Eran las 8 de la mañana cuando María escuchó un ruido extraño en su garage. Fue a echar un vistazo, no sin antes agarrar un cuchillo. Camino hacia afuera, vio un mapache que se había quedado encerrado y lo sacó, ya segura de que no había nadie.
Dió media vuelta y en ese instante, surgió ante ella una cara pálida, con los ojos grises y una boca cocida. María se asustó mucho y le clavó el cuchillo.
La criatura empezó a emitir unos gritos muy fuertes, se levantó, corrió tras ella, la atrapó y se arrancó sus hilos para abrir la boca. Tenía cientos de dientes, con los cuales le arrancó la cabeza.
Lo último que se escuchó fue:
—¡NO, POR FAV…!
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