de luz lo ilumina. Poco a poco recobra la consciencia y mira a su alrededor, asustado.
Nicolás : ¿Dónde… dónde estoy
Diablo (voz fuera del escenario): Ahora estás en mis dominios. Bienvenido a los infiernos.
Nicolás : ¡¿Infiernos?! ¡No, no! ¡Yo soy un buen cristiano! ¡Soy el mejor cristiano de todos! ¡Siempre he alabado a Dios!
Diablo: Tu soberbia y egoísmo al creerte el único digno de las atenciones de los ángeles, te han traído aquí. Podrás ser muy bueno orando, pero en tu corazón no hay más que arrogancia. Por eso, nunca saldrás de aquí.
El diablo emite una risa inquietante. El escenario se ilumina con luces rojas, mostrando una escenografía escalofriante, que refleja las llamas del infierno y los rostros de agonía de los pecadores. Mientras las carcajadas del maligno siguen haciendo eco, Nicolás grita de horror y se arrodilla, suplicando piedad.
FIN
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