Descripción: Guión corto que adapta una historia clásica. Al verse invadidos por una plaga, unos aldeanos deciden contratar a un flautista para que les ayude.
Personajes: Flautista, Niños, Rey, Padres, Aldeanos
PRIMER ACTO
El telón se abre mostrando a un rey sentado en su trono, mientras atiende a algunos aldeanos que protestan preocupados ante él.
Aldeano 1: Su Majestad, ¡estamos hartos de las ratas que pululan por las calles! Son demasiadas como para que podamos acabar con ellas.
Aldeano 2: Sí, se están comiendo todo lo que tenemos y van a enfermar a nuestros hijos. ¿Qué haremos al respecto?
Rey: No se preocupen, pues ya he pensado en una solución.
Hace un ademán con la mano y entra en escena un hombre alto y vestido de manera extravagante. Lleva una flauta en la mano.
Rey: Él es el flautista de Hamelin, un músico prodigioso capaz de lograr cualquier cosa con el misterioso sonido de su flauta.
Aldeano 3: ¿Y él logrará llevarse a las ratas? ¡No lo creo!
Rey: Muéstrales, muchacho. Expulsa a las ratas de nuestra aldea y te recompensaré con creces.
El flautista sale de escena, decidido.
SEGUNDO ACTO
El escenario muestra una gran pantalla blanca, detrás de la cual se ve la sombra del flautista. Este se lleva la flauta a los labios y comienza a tocar una canción mientras camina de un lado a otro del escenario. Detrás de él, se ven las sombras de varias ratas (títeres) que lo siguen como hipnotizadas. Entonces los aldeanos aparecen frente a la pantalla y hacen expresiones de asombro.
Aldeano 1: ¡No puede ser! ¡Funciona!
Aldeano 2: ¡Se las está llevando! ¡Váyanse y nunca vuelvan indeseables!
Aldeano 3: Pues parece que lo logró.
Aldeano 4: Vamos a decirle al rey que la aldea está libre de ratas, ¡esto es un auténtico milagro!
TERCER ACTO
De vuelta en el palacio del rey, el flautista se acerca al trono y hace una reverencia.
Flautista: He cumplido con mi encomienda, Su Majestad. Estoy listo para recibir la recompensa.
Rey: De acuerdo. Por tus servicios, te daré esta moneda de oro. (Saca la moneda de su bolsillo y se la tiende).
Flautista: ¿Solo una moneda? Había dicho que sería generoso.
Rey: Ya sé lo que dije, pero tienes que entender que un rey tiene muchos gastos. ¿No habrás creído que hablaba en serio? Toma la moneda y vete a casa, jovencito. Con la gratitud de mi pueblo es suficiente para ti.
Flautista: Esto no es justo. ¡Se va a arrepentir!
Rey (enojado): ¡Insolente! ¡Fuera de mi vista ahora mismo antes de que mande llamar a los guardias!
CUARTO ACTO
De vuelta en las calles y muy molesto, el flautista vuelve a tocar llamando todos los niños de la aldea, que corren hacia él risueños.
Flautista: Vengan conmigo, niños. Les mostraré un lugar maravilloso.
Los niños se forman en fila y van detrás de él, bailando y bajando por el escenario a sus espaldas. El flautista recorre el pasillo entre los asientos del público antes de abrir la puerta, y dejar que los niños salgan sin dejar de tocar.
Flautista (al público): Ahora ya lo saben, amigos. Jamás falten a su palabra, pues las personas mentirosas pierden lo más valioso tarde o temprano.
FIN
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