Cuento enviado por R.
Me acabo de mudar a un apartamento en una nueva ciudad debido al trabajo, quede exhausto después de ordenar los muebles y mis artículos personales así que decidí tumbarme en el piso y descansar un poco, pero algo me llamo la atención al mirar el techo, un papel estaba pegado en ella, extrañado, me levante y me estire para intentar quitarlo, al lograrlo me di cuenta de que se trataba de un talismán para alejar las malas vibras, esto me pareció tonto pues no creo en esas cosas, cuando me gire para tirarlo por la ventana pude ver el edificio de enfrente y a una mujer de largo cabello negro y rostro pálido mirándome fijamente desde su ventana, me pareció algo extraño e inquietante así que corrí la cortina.
En la noche había olvidado todo y al ver la ventana note que esa mujer estaba en la acera de enfrente mirando fijamente mi departamento, comencé a asustarme y pensé que podría ser una psicópata.
Al día siguiente salí temprano rumbo al trabajo, y ahí estaba ella en la misma acera que yo mirándome fijamente y sin decir palabra alguna, me aparte de ella y me fui sin mirar atrás.
Por la tarde le insistí a un amigo que me acompañara un rato a la casa, que temía por que la mujer hiciera algo pero él dijo que tenía una cita y me dejo. Al llegar a mi casa note que la puerta estaba abierta ¿había olvidado ponerle llave al salir?, entre y note que todo estaba muy oscuro camine hacia las ventanas para correr las cortinas y escuche pasos a mis espaldas, al voltear vi a la mujer que tenía el cabello en toda la cara lo cual me dificultaba verla, escuche un grito espantoso y salí corriendo.
Llame a las autoridades desde la casa de un vecino y al cabo de un rato se la llevaron, pero no olvidare cuando mientras la subían a la patrulla volteo a verme mientras murmuraba algo que al principio no comprendía “cuídate” y vi como su cara envejeció poco a poco.
Conmocionado por todo lo ocurrido volví a mi cuarto y nuevamente me acosté en el suelo y lo vi, nuevamente estaba ese talismán en la pared con furia lo desprendí y lo rompí en cientos de pedazos arrodillado en el piso note como caía un papel de la mesa la volqué solo para darme cuenta de lo que se encontraba ahí, eran cientos de talismanes, furioso los arranque uno tras otro, al terminar de hacerlo escuche un quejido por lo que dirigí la vista hacia arriba, y me arrepentí de ello.
Pobre tío que mal que habría pasado antes ahí y quién sería esa extraña mujer
y murió ……. fin … jejje muy bueno tu cuento jejej me gusto tu final , muy intrigado sigue así.