Descripción: Amanda acude con su madre a la tmba de su padre para dejarle un obsequio, ¿será que la tristeza les impedirá ver algo maravilloso? Obra de teatro sobre el amor a nuestros seres queridos.
Personajes: Amanda, Leticia, Hombre del cementerio
PRIMER ACTO
Amanda se encuentra en la cocina de su casa, mirando un retrato. Es el de su padre, quien hace poco falleció. Leticia, su madre, se encuentra en la encimera troceando unas papas.
Amanda: Mañana va a ser el cumpleaños de mi papá.
Leticia: Lo sé.
Amanda: ¿Cuántos años habría cumplido?
Leticia: CUarenta y seis.
Amanda: ¿Podemos ir a visitarlo?
Leticia: No lo sé, Amanda. Tengo mucho trabajo en la oficina.
Amanda: Pero es su cumpleaños.
Leticia suspira con tristeza.
Leticia: Está bien, intentaré salir temprano. Pero no te prometo nada. Ve a limpiar tu habitación.
Amanda se marcha y Leticia coge entonces la foto de su marido.
Leticia (acariciando el retrato): Me haces tanta falta.
SEGUNDO ACTO
Leticia y Amanda entran en una florería. La niña mira a su alrededor con entusiasmo.
Amanda: ¿Cuáles flores le gustarían más a papá?
Leticia: Él no era mucho de flores.
Amanda baja la cabeza.
Leticia: Quizás las azucenas, a su madre siempre le gustó llevarlas. A veces él le compraba algunas para que decorara su casa.
Coge un ramo de azucenas y le paga al vendedor para dirigirse al cementerio.
Amanda: Mamá, ¿tú crees que papá de algún modo siga al lado de nosotras?
Leticia: ¿Pero qué cosas dices, Amanda? No lo sé. Vamos, antes de que los flores se marchiten.
TERCER ACTO
Leticia y Amanda se arrodillan delante de la tumba de su marido y padre para dejar las azucenas. Mientras Leticia junta las manos para hacer una oración, su hija se distrae y vuelve a mirar a su alrededor. Se aleja un poco para jugar y entonces, un hombre vestido con gabardina entra en escena. No se le ve el rostro pero trae en sus manos unas azucenas, idénticas a las que ellas dejaron en el sepulcro.
Amanda: Hola, ¿cómo te llamas?
El hombre no responde, pero se arrodilla frente a ella y le susurra algo al oído. Luego le regala una azucena y se aleja.
Amanda: ¡Mamá, mamá! ¡Mira lo que me ha dado ese señor!
Leticia: ¡Pero Amanda, por Dios! ¡¿Por qué te alejas así?! ¿No te dije que no hablaras nunca con desconocidos?
Amanda: Pero este fue muy amable, me regaló una azucena como las que trajimos y también me dio un recado para ti.
Leticia mira hacia todas partes sin encontrar a nadie,
Amanda: Me dijo que te dijera que el sol siempre sale después de la noche más oscura.
Leticia: No puede ser, no puede ser. (Empieza a llorar)
Amanda: ¿Qué pasa, mamá? ¿Por qué lloras?
Leticia: Esa frase… esa frase siempre me la decía tu papá cuando me sentía mal por algo.
Leticia solloza y se pone de pie, buscando al desconocido. No se ve a nadie.
Leticia: ¿A dónde se ha ido ese hombre?
Amanda: No lo sé.
Leticia mira la flor y sonríe con tristeza. Luego se arrodilla delante de su hija.
Leticia: ¿Sabes qué, Amanda? Yo creo que después de todo, tu padre sí sigue estando con nosotras. (Le da un abrazo).
FIN
¡Sé el primero en comentar!