Descripción: Cuando dos hombres pelean por el amor de la hermosa Ixchel, la tragedia se desata, pero nace una gran leyenda.
Personajes: Ixchel, Ixtab, Itzamná, Desconocido
PRIMER ACTO
Se abre el telón, mostrándonos una escenografía que refleja las pirámides de la gran civilización maya. En escena, entra una joven vestida con una túnica muy elegante y varias plumas sobre la cabeza.
Ixtab: Sean bienvenidos, amiguitos. Soy la diosa Ixtab, divinidad de la muerte. Hoy voy a contarles una historia que ocurrió hace mucho tiempo.
Del lado contrario del escenario entra en escena Ixchel, una joven muy hermosa y vestida con una túnica blanca. Va de la mano con un muchacho vestido de guerrero y ambos se sonríen, enamorados.
Ixtab: Ella es Ixchel, mi hermanita. En el principio de los tiempos, ella amaba a Itzamná, un joven valiente y noble que había robado su corazón. Pero un buen día, un hombre siniestro llegó desde tierras lejanas y se quedó prendado de ella, amenazando con destruir su amor.
Entra en escena un hombre cubierto con una máscara. Lleva una túnica negra y una espada.
Desconocido: ¡He venido a exigir la mano en matrimonio de la princesa Ixchel!
Ixchel lo mira asustada e Ixtab da un paso al frente.
Ixtab: Esto solo puede decidirse de una manera, pelearan los dos pretendientes por la mano de la princesa.
SEGUNDO ACTO
Itzamná y el desconocido se baten a duelo, mientras Ixchel observa angustiada desde el fondo del escenario con su hermana. Justo cuando parece que va a vencer, su contrincante le da un golpe bajo y aprovecha para atravesarlo con su espada.
Ixchel: ¡No! ¡Itzamná! (Corre a su lado, mientras el pecho del joven se llena de sangre).
Desconocido: ¡Vencí! Ahora la mano de la princesa es mía. Diosa, ¡es hora de que cumplas con tu palabra!
Ixtab: Mi palabra no tiene valor para los tramposos como tú. Debido a tus cobardes acciones, no mereces casarte con Ixchel ni ser recordado. Yo te condeno al olvido. De aquí en adelante, nadie sabrá ni recordará tu nombre.
Un humo brota desde uno de los extremos del escenario, para envolver al desconocido, quien desaparece en medio de la niebla.
Ixchel: No puedo vivir en un mundo en el que tú no existas, amado mío. (Toma la espada de Itzamná y se la clava en el pecho, cayendo al suelo fulminada).
Ixtab: ¡Ixchel! ¡Oh Ixchel, hermanita mía! ¿Pero qué has hecho?
TERCER ACTO
En medio del escenario, Itzamná e Ixchel despiertan desorientados. Él está vestido con una túnica dorada y ella, con una túnica plateada. Se miran aliviados y se abrazan.
Itzamná: ¡Ixchel! ¡Mi hermosa Ixchel!
Ixchel: Creí que nunca más te volvería a ver, amado mío.
Ixtab (entrando en escena): Sean bienvenidos al hogar de los dioses, aquí, el sacrificio de su amor no será en vano. Tú Itzamná, ascenderás para convertirte en el sol e Ixchel, como tu esposa, será la luna. Y de noche y de día, ambos iluminarán a los hombres.
Itzamná: Que así sea, diosa Ixtab.
Él e Ixchel sellan su amor con un beso.
Ixtab: Y así amigos míos, es como concluye esta noble historia de amor.
FIN
es muy buena obra
Me parece que esta obra pudiera ser magnífico. Como se encuentra en este momento, me parece demasiado simplista. Los niños son capaces de comprender más allá de la simpleza. Creo que requiere más trabajo, más elementos dramáticos. Un comento: lo antiguos mayas, incluyendo sus dioses, no utilizaron las espadas. Estas fueron introducidos por los españoles. Muchas felicitaciones por sus esfuerzos en pro del teatro infantil. ¡¡¡UN ABRAZOTE!!!