Descripción: En esta obra de teatro, Maribel regresa a casa de su padre solo para encontrar un misterioso retrato, que esconde una verdad aterradora.
Personajes: Maribel, Héctor, Julia, Lázaro
PRIMER ACTO
Maribel y su pareja, Héctor, entran en un estudio repleto de pinturas. A ella se la ve melancólica y desanimada.
Héctor: Así que… este es el estudio de tu padre.
Maribel: Le encantaba pintar. Y después de que se casó con Julia, decidió que el ático de la mansión era el mejor lugar para inspirarse.
Héctor: Tu papá sí que tenía talento, Maribel. Es una lástima…
Maribel (suspira): Aún no lo entiendo, Héctor. ¿Por qué lo hizo? Tenía todo para ser feliz.
Héctor: Cuando uno decide acabar con su vida de esa manera, las explicaciones salen sobrando. Tal vez estaba pasando por un momento difícil. Después de todo, su esposa también murió hace poco tiempo.
Ambos miran un retrato que muestra el rostro de una bella mujer.
Héctor: ¿Es ella?
Maribel: Es Julia, era guapa, ¿verdad? Papá la quería mucho. Cuantas desgracias… de haber sabido que ambos morirían tan pronto, quizá no me habría alejado tanto en todo este tiempo.
Héctor: No vale la pena lamentarse por eso ahora, amor. Verás que saldremos adelante. Vamos a descansar.
Ambos salen de escena dejando el cuadro en medio del escenario.
SEGUNDO ACTO
Maribel se encuentra limpiando el estudio de su papá cuando se escucha un susurro.
Maribel: ¿Héctor?
Todo permanece en silencio y de pronto, alguien vuelve a susurrar.
Maribel: ¿Quién está ahí?
Un sollozo de mujer se escucha entonces y en el centro del escenario, el retrato comienza a derramar gotas oscuras de pintura. Es como si la mujer pintada estuviera llorando.
Maribel: No… ¿qué es esto? ¡Imposible!
Una luz roja ilumina el escenario y entonces, dos personas entran en escena como si no vieran a Maribel. Son Julia y Lázaro, el padre de Maribel. Están peleando y gritándose.
Julia: ¡No, Lázaro! ¡Basta, por favor!
Lázaro: ¡Eres una mujerzuela! ¡¿Desde cuándo estás engañándome?!
Julia: ¡Yo no te engaño, Lázaro! ¡Son tus celos enfermizos los que te hacen ver cosas que no son!
Lázaro: ¡Te voy a matar, maldita ramera!
Julia: ¡No, Lázaro! ¡Lázaro!
Lázaro la empuja por una ventana que se encuentra en uno de los costados del escenario y el cuerpo de Julia cae en medio de un estrépito.
Maribel: ¡Noooo!
Lázaro se derrumba en el suelo, sollozando: ¡¿Qué hice, Dios mío?! ¡¿Qué hice?!
Maribel, temblando, sale del estudio. El cuadro continúa derramando lágrimas.
TERCER ACTO
Héctor y Maribel vuelven a entrar en el estudio, hablando con apuro.
Héctor: Mi amor, fue todo una alucinación. Estás muy estresada por todo lo que ha pasado últimamente.
Maribel: Yo sé lo que vi, Héctor. Mi papá mató a su esposa… Dios, ahora no puedo dejar de sentir como si su pintura me observara.
Héctor: ¿Qué vas a hacer?
Maribel saca un cerillo, lo enciende y quema el óleo. Mientras la pintura se derrite, el escenario vuelve a iluminarse con una luz roja y de fondo, se escucha el llanto de una mujer mezclado con una risa macabra.
Héctor abraza a Maribel mientras ambos se miran con espanto.
Maribel: ¡Es ella!
Héctor: No mires, Maribel. No mires.
FIN
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