Descripción: Es Navidad y Sara tiene un regalo muy peculiar para sus padres.
Personajes: Sara, Papá, Mamá
ACTO ÚNICO
Es la víspera de Navidad y en casa de los padres de Sara, estos están preparándose para celebrar una triste Navidad. La madre cuelga una esfera del árbol con tristeza y luego suspira. Su esposo se acerca y la abraza.
Papá: Tratemos de ser fuertes, por Sara.
Mamá: Si tan solo él estuviera aquí con nosotros…
Papá: Pero no está. Querida, nuestro hijo no está. Mientras más pronto nos hagamos a la idea, más pronto podremos seguir adelante con nuestras vidas.
Sara, su hija adolescente, entra en escena.
Sara: Mamá, odio verte tan triste.
Mamá (secándose las lágrimas): No es nada, hijita. Es hora de sentarnos a cenar, el pavo ya está listo.
Sara: ¿Podemos entregar los regalos antes?
Sus padres se miran son sorpresa.
Papá: Seguro… eso nos va a animar un poco.
Los tres se sientan en la sala de estar para abrir sus regalos. Sara toma uno y saca un hermoso vestido.
Sara: ¡Muchas gracias, papito! Me encanta.
Papá (sonriendo con tristeza): Espero que lo disfrutes, hijita.
Mamá: A tu hermanito le habría encantado este momento. Siempre le llenó de ilusión abrir los regalos bajo el árbol.
Papá: Querida…
Sara: Lo extrañas mucho, ¿verdad, mami?
Mamá: Mucho, hija. Aun me parece que en cualquier momento bajará a reunirse con nosotros… mi niño…
Sara sonríe ampliamente.
Sara: Entonces yo creo que te va a encantar el regalo que he elegido para ti. ¡Ábrelo, mamita! ¡Ábrelo!
El padre la mira extrañado por verla tan emocionada en un momento tan triste, pero su esposa toma el regalo de todos modos y, sin entusiasmo, comienza a desenvolverlo. Luego abre la caja y se queda horrorizada. Suelta un grito agudo.
Mamá: Pero… pero… ¡¿qué es esto?!
Papá (pálido): Sara… tú…
Sara comienza a reírse como una desquiciada.
Sara: ¡Te dije que te iba a encantar!
Mamá: ¡Dime que no es cierto! ¡Dime que no es cierto!
Sara (con una expresión demente): Sí, mamá. Yo fui quien lo llevó a aquella casita abandonada en el campo. Yo lo maté.
La madre se cubre la cara con las manos y solloza, con la caja de regalo en su regazo. Aun no se puede ver lo que hay dentro.
Papá: Pero Sara, ¿por qué?
Sara: ¡Porque estaba harta de que él se llevará toda la atención! ¡Estaba cansada de que él fuese el hijo perfecto! ¿Y yo? ¿Y yo qué? ¿Acaso nunca notaron mis talentos, mis esfuerzos para que se sintieran orgullosos de mí?
La madre sigue sollozando y pronuncia algo incomprensible.
Sara: Nunca encontraron su cabeza, ¿no? Creí que les encantaría recibirla como obsequio navideño. ¡Feliz Navidad, papá y mamá!
Papá: Sara, estás loca…
Sara comienza a entonar un villancico con voz dulce, mientras una inquietante música resuena de fondo.
Sara: El mejor obsequio de Navidad en el mundo, ¿verdad?
La madre suelta un grito desesperado y empuja la caja de regalo de su regazo. Una cabeza cercenada e infantil sale rodando de ella, mirando con sus ojos sin vida al público.
FIN
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