¿De qué trata?
Bob es un hombre de 65 años quien espera todos los días a su hijo quien ha partido a la guerra, solían navegar en las costas de su pueblo natal pero ahora que la guerra ha estallado su hijo no ha podido regresar, cada mañana se sienta a observar el horizonte aguardando la espera de su hijo.
Dylan un chico de 6 años ve curioso al señor que espera a su hijo que regrese de la guerra, él lo acompaña y pregunta siempre que hace llegando a fastidiar al señor un poco, pero entre tanta peleas y discusiones ellos logran llevarse muy bien.
Personajes
Bob: Señor de 65 año quien espera el retorno de su hijo mayor.
Dylan: Chico de 6 años quien se convierte en la mano derecha de Bob.
Anastasia: Madre de Dylan.
Eugenia: Esposa de Bob.
Daniel: Hijo de Bob quien ha partido a la guerra.
Alfred: Mejor amigo de Bob quien lo acompaña a veces.
Acto I: Mirando al horizonte
Bob nuevamente se encontraba sentado en su silla de extensión apreciando el horizonte, ya el sol comenzaba a ocultarse, la vista era hermosa, la verdad que sí lo era, el faro lucia imponente como el mismo día en el que fue construido.
Hace pocos momentos su mejor amigo Alfred se había marchado, desde hace años el hombre lo había acompañado a esperar que su hijo regresara, no había noticias sobre la guerra pensaban que la lucha era acérrima pero en el fondo sabía que su hijo daría la cara por su familia y su país.
Dylan: – ¿Qué haces viejo? –
Bob: – ¿Quién rayos eres tu muchacho grosero? Bueno sabes no me importa estoy ocupado –
Dylan: – Yo te veo sin hacer nada, ahí sentado –
Bob: – No es tu asunto –
Dylan: – Pero que haces dímelo –
Bob: – No es tu asunto –
Dylan: – Ah ok –
Se mantuvieron en silencio por una hora más mientras contemplaban el horizonte
Bob: – ¿No tienes que irte? –
Dylan: – La verdad que no, mi mama está trabajando y bueno me gusta venir a jugar en la playa – El niño se levantó y busco unas cuantas conchas en la orilla.
Bob: – ¿Qué haces? –
Dylan: – No es tu problema –
Bob: – Eres muy grosero por si no te has dado cuenta –
Dylan: – Usted también, pero le diré lo que hago si usted me dice que hace –
Bob: – Yo espero a mi hijo quien se encuentra peleando por este país en la guerra, muy pronto regresara –
Dylan: – Bueno yo hago un castillo, para defender la costa de los invasores – El chico comenzó a construir su castillo pero no le resultaba muy bien.
Bob: – Eres muy tonto déjame ayudarte – Bob se levantó de su asiento y comenzó a explicarle al niño como construir un castillo mientras este solo observaba, el trabajo final fue una enorme fortaleza.
La noche había caído y el chico regreso a su casa, Bob como vio que su hijo no regresaba regreso a su casa también.
Acto II: El barco encallado
Bob y su esposa Eugenia se encontraban en el súper mercado haciendo algunas compras, para mala suerte de Bob el niño estaba ahí junto con su madre.
Dylan: – Mira mami es el viejo –
Anastasia: – Cuantas veces te he dicho que no te refieras así a los adultos mayores Dylan –
Bob: – Este niño necesita modales y ser disciplinado –
Eugenia: – Que niño tan lindo, deberías visitarnos una vez a nuestra casa, puedo hacerte una tarta muy rica –
Bob: – No lo invites Eugenia, además esa tarta es solo para mí –
Dylan: – Bueno iré a las dos después de terminar mi tarea –
Llego el momento y Dylan se encontraba tocando fuertemente la puerta,
Eugenia: – Ven ternurita, ya estamos merendando–
Bob: – miren quien llego el quita tartas –
Dylan: – Eres un viejo muy tacaño sabias –
Eugenia: – Yo saldré un momento, pueden ir a jugar en la playa o el jardín como prefieran –
Bob no lo pensó y llevo su silla a la playa a espera a su hijo, Dylan tomo una más pequeña y lo siguió.
Dylan: – Sabes esto es aburrido –
Bob: – No te he invitado–
Dylan: – Mejor me voy a jugar al velero –
Bob se quedó pensando, un velero, el tenia uno, ya estaba viejo y no servía para navegar, que podría hacer un niño en un pedazo de chatarra inservible.
Cuando llego hasta donde estaba el velero el niño jugaba como si fuera un verdadero barco en funcionamiento. Tomaba el timón con gran pasión que le recordaba a su hijo cuando era pequeño.
Bob: – Así no se navega niño –
Dylan: – ¡Oh! Piratas, tripulación ataquen no dejemos que esos bucaneros nos quiten nuestro tesoro – Dylan tomo un palo como espada, Bob instintivamente tomo su bastón y lo uso para defenderse, para su sorpresa lo hallo entretenido
Así fue como durante toda la tarde el niño y el adulto mayor jugaron sin descanso hasta que llegó la hora de irse cada quien a su hogar.
Acto III: El velero que surcaba los cielos.
Ya habían jugado bastante en el velero, Dylan y Alfred ahora acompañaban a Bob cada uno en sus respectivas sillas esperando el retorno del hijo de este.
Anastasia: – Dylan es hora de ir a casa vente –
Dylan: – Me voy viejos nos vemos mañana – Bob y Alfred se despidieron del niño.
Anastasia y Dylan regresaban a su casa que quedaba justo al lado de la casa de Bob.
Dylan: – ¿Mami porque el abuelo no sabe que soy su nieto? –
Anastasia: – Hijo sabes que tu abuelo tiene alzhéimer, no te recuerda a ti, n a tu papa, para todos fue duro cuando el murió en la guerra, tu abuelo entro en depresión; no ayudo mucho que ya tuviera el diagnostico –
Dylan: – ¿Por qué me olvido a mi si me conoció de bebé? –
Anastasia: – Bueno tu abuelo olvido todo lo referente a lo sucedido después de que tu padre partiera a la guerra hace 6 años, el piensa que su hijo tiene solo unas semanas de haberse ido, pero no es así, tu padre murió en la guerra, tu abuela y yo creemos que es mejor no darle nuevamente la noticia a tu abuelo–
Dylan: – A mí no me importa que no se acuerde de mí, yo lo quiero igual y me divierto mucho con él a pesar de que no sepa que soy su nieto –
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